Empresarios, en alerta: esperan suba de impuestos y más presión gremial si gana Fernández
Más allá de considerar como "definido" el panorama electoral y admitir el desembarco de Alberto Fernández como un "hecho", los empresarios advierten que el escenario económico hasta las próximas elecciones del 10 de diciembre seguirá siendo volátil e inestable.
Entienden que todavía se observarán oscilaciones en el comportamiento del tipo de cambio, las tasas de interés y el riesgo país, además de estimar que el año cerrará con una fuerte caída de las inversiones y el empleo a valores similares a los del 2014 cuando se ubicaron en los parámetros de la década kirchnerista.
El escenario negativo que describen los principales hombres de negocios del país quedó plasmado en la tradicional encuesta de expectativas que para IDEA elabora todos los años la consultora D`Alessio IROL.
Es más, a la hora de opinar sobre cuál será el comportamiento de las variables de mayor relevancia económica durante el gobierno de Alberto Fernández, los ejecutivos no son optimistas con respecto a que se tomen algunos de los consejos y pedidos que se reflejan en la encuesta de la consultora D`Alessio IROL.
Por el contrario, anticipan que habrá una fuerte suba de impuestos, con el 61% de los votos. Lo mismo ocurrirá con las tasas de interés, según el 58% de los empresarios. Otro 49% cree que habrá incrementos del salario real, mientras que un 70% de los hombres de negocios advierte que se mantendrá o incluso aumentará la inflación.
En cuanto al acceso al crédito de corto plazo sólo un 36% espera que se incremente, mientras que otro 23% que se mantenga y un 41% que se retraiga. Es más, casi los mismos porcentajes se replican con el acceso al crédito de largo plazo.
Sobre la presión sindical, un 68% admite que aumentará contra un 32% que espera que se mantenga y solamente un 6% que se reduzca. Con respecto a las tarifas, la mitad de los encuestados anticipa que se mantendrán las actuales políticas de aumentos, mientras que un 32% espera más subas y un escaso 18% que bajen.
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En esta oportunidad, los ejecutivos también hicieron referencia a la inestabilidad política, errores en el plan económico, inflación, incertidumbre, devaluación post PASO y fuerte caída de la actividad como los factores negativos que afectan el devenir de sus negocios.
Por eso el 82% de los consultados sostiene una percepción adversa de la situación económica de este segundo semestre. Es más, un 93% anticipa cambios en el precio del dólar, otro 65% estima que pasará lo mismo con las tasas y un 68% espera una suba del riesgo país.
El establishment atribuye el origen de la crisis actual al déficit fiscal, problemas de confianza, falta de acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas, errores en la estrategia monetaria y déficit de la balanza de pagos. Le suman falta de crédito, impacto de las investigaciones por corrupción y ciertos factores externos.
Solamente un 57% advierte que el escenario para los primeros seis meses será entre moderadamente peor y mucho peor.
Otro 52% entiende que existieron igualmente ciertos factores positivos a rescatar como mayor orden desde el Gobierno, buenas expectativas económicas y para las exportaciones. En este marco, otro 28% confía en una tendencia hacia una mejora para el primer semestre de gobierno del Frente de Todos.
Siempre según los datos de la encuesta distribuida durante la segunda jornada del 55 Coloquio de IDEA que se desarrolla en Mar del Plata, los próximos 12 meses serán mejores y muestran datos que les permiten ser más optimistas.
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Es decir, con el cambio de gobierno esperan que el escenario tienda a normalizarse o a, por lo menos, frenar la caída y comenzar con una etapa de recuperación, aunque con parámetros conservadores.
En este sentido, dos tercios de las empresas esperan mantener o incrementar sus ventas, otro 34% prevé subas, sobre todo en las empresas pequeñas, medianas y de servicios.
Esto se reflejará también en el empleo, ya que más de la mitad de las empresas que respondieron la encuesta tiende al mantenimiento y aumento de sus dotaciones que permitirá al país recuperarse de la fuerte caída con la que cerrará el año en materia de destrucción de puestos laborales.
En cuanto a la rentabilidad, las perspectivas no son tan alentadoras ya que más del 50% de los consultados advierte que las ganancias disminuirán entre leve y fuertemente.
Es decir, habrá más ventas pero ese incremento no se trasladará de manera directa a una mejora en los ingresos y en los precios de sus productos que, según estiman los ejecutivos, seguirán perdiendo contra la inflación.
Por ese motivo, una tercera parte de las empresas admite que pudo aumentar sus precios por encima de la mano de obra, aunque todos los sectores dicen perder en precios contra la inflación.
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En cuanto a la agenda de temas que consideran fundamentales para que se resuelvan a partir del año próximo el top tres está compuesto por salarios, retención de talentos y reforma impositiva con porcentajes que van del 49% al 32%.
En menor importancia siguen la obtención de crédito, la tensión sindical en el marco de las negociaciones salariales, tarifas, marcos regulatorios, condiciones de apertura para el comercio internacional, energía y provisión de insumos.
El escenario se repite a la hora de analizar los principales factores que deberán tenerse en cuenta para aumentar la competitividad del país y que, de alguna forma, repite las medidas que tanto empresarios como gremios aseguran se deberían adoptar para reflotar la economía con un acuerdo político y social de fondo.
El primer factor, con el 65% de los votos, se centra en la necesidad de encarar una profunda reforma impositiva que pueda mitigar la fuerte presión que actualmente sufren tanto las empresas de servicios como las industrias. En este marco, el 63% pide eliminar impuestos que considera "distorsivos".
En segundo término se ubica la baja de la inflación, con un 56%, entendiendo que se hace necesario controlar su suba de precios que viene sufriendo la economía y cuyo último dato ofrece casi un 6% para septiembre.
El tercer factor que los ejecutivos piden al próximo gobierno que se ataque de forma urgente es de la reforma laboral. Un 50% de los encuestados pidió que se reformulen los convenios pero con matices ya que la gran mayoría entiende que se debe dotar de competitividad laboral a las empresas pero sin perjudicar el poder adquisitivo de los trabajadores.
El paquete de reclamos también abarca clarificar las reglas de juego, elaboración de políticas fiscales pro inversión, financiamiento de largo plazo, recomposición de los costos laborales, renegociar con el FMI, promoción del mercado de capitales y de una apertura de las empresas a la bolsa.
Los factores siguientes oscilan en temas como buen funcionamiento de las instituciones y la justicia, acceso al crédito, garantía de resguardo de la propiedad privada, educación, construcción de consensos basados en la división de poderes. También, políticas de tipo de cambio, inversión en infraestructura, renegociación de la deuda, entre otras.