Las petroleras, sin "pacto de caballeros": analizan una nueva suba en el precio de los combustibles
Los intentos de algunos funcionarios de alto rango del gobierno de Mauricio Macri por incluir a las petroleras en el paquete de medidas lanzado para contener la suba de precios de la economía no tuvo éxito.
La idea había partido del Ministerio del Interior como estrategia aleatoria para sostener en el tiempo el acuerdo alcanzado con las empresas productora y las grandes cadenas de supermercados para congelar por seis meses el valor de una canasta de 64 productos.
El objetivo era el de contener uno de los principales costos que deben enfrentar las compañías como es el de logística y distribución que suele aumentar con cada retoque que las petroleras realizan a los precios de sus combustibles.
Decían que, trasladado el "pacto de caballeros" al sector de hidrocarburos se evitarían problemas con los empresarios que aceptaron participar del plan del Gobierno para incentivar el consumo y retomar, de algún modo, la iniciativa política de cara a las elecciones nacionales de octubre próximo.
Sin embargo, la iniciativa quedó frustrada por la negativa de los funcionarios del área de Energía y por datos de la realidad, vinculados a los movimientos que vienen evidenciando los valores de varios de los componentes que empujan hacia arriba el precio de las naftas y el gasoil.
Desde lo político, primó la decisión del secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, de permitir que las petroleras sigan recalculando los valores de los surtidores si el costo internacional del crudo sube, si la inflación no logra contenerse y si el dólar mantiene su carrera ascedente.
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Al funcionario y amigo del presidente Mauricio Macri no le había gustado que el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, propusiera un acuerdo con las petroleras como parte de las medidas para dinamizar la economía, junto con un congelamiento de las tarifas de gas y electricidad.
Y la disparada que por estos días se dio en la cotización internacional del crudo anticipa una nueva suba en el precio de las naftas que, según fuentes del sector, podría ocurrir el próximo fin de semana.
Es decir, antes de que arranque mayo y que, de ocurrir, sería el tercer incremento en lo que va del año pero con un porcentaje mucho menor a lo que, en el mismo período, aumentó la inflación.
Es que mientras, entre enero y marzo pasados, las naftas y el gasoil subieron 8,9% el índice de precios al consumidor lo hizo en un 11,8% en el mismo trimestre. A esto se suma que, según las petroleras, los combustibles aún acumulan un atraso del 10% con respecto a los incrementos de los costos del sector.
En la actualidad, los precios de la nafta premium, por ejemplo, superan los $50 en algunas zonas del país y volverían a retocarse entre un 2% y 3% en los próximos días.
De todos modos, habrá que esperar la decisión que adopten en YPF. La petrolera estatal marca habitualmente el camino de los precios, al ser la líder del mercado, y su estrategia es luego copiada por sus competidores.
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Si bien sus ejecutivos discuten por estas horas la aplicación de una nueva suba, también es cierto que el momento político para avalar esta decisión no es el mejor.
"El contexto no está fácil para tomar la decisión de subir los precios y si se hace, seguramente será en un porcentaje menor al que debería ser", advierten cerca de Miguel Gutiérrez, presidente de la petrolera estatal.
De todos modos, en el sector se sigue de cerca la evolución del Brent, de referencia para el mercado doméstico, que el lunes tocó los u$s74, siendo el valor más alto desde noviembre del año pasado.
Los analistas internacionales le ponen más presión al valor al anticipar nuevos retoques en los próximos días, mayores al 8,2% que ya se incrementó con relación a la cotización de fines de marzo que se ubicaba en los 68,39 dólares.
El valor del Brent es uno de los componentes que le mete presión al precio local de los combustibles junto con la apreciación del dólar y la actualización del ITC que, por la reforma tributaria, debe modificarse los primeros días de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año, según la inflación del trimestre anterior.
En el caso del tipo de cambio, hubo respiro el lunes con una mínima baja. Sin embargo, en las empresas se asegura que el salto de marzo pasado no fue traslado de manera total a los surtidores, por lo cual necesitan una nueva suba para equilibrar los valores domésticos con los costos de importación, algo que se había alcanzado en febrero cuando la moneda norteamericana tenía un valor cercano a los $39.
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En lo que respecta a la inflación, insisten con que la presión alcista del primer trimestre no fue compensada en los valores de los surtidores que establecieron las empresas refinadoras.
De este modo, los funcionarios que defienden la libertad de mercado en el negocio petrolero respaldan la posible decisión de las petroleras de sumar un nuevo incremento, aunque admiten que la sensibilidad social que existe sobre los precios de la economía repuntaría el mal humor, en especial de la clase media, contra el gobierno de Mauricio Macri.
Del otro lado, están quienes todavía defienden un acuerdo de congelamiento con las petroleras y que además advierten la necesidad de mantener sin cambios también el litro de nafta y gasoil para evitar que eventuales subas del costo logístico y de distribución hagan tambalear el acuerdo con las grandes productoras de alimentos y cadenas de supermercados para no remarcar los precios de una canasta de 64 productos por seis meses.
También hacen referencia a la determinación oficial de incluir en las medidas anunciadas desde la Quinta de Olivos un congelamiento en los precios de los boletos de colectivos y trenes metropolitanos por lo que resta del año, así como el valor de los peajes en las autopistas que dependen del gobierno nacional.
Recuerdan que habrá además beneficios en las tarifas de la electricidad y gas que permitirán reducir los costos que estos servicios tienen en la producción.
Todo lo cual, suponen, se podrá revertir el enojo social por los constantes aumentos de precios y la falta de políticas exitosas para bajar la inflación.
Hacen también referencia al congelamiento usado durante la gestión de Juan José Aranguren al frente del ex Ministerio de Energía, el año pasado cuando apenas ocurrió la primera devaluación de abril y el dólar tuvo un salto brusco se acordó con las empresas petroleras un congelamiento por 60 días.
El escenario del país era similar al actual, con una economía en recesión, con una fuerte caída del consumo y con el humor social que se iba corriendo hacia sensaciones cada vez más negativas.
Pero, la suba del Brent, el incremento local del dólar y la falta de políticas exitosas para controlar la inflación hicieron fracasar esta estrategia y los valores de las naftas terminaron por incrementarse en 14 oportunidades y casi un 75% durante el año pasado.