El Gobierno cede el control de una central energética a una sociedad formada por YPF y Pampa Energía
El Ministerio de Hacienda de la Nación acaba de traspasar las operaciones de la Central Termoeléctirca de Ensenada de Barragán (CTEB), a un consorcio formado por YPF y Pampa Energía a través de su controlada, Pampa Cogeneración.
Se trata del segundo intento del Gobierno por vender la central si se tiene en cuenta que a fines del año pasado se abrió la primera licitación que fue declarada "fracasada" debido a que las ofertas recibidas en ese momento no se ajustaron a lo requerido en el pliego de bases y condiciones.
La propuesta había sido acercada también por YPF pero en soledad y terminó siendo declarada "fracasada" por las autoridades. En el mismo proceso, se ajdudicó la Central Brigadier López a Central Puerto, considerada la principal generadora eléctrica privada del país y propiedad del holding Sadesa ahora denominado RMPE Asociados, que tiene entre sus accionistas a Guillermo Reca, la familia Miguens Bemberg, la familia Escasany, Federico Sainz de Vicuña, y también Nicolás "Nicky" Caputo.
Tras ese fracaso, YPF sumó a Pampa Energía como socio y firmó un acuerdo con el holding del empresario Marcelo Mindlin para volver a presentar una propuesta que ahora resultó ser la ganadora. La insistencia para sumar Barragán se debe a que se encuentra ubicada junto a la refinería de YPF en La Plata y le permite facilitar la logística y la operación, además de generar una nueva demanda de gas, hoy una de las principales necesidades de la petrolera estatal.
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Ahora, la sociedad conjunta deberá desembolsar u$s480 millones para tomar el control de esta central ubicada en la provincia de Buenos Aires y considerada un activo millonario que hasta ahora el Estado operaba mediante la sociedad Integración Energética Argentina (IEASA).
Pero en noviembre del 2017, el presidente Mauricio Macri firmó el Decreto N° 882/2017 para privatizar Barragán y la Central Brigadier López con el objetivo de recaudar alrededor de u$s1.000 millones para el Tesoro nacional.
Sin embargo, la crisis cambiaria y la volatilidad financiera demoraron más de la cuenta el proceso debido a que el escenario macro negativo espantó a los principales inversores internacionales interesados en ingresar al negocio energético local.
Se trata de dos usinas eléctricas que fueron construidas por el anterior gobierno de Cristina Kirchner y demandaron una inversión cercana a los u$s1.000 millones, dinero aportado por un préstamo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES.
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Pero la administración de Cambiemos decidió ponerles el cartel de venta para sumar fondos a las arcas públicas con el objetivo de reducir el déficit fiscal y cumplir con una de las metas comprometidas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El traspaso se acaba de firmar por parte de la dependencia oficial que comanda Nicolás Dujovne y marca el final de un proceso en el cual solamente se recibió una oferta conjunta de YPF y Pampa Energía que ofertaron u$s229,42 millones por la central.
Pero, según el contrato, la inversión conjunta estimada relativa a la adquisición de la Central asciende a lu$s290 millones. Y de acuerdo a lo informado por ambas empresas a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el monto incluye el monto final en efectivo ofertado en la licitación "y el precio de compra de cierta cantidad de valores representativos de deuda (VRD)". Se trata de deuda emitida tras la firma de un convenio suplementario de un programa global de fideicomisos financieros y de administración lanzados para la ejecución de obras de infraestructura energética de la ex ENARSA, ahora IEASA.
Por su parte, se estima que las obras de cierre de ciclo alcancen un costo aproximado de u$s180 millones que también deberán desembolsar las empresas adjudicatarias.
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A este dinero, se le agrega una deuda en valores representativos por la compra del fondo de comercio de la Central por casi u$s230 millones, cuyo repago se estima será abonado con el flujo de la Central.
De esta forma, YPF y Pampa Energía se quedan con un establecimiento ubicado en el polo petroquímico de la localidad de Ensenada que fue habilitada para operar comercialmente en abril del 2012, durante el kirchnerismo y estuvo a cargo de la empresa pública Enarsa que el gobierno de Cambiemos rebautizó como IEASA.
Si bien dispone a la fecha de una potencia instalada de 560 MW, como parte de la licitación, las empresas deberán completar las obras necesarias para que la Central pueda operar a ciclo combinado y para que, una vez finalizados los trabajos, se incremente la potencia a 840 MW.
De acuerdo, a fuentes oficiales, el cierre de ciclo implicará una mayor eficiencia para la Central, "ya que con el mismo combustible (gas) se producirá un 50% adicional de electricidad".
Se asegura además que, una vez terminadas las obras del ciclo combinado, Barragán será una de las unidades de mayor eficiencia térmica del parque generador eléctrico del país.
En estos momentos, tanto el ciclo abierto como el ciclo cerrado cuentan con dos contratos de abastecimiento de energía con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA).
Uno fue firmado el 26 de marzo del 2009 cuyo vencimiento opera el 27 de abril de 2022 mientras que el segundo fue suscripto el 26 de marzo del 2013 por un plazo de 10 años a partir de la operación comercial del ciclo combinado.