Cómo se gestó la fusión de Fiat Chrysler y Renault
El plan para fusionar a dos de los más importantes protagonistas de la industria automotriz europea se resolvió luego de una serie de encuentros secretos que se llevaron a cabo en las residencias privadas de John Elkann y Jean-Dominique Senard. El presidente de Fiat Chrysler (FCA), Elkann, heredero de la dinastía del italiano Agnelli que fundó Fiat en 1899, ofreció su residencia de Turín y su homólogo en Renault, Senard, ex consejero delegado de Michelin, abrió las puertas de su domicilio en París.
Sus reuniones empezaron a ser más frecuentes, a medida que avanzaban las negociaciones y la idea de una alianza se iba convirtiendo en una fusión entre FCA y Renault.
En las últimas dos semanas hubo varios encuentros. El secretismo y la confidencialidad resultaron fundamentales, recuerdan los asesores, dadas las sensibilidades que rodean a la alianza de Renault y Nissan y a la espectacular caída en desgracia de su principal artífice, Carlos Ghosn. Fue su repentina marcha y el ascenso de Senard lo que hizo posible la fusión entre Renault y FCA.
Ghosn, actualmente en libertad bajo fianza, espera en Tokio a que se celebre el juicio en el que se le acusa de malversación de fondos, algo que niega rotundamente. Sin embargo, su sombra sigue planeando sobre las conversaciones entre Renault y FCA. Ni él ni el predecesor en Fiat, Sergio Marchionne, consiguieron fusionar las dos compañias. A pesar de la reputación de habilidosos gestores de los dos ejecutivos, ninguno de los dos supo encontrar la fórmula para superar los obstáculos que frenaron la operación.
Marchionne pasó sus últimos años al frente de la empresa apelando a una fusión entre los fabricantes del sector, convencido de que estaba en juego su supervivencia. Personas del entorno de la dirección de FCA aseguran que Ghosn nunca puso demasiado empeño en la idea. Donde Ghosn y su homólogo fracasaron, las negociaciones de más bajo perfil de Elkann y Senard prosperaron.
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El lunes, FCA propuso una fusión con Renault en una operación íntegramente en acciones que daría a los accionistas de las dos compañías una participación del 50% en el grupo resultante de la fusión. Renault recibió con interés la propuesta "amistosa" tras la reunión del consejo y aseguró que la estudiaría.
"Elkann y Senard han tenido la visión y el suficiente pragmatismo para hacer posible este acuerdo", explicó una persona del entorno.
"Con dos personas de la talla de Ghosn y Marchionne presentes, habría resultado más difícil alcanzar este tipo de pacto por sus personalidades", añadió.
Los inversores reaccionaron bien a la noticia, lo que provocó un repunte del 12Þ las acciones de Renault y un aumento del 8% de las de FCA. Cuando se firme la operación nacerá el tercer mayor fabricante de coches del mundo
La operación dará lugar al tercer mayor fabricante de coches del mundo, por detrás de Volkswagen y Toyota. El grupo fabricará 8,7 millones de vehículos al año, con unas ventas de 170.000 millones de euros y unos beneficios de 8.000 millones. La empresa fruto de la fusión tendrá un valor de mercado de 35.000 millones de euros según la cotización del lunes.
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La fusión no empezó a plantearse hasta hace unas pocas semanas, cuando Elkann supo que Renault tiraba la toalla en su intento de fusionarse con Nissan y se puso en contacto con Senard.
En sus encuentros, Senard le dijo a Elkann que un acuerdo con Nissan, que controla el 15% de Renault y en el que el fabricante francés tiene una participación del 43%, sería casi imposible.
"Ha sido muy difícil encontrar formas de hablar con nuestros socios japoneses. Ahora mismo son totalmente irracionales", declaró una persona del entorno de Renault en referencia al consejero delegado de Nissan, Hiroto Saikawa.
En su papel negociador, Elkann pidió a su equipo que utilizara el nombre clave de Newton para referirse al proyecto.
El grupo fabricará 8,7 millones de vehículos al año, con unas ventas de 170.000 millones de euros.
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Elkann se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron, que tiene una participación del 15% en Renault. En el encuentro el ejecutivo prometió a Macron que la operación daría lugar a un campeón europeo capaz de competir con sus rivales estadounidenses y asiáticos.
Desde el entorno de Renault, FCA entró en pánico el sábado, cuando Financial Times dio a conocer las conversaciones. Eso precipitó la redacción a toda prisa del borrador de una propuesta el mismo lunes en el que se aclaraban muchos detalles.
La relación entre Senard y Elkann se remonta a cuando el primero estuvo al frente de Michelin. Los dos ejecutivos que comparten unos modales exquisitos, conversaron en francés para detallar las condiciones del acuerdo.
Ahora, los dos hombres, Elkann, como futuro presidente, y Senard, como consejero delegado del grupo resultante de la fusión, deberán materializar una operación que promete conseguir unos ahorros de 5.000 millones de euros y demostrar que su magnitud puede acelerar los cambios tecnológicos y reducir los costes a los que se enfrentan las empresas del sector.
Además de sortear las dudas de las autoridades de Competencia, los ejecutivos tendrán que sacar adelante un acuerdo que amenaza con aumentar aún más las tensiones políticas entre Francia e Italia. Nissan, socio de Renault, seguramente querrá que su voz se oiga a lo largo de todo el proceso.
"Cuando hay tantas partes implicadas, Gobierno incluido, nunca se sabe. Desde una perspectiva de mercado, la operación tiene sentido. Pero hay muchas partes implicadas y todas querrán hacer oír sus intereses", explica una persona que ha participado en las negociaciones.
Los Gobiernos francés e italiano han dado su autorización para las negociaciones y en una rueda de prensa aseguraron que "la ampliación de Fiat Chrysler es una buena noticia para Italia".