El banco Itaú despide a 25 gerentes en la Argentina
A pesar de que, en el primer semestre de este año ganó casi $1.000 millones más que en igual período del 2018 y de que el sistema financiero local es uno de los pocos sectores que se salva de los efectos de la crisis económica del país, el Banco Itaú decidió iniciar un proceso de reestructuración y achique de su línea gerencial en la Argentina.
Como parte de ese plan, la filial local de la entidad bancaria brasileña acaba de despedir a 25 ejecutivos que venían ocupando altos cargos en su estructura laboral local.
Desde la propia entidad bancaria admitieron los despidos ante una consulta de iProfesional y explicaron que la decisión se tomó con el objetivo de adaptar el negocio al contexto actual y a los desafíos y oportunidades hacia el futuro".
En este marco, sus voceros agregaron que "Itaú Argentina ha decidido modificar su estructura gerencial" y que como consecuencia de esa medida, "dejarán de formar parte de la organización alrededor de 25 colaboradores".
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Y para evitar mayores problemas y situaciones conflictivas con el resto de su personal y con sus clientes, la entidad asegura que los despidos no modificarán su mirada hacia el mercado financiero local donde asegura mantener "su sólido compromiso con el desarrollo de su negocio en Argentina".
Las mismas fuentes remarcaron que seguirán dotando a la organización "de la agilidad y robustez necesaria para acompañar cada vez más a los clientes en sus necesidades y continuaremos creciendo en el país".
Sin embargo, la determinación de reducir de manera drástica su estructura gerencial donde se aplican los mayores salarios, no se condice con la realidad financiera que evidencia el último balance de su filial argentina y en el cual informa ganancias por $2.453 millones entre enero y julio, contra $1.673 millones del primer semestre del año pasado.
Es más, entre los objetivos que board había establecido para el año pasado y que figuran en los estados de resultados del 2018, la entidad había estimado crecer en banca minorista, en los segmentos más rentables "con apetito ajustado a riesgo, trabajando en la elaboración de un plan integral de adquisición de clientes que optimice la inversión en aquellos canales/clientes con mayor potencial-retorno".
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También se propueso continuar con la implementación de nuevos modelos de atención y relacionamiento en sucursales (franquicias) con el objetivo mejorar la calidad de servicio y rentabilizar la cartera de clientes.
Otro aspecto saliente era el de ampliar el portfolio de productos y segmentos atendidos, generando nuevas propuestas de valor, atributos y beneficios. También, una fuerte inversión direccionada hacia aquellos proyectos estratégicos con mayor impacto en la construcción del banco digital, mejorando la cobertura de la red de sucursales, y la construcción de la marca Itaú.
En el caso de la banca corporativa, se propuso profundizar su principalidad en operaciones tanto de estructuración, organización y colocación de deuda, como crediticias, con foco en la satisfacción de clientes y sustentabilidad del resultado.
Con la banca empresas buscó incrementar su participación en el proceso de expansión del sistema crediticio en Argentina, con foco en las diversas alternativas de financiamiento sobre el capital de trabajo e inversiones de capital de grandes empresas que actúan como motor de la economía.
Esos objetivos se alcanzaron de manera parcial ya que la coyuntura económica del último año obligó a cambiar la estrategia comercial para la banca minorista, aunque logró lanzar al mercado nuevas aplicaciones mobile.
La estrategia integral se complementa con un estricto control de gastos, en post de mejorar la eficiencia operativa, mientras que la banca corporativa asesoró y acompaño a sus principales clientes en operaciones sindicadas, de Project Finance y de mercado de capitales.