Primo de laboratorio: Calcaterra activó su proyecto de papas en Mendoza y con su socia Simplot sigue la evolución del transgénico
A poco de cumplir el año de activado el proyecto, Fabio Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, se dio el gusto y en sociedad con la estadounidense Simplot puso en marcha una planta procesadora de papas congeladas en Luján de Cuyo, provincia de Mendoza.
La iniciativa demandó una inversión de casi 120 millones de dólares y la intención del binomio es pisar fuerte en el negocio de la exportación ya para el año próximo. En torno a la dupla dan por descontado que en una primera etapa las instalaciones generarán ingresos por 130 millones de dólares anuales, esto de la mano de la colocación del producto en hasta 9 destinos comerciales fuera de la Argentina.
"Esta fábrica va implicar más producción y exportación de papa en Mendoza con lo que cambia la matriz productiva", declaró Calcaterra este martes durante la inauguración de la planta. La apuesta fue celebrada por el Gobierno, que a través de Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo, destacó el tenor del emprendimiento.
"En esta fábrica hay producción agropecuaria, hubo un desarrollo de proveedores, se trajeron las semillas y luego vino la industrialización generando valor por la tecnología. Y también se trajeron inversiones, porque esto es un ‘joint venture’ entre Simplot y Calcaterra", expresó el funcionario.
Hasta ahí, los aspectos más relevantes de la actividad del martes. Lo no explicitado por inversores y el mismo Gobierno tiene relación con el tipo de papas que eventualmente podrían empezar a procesarse en la flamante planta cuyana.
En ese sentido, sobre todo Simplot viene siguiendo de cerca todo lo relacionado con la salida comercial de TICAR, una variedad de papa modificada genéticamente para resistir al virus PVY.
El transgénico fue presentado en sociedad a fines del año pasado por Tecnoplant, filial del grupo Sidus, que patentó un desarrollo iniciado a fines de los años '90 por el Instituto de Ingeniería Genética y Biología Experimental (INGEBI) dependiente del CONICET.
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Tecnoplant mantiene aceitados vínculos con organismos oficiales. De hecho, varios investigadores de la compañía pasaron a ocupar puestos clave en la cartera de Ciencia tanto en tiempos del kirchnerismo como durante la vigente gestión de Cambiemos. Alejandro Mentaberry, segundo de Lino Barañao, es un ejemplo de este movimiento. El mismo Barañao es un ex Sidus, la dueña de la mencionada Tecnoplant.
En la etapa experimental del transgénico, la compañía desarrolló buena parte de las pruebas en áreas agrícolas en torno a San Carlos, departamento que desde hace más de 3 años sirve de base de operaciones para Calcaterra.
De hecho, en diciembre pasado el gerente de Tecnoplant, Gustavo Napolitano, reconoció ante iProfesional que mantuvo reuniones con el mismo Mauricio Macri a fin de detallarle al mandatario las particularidades de la manipulación genética.
"Macri expuso que tiene un relacionamiento familiar con el negocio a partir de la sociedad que viene encabezando uno de sus primos", contó Napolitano en ese momento.
Al margen de estas expresiones, fuentes de Sidus consultadas por iProfesional negaron la existencia de un vínculo comercial con Simplot.
Fuera de esto, el interés por la potencialidad comercial de los organismos genéticamente modificados –OGMs, en la jerga– se intensificó de tal manera que a fines del mes pasado una delegación de directivos y técnicos de Simplot visitó las instalaciones del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Balcarce, provincia de Buenos Aires, con el fin de indagar acerca del desarrollo de nuevas líneas de transgénicos de papa.
"Mostraron un gran interés en las tecnologías disponibles y las investigaciones que se están llevando a cabo. Son un actor enorme en la comercialización de papas congeladas y procesados, es lógico que indaguen sobre las posibilidades que se están analizando a nivel científico", comentó a este medio una fuente cercana al organismo.
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En redes sociales, la representación del INTA en Balcarce divulgó la realización del encuentro:
Vínculo turbulento
La presentación, en diciembre de 2018, de la papa transgénica patentada por Tecnoplant se muestra oportuna para la apuesta que Calcaterra y Simplot activaron en la provincia cordillerana. Más allá de la iniciativa en alianza con Simplot, lo cierto es que el vínculo de Fabio Calcaterra con las papas viene de largo tiempo y la relación está salpicada de controversias.
En 2017, al empresario se le abrió una causa judicial por presunta estafa contra una compañía en la que el mismo Calcaterra había ejercido el rol de titular del directorio y gerente general.
El pariente de Mauricio Macri ocupó el puesto máximo en Alimentos Modernos SA, adquirida luego -en los años 90- por la multinacional Farm Frites, esta última dedicada al procesamiento de papas a granel para la elaboración de congelados con destino de exportación.
Siempre con Calcaterra al frente del directorio más allá del traspaso accionario, en agosto de 2012, el derrumbe de uno de los depósitos de Farm Frites derivó en el faltante de algo más de 500 toneladas de productos. La Justicia procesó al empresario por esa desaparición, además de exponer que el ejecutivo contrató -con sobreprecios incluidos- para la limpieza y remoción de escombros a una compañía ajena a ese rubro.
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Hermano de Angelo, Fabio Calcaterra ganó visibilidad en los medios con la compra, en diciembre de 2016, del Banco Interfinanzas. En la actualidad, ejerce la presidencia de dicha firma y controla alrededor del 40 por ciento de las acciones.
El transgénico en cuestión
La papa transgénica en cuestión es resultado de una manipulación que -sostienen sus promotores- le garantiza resistencia al virus PVY.
TICAR nace de un proyecto impulsado a fines de la década del 90 por el Instituto de Ingeniería Genética y Biología Experimental (INGEBI) -dependiente del CONICET-. A dicha iniciativa luego se sumó Tecnoplant hasta el final del desarrollo.
Otra particularidad controvertida del proyecto está en que esta manipulación de ADN surge a partir de la labor de los científicos Alejandro Mentaberry y Fernando Bravo Almonacid. Mentaberry ocupa hoy el cargo de coordinador del gabinete de la Secretaría de Ciencia que encabeza un ex Sidus: Lino Barañao.
La cartera mencionada fue una de las que más promovió la salida comercial de la papa transgénica, y en organismos de aprobación de transgénicos como la CONABIA abundan las voces que dan cuenta de la presencia de Mentaberry acompañando el proceso hasta el final. No faltan quienes señalan el conflicto de intereses dado el puesto clave en la función pública que hoy ocupa el científico.
La irrupción del transgénico tuvo un primer capítulo fallido en tiempos de Cristina Fernández de Kirchner al frente del Ejecutivo nacional. En octubre de 2015, la entonces presidenta presentó el desarrollo en un acto celebrado en el predio de Tecnópolis.
A ese evento le siguió una actividad en la sede del INTA en Castelar que incluyó la preparación, por parte de los protagonistas del ciclo televisivo "Cocineros Argentinos", de papas fritas hechas a partir del tubérculo genéticamente modificado.
Sin embargo, la ausencia de avales en términos de viabilidad económica retrasó la salida comercial del vegetal hasta diciembre de 2018.
La producción de papas en la Argentina hoy se distribuye entre las provincias de Buenos Aires, Tucumán, Salta, Jujuy, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Córdoba, Río Negro, Chubut y Mendoza. En términos de cultivo anual, el tubérculo ocupa cerca de 75.000 hectáreas.