Las petroleras todavía no fijaron cambios, pero la nafta subirá ni bien se consolide el nuevo dólar
En cuanto el dólar se estacione en un nuevo valor, los combustibles volverán a entrar en fase de aumentos. El nuevo incremento, en virtud del contexto de fluctuación del tipo de cambio predominante, recién se haría concreto en el último tramo de agosto.
Sólo el retorno del tipo de cambio a un valor por debajo de los 50 pesos podría frenar o aminorar el movimiento. Una auténtica utopía, se permiten reconocer entre los empresarios del expendio.
Lo indiscutible de la suba por venir es una conclusión a la que arriba el grueso de los actores en el ámbito de las naftas. Entienden que la escapada sin freno que ostenta la divisa estadounidense destruyó la situación de equilibrio alcanzada por la industria, justamente, en la primera parte de este mes.
Entre los empresarios de la comercialización las incógnitas que prevalecen refieren a dos aspectos: a cuánto ascenderá la nueva suba y, en simultáneo, qué efecto traerá aparejado el aumento en este escenario de tensión política y malestar social generalizado.
Los estacioneros dan por descontado que cualquier suba golpeará aun más una demanda cada vez más retraída.
Sólo en lo que va de 2019, las naftas ostentan un incremento acumulado superior al 17 por ciento y el consumo cerró el primer semestre con una merma de alrededor del 25 por ciento.
"Aplicar un aumento en un contexto como el actual tirará todavía más abajo los números. Y, por otro lado, le generará más problema político al Gobierno. Pero con este lío del dólar los costos de las petroleras otra vez se han vuelto difíciles de remontar", dijo a iProfesional un referente de las estaciones en la provincia de Buenos Aires.
"Recién se había llegado a un acercamiento en los costos a principios de este mes, con un dólar relativamente quieto. Ahora, todo esto complica actividades como el refinamiento, y la realidad es que lo que más determina el valor del litro de nafta es precisamente el componente en moneda extranjera. Que el crudo haya bajado no cambia las cosas, sí que de pronto el dólar suba más de 10 pesos en menos de una semana", añadió.
En territorio bonaerense, según consultas efectuadas por este medio entre distintos actores de la comercialización, hay coincidencias en que cualquier eventual "retoque" no bajaría del 5 por ciento.
De ocurrir así, el litro de nafta súper en el Área Metropolitana de Buenos Aires pasaría a costar casi 46 pesos.
"La situación, así como está, es una bomba de tiempo. Ya debió haber una suba del 3 por ciento a principios de agosto por los impuestos. Pero el Gobierno la postergó porque se venían las elecciones. Me comuniqué con directivos de las petroleras y no tienen definido cuándo llegarán las subas", declaró al respecto Juan Carlos Basílico, titular de la Unión de Expendedores de Naftas y Afines.
Temor por la demanda
Desde CECHA, la confederación que integran empresarios del expendio de toda la Argentina, su gerente, Guillermo Lego, sostuvo ante iProfesional que este es momento de "negociaciones entre las petroleras y la Secretaría de Energía", al tiempo que remarcó que aplicar un incremento en estas circunstancias "volvería a derrumbar la demanda".
"Es lógico que se piense en un aumento porque la única manera de evitar algo así sería regresar al dólar a 46 pesos. Y eso nadie se anima ni a imaginarlo hoy. La cuestión pasa por la situación política y la caída del consumo. Cada nuevo aumento nos hizo perder ventas", expresó el directivo.
Según Lego, el valor de los combustibles se mantendría sin cambios al menos por esta semana. El entrevistado sostuvo que la fluctuación que hasta el momento sigue exhibiendo el tipo de cambio impide conocer cuán profundamente ha cambiado la estructura de costos de las petroleras.
"Un nuevo precio podrá empezar a discutirse una vez que se consolide un valor del dólar. El movimiento de estos días impide conocer cuánto cambió la ecuación para las empresas. Después, hay que ver si el Gobierno se anima a meter un aumento tras lo ocurrido en las elecciones", comentó el empresario.
Gabriel Bornoroni, titular de la Federación de Expendedores de los Combustibles y Afines (FECAC), se pronunció en un tono similar. "No es un momento para que tengamos un aumento por lo que ocurrió a nivel político y, por supuesto, económico. Sería agregarle más complicación a un contexto difícil, pero sí es cierto que así como se escapó el dólar, bueno, también lo hicieron los costos para las empresas", dijo a iProfesional.
"Probablemente veamos cambios, pero con el correr de los días. Se había llegado a un equilibrio y eso se perdió después del último viernes. Si nos quedamos con un valor de dólar por encima de los 50 pesos, lo más lógico es que ocurra el aumento. Dependerá de lo que defina el Gobierno también, lo más probable es que se den aumentos graduales", agregó.
Las fuentes consultadas coincidieron, además, en que las versiones en torno a un eventual nuevo aumento hasta el momento no tuvieron efecto en el comportamiento de los automovilistas.
"No hay una preocupación que estemos notando, ni una avalancha de gente comprando nafta para hacer algún tipo de diferencia de cara a un aumento. Hay calma en la compra y pleno abastecimiento a los puntos de venta", concluyó Bornoroni.