Investigan por "corrupción" la venta de uno de los mayores frigoríficos de la Argentina al grupo brasileño JBS
La justicia brasileña profundizó las investigaciones para determinar si hubo delito en la venta de Swift Argentina por parte de JBS en el 2005 cuando el mayor productor de carne del mundo pagó u$s 200 millones para quedarse con el principal frigorífico argentino.
La investigación surge a partir de denuncias presentadas por el Ministerio Público Federal (MPF) del país vecino, que considera que hubo fraude en la obtención por parte de JBS de un préstamo del BNDES que resultó en una pérdida de 80 millones de reales o u$s180 millones para la entidad financiera estatal.
Y tienen su correlato con la causa bautizada como "Carne Débil" que estalló durante el gobierno de Michel Temer y por la cual se supo que varios de los grupos alimenticios más grandes de Brasil adulteraron y maquillaron carne bovina y aviar en mal estado para exportar a Europa.
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Joesley y Wesley Batista, dueños de JBS, figuran entre los empresarios imputados en esa causa de corrupción que también tiene sus ramificaciones en la Argentina a partir de la ahora dudosa operación para sumar a su holding a la dueña de varias marcas famososas de hamburguesas, salchichas, carne y conservas Swift.
Con esa transacción, JBS logró en su momento convertirse en un importante jugador dentro de la industria frigorífica local, con una planta procesadora en Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe, un centro de distribución y una curtiembre en el país y figurar en los primeros lugares en el listado de la Cuota Hilton, para exportar carne de calidad a países de la Unión Europea (UE).
Abora, las noticias que llegan desde la justicia de Brasil afirman que la fiscalía federal del país vecino se considera como un "fraude doloso" el préstamo otorgado por el BNDES a JBS para quedarse con Swift en una conclusión que contradice los resultados de un trabajo interno del propio banco estatal que clasificó al episodio como un "error operativo".
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De hecho, la operación su puso bajo revisión y los fiscales del Estado brasileños están a punto de presentar más detalles sobre el caso, solicitando que se incluyan en la denuncia nuevos nombres y abordando el daño que se le hizo al BNDES en sus finanzas por haberse excedido en el límite del riesgo con el otorgamiento del crédito.
Al respecto, desde JBS respondieron ante las acusaciones sosteniendo haber cumplido "con todas las condiciones contractuales del préstamo firmado con BNDES en ese momen to, cancelando completamente sus obligaciones a su debido tiempo y recibió el reembolso completo del préstamo por parte de la institución".
De todos modos, la fiscalía federal presentará lo que en Brasil se llama una Acción Civil Pública (ACP) en la cual reunirá la denuncia original y los nuevos hechos presentados en el marco de lo que se ha dado en llamar como "Operación Swift Argentina".
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Según fuentes judiciales locales conocedoras de la causa consultadas por iProfesional, el objetivo de los fiscales es el de buscar una compensación por las supuestas pérdidas que el BNDES habría sufrido por la transacción.
En mayo pasado, el juez Marcus Vinicius Bastos, del 12 Juzgado Federal de Brasilia, ordenó la detención del ex ministro de Hacienda, Guido Mantega, y del ex titular del BNDES, Luciano Coutinho, tras la denuncia presentada por el MPF que los acusa de haber autorizado una serie de préstamos irregulares que superan los u$s3.200 millones y entre los que se encuentra el de JBS para comprar Swift Argentina.
En Argentina, el grupo brasileño llegó al país en septiembre de 2005, cuando se quedó con la operación de Swift-Armour, la principal productora y exportadora de carne bovina local de ese entonces. En ese momento, le compró el frigorífico al empresario Carlos Oliva Funes, por u$s200 millones. Dos años después, adquirió la pata estadounidense de Swift por u$s1400 millones, para convertirse en el mayor frigorífico del mundo.
Adicionalmente, JBS compró seis frigoríficos exportadores además de la emblemática planta de Swift, en Gobernador Gálvez (Santa Fe). Sumó las de San José (Entre Ríos), Consignaciones Rurales (Berazategui, Buenos Aires), Col-Car (Colonia Caroya, Córdoba), CEPA Pontevedra (Buenos Aires) y CEPA Venado Tuerto (Santa Fe).
En ese momento, se convirtió en uno de los mayores exportadores de carne del país, con el 17% del total, aunque a partir del 2016 y como consecuencia de las políticas contra el campo implementadas por el gobierno de Cristina Kirchner, comenzó a reducir su presencia local con la venta de varias de sus plantas, salvo la de Swift.
En el 2017 y en medio del escándalo por el caso de corrupción "Carne Débil", decidió vender todas sus operaciones en la Argentina, junto con las de Uruguay y Paraguay, a su rival y compatriota Minerva Foods. La operación involucró pagos por u$s300 millones por parte del grupo comprador que fueron usados por JBS para reducir su endeudamiento.