Carlos de Narváez contraataca: demanda a la cadena Carrefour por u$s250 millones
El conflicto legal por la construcción de un mega proyecto inmobiliario en la zona de Vicente López por parte del empresario Carlos De Narváez acaba de sumar un nuevo capítulo.
En esta oportunidad no es el dueño de Ribera Desarrollos quien agrega una nueva causa en su contra como las que ya le iniciaron penalmente la sociedad de bolsa Cohen y el pedido de quiebra del HSBC.
Es a la inversa, ya que el hermano del ex diputado nacional Francisco De Narváez es quien contraataca y demanda a Carrefour por la millonaria suma de u$s250 millones en concepto de daños y perjuicios en el marco de la sociedad que formaron la filial local de la cadena de supermercados de origen francés y la desarrolladora inmobiliaria para levantar el proyecto Al Río, un emprendimiento de oficinas pegado a la intersección de las avenidas Libertador y General Paz.
Al respecto, Jorge Grispo, abogado de Carlos De Narváez, explica que la demanda se debe al daño que le produjo Carrefour a Ribera Desarrollos "al no cumplir con todos los compromisos asumidos en la relación comercial con mi cliente".
Sin querer profundizar en los detalles, el letrado anticipó que el próximo 18 de marzo está prevista una audiencia de conciliación entre su representado y los abogados de la cadena de supermercados con el objetivo de intentar resolver el conflicto sin tener que llegar a nuevas instancias judiciales.
Sin embargo, es más que probable que el encuentro termine en fracaso y que a partir de ese momento se dé inicio a la demanda ante el fuero civil.
Al respecto, desde Carrefour aclararon que recién toman conocimiento de la causa y prefirieron no hacer mayores comentarios sobre la situación.
En el caso de Grispo, sostiene que los reiterados incumplimientos de los que se acusa a Carrefour contribuyeron a profundizar la complicada situación financiera de Ribera Desarrollos y que derivó en el freno de las obras y la apertura del concurso preventivo de acreedores que se tramita en el Juzgado Comercial 12, Secretaría 23, de Hernán Papa.
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"Dependerá de la voluntad de los ejecutivos de Carrefour que se pueda avanzar en algún acuerdo, aunque ya tenemos preparada la segunda etapa de la demanda civil si en la mediación no logramos un acuerdo", advierte el abogado de Carlos De Narváez.
En cuanto al proceso de reestructuración de Ribera Desarrollos, asegura que se están logrando "importantes pasos" en la vinculación con los acreedores. "El concurso avanza, porque los acreedores saben que estamos intentando proteger el patrimonio de la sociedad".
Al momento de solicitar este mecanismo judicial de reestructuración de su pasivo, desde Ribera Desarrollos aseguraron haber sido perjudicados por el escenario negativo para el sector inmobiliario por la suba de costos, las altas tasas de interés, la caída de las ventas y la devaluación, a lo cual ahora agregan los supuestos incumplimientos contractuales de Carrefour.
Además sufrió la falta de fondos frescos para continuar con la obra y una situación de descalce financiero que no le dio chances de acudir a nuevos créditos ni a la emisión de Obligaciones Negociables (ON) que le permitan sostener la iniciativa. De hecho, también sufrió la marcha atrás del lanzamiento de una serie de este tipo de títulos que había preparado uno de los mayores bancos locales que luego desistió de avanzar por la situación del país.
Con ese dinero, De Narváez iba a cubrir su problema de endeudamiento y al no poder concretarse, profundizó la situación de inestabilidad de Ribera Desarrollos que se había quedado sin flujo de fondos y llevó a su dueño a pedir asistencia judicial para intentar reestructurar el pasivo y sanear las cuentas.
En este contexto, también hubo interés por el emprendimiento de parte de varios grupos inversores locales e internacionales entre los que se encuentra Marcelo Mindlin. El dueño de Pampa Energía se encuentra encarando varios proyectos inmobiliarios y habría analizado la posibilidad de quedarse con Al Río.
Incluso, unas semanas antes del pedido de apertura del concurso preventivo, la consultora First Capital que comandan Miguel Arrigoni y José Luis Garófalo, le acercaron a De Narváez un acuerdo con el grupo Portland que terminó en un fracaso a pesar de la promesa del fondo inversor de inyectar alrededor de u$s40 millones de manera inmediata al proyecto y reflotar inversiones mayores por u$s800 millones.
De todos modos, Grispo aclara que por ahora no hay interés en la venta del paquete accionario de Ribera Desarrollos por parte de Carlos De Narváez. "Hoy no es la prioridad la venta o la entrada de un inversor porque estamos abocados a la renegociación de los pasivos", asegura Grispo.
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La iniciativa busca reflotar este millonario proyecto para levantar un mega emprendimiento en un terreno de 16 hectáreas en donde se instalaron por ahora desde edificios para residencia, oficinas, bancos, locales comerciales y la sede del diario La Nación, todo junto al predio del supermercado Carrefour. El máster plan contempla también un centro comercial, dos torres de oficinas en el lado norte y sur del predio, además de locales para pymes y residencias de lujo.
El emprendimiento data del 2005, cuando De Narváez se asoció al conductor televisivo Marcelo Tinelli para construir este complejo inmobiliario en terrenos que eran propiedad de Carrefour y de la provincia de Buenos Aires.
En ese marco se creó una sociedad en la cual el dueño de Ribera Desarrollos, el conductor de Showmatch y Carrefour formaron parte como copropietarios del mega proyecto. En el caso de la cadena de supermercados, con una porción minoritaria de las acciones y continuó operando el hipermercado ubicado sobre la Avenida Libertador, casi General Paz.
Se armó además un fondo fiduciario para financiar el proyecto al que se sumaron varios socios y fondos de inversión del exterior y que, en un principio, se orientaban solamente a la construcción de un shopping center de 60.000 m2 y 400 locales comerciales que iba a inaugurarse en el 2006.
Con el paso del tiempo, se amplió el emprendimiento, sumando la instalación de un hotel, viviendas de lujo, un estadio deportivo cerrado, un polo gastronómico y oficinas comerciales.
Pero luego de más de una década de haberse anunciado la construcción del mega emprendimiento, a la fecha solamente se encuentran construidas solamente dos torres comerciales, la sede del diario La Nación, además de algunos bares y restaurantes.
De hecho, Ribera Desarrollos solicitó a principios de febrero pasado la apertura de su concurso preventivo de acreedores, tras haberse frenado las obras de Al Río por falta de fondos y con el objetivo de reestructurar un pasivo que podría llegar a los u$s200 millones, aunque todavía resta que la justicia verifique la totalidad de los acreedores que se presentaron al proceso.
Entre los acreedores figuran casi todos los bancos más importantes de la City porteña, además de varias empresas, proveedores, inversores y propietarios de dos torres que la empresa vendió pero que no construyó nunca. Por caso, los bancos Patagonia, HSBC e Hipotecario, que fueron inversores del emprendimiento Al Río. También la distribuidora energética Edenor, propiedad del empresario Marcelo Mindlin, quien le pagó u$s50 millones a De Narváez para la construcción de un edificio en el emprendimiento que nunca se concretó.
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Pero, mientras la demanda contra Carrefour tiene destino de continuidad, De Narváez debe responder por la denuncia penal impulsada por Cohen Sociedad de Bolsa y el pedido de quiebra hecho por el HSBC.
Ambas acusaciones están vinculadas a las sospechas de un supuesto fraude que habría cometido el empresario al frenar las obras del proyecto Al Río tras pedir la apertura del concurso preventivo de acreedores de Ribera Desarrollos.
En el caso de la entidad bancaria, habría sido perjudicada por el pedido concursal con una deuda cercana a los u$s40 millones, y el pedido de quiebra fue presentado ante el Juzgado Comercial 10, Secretaría 9 y se dirige al propio De Narváez y no a su empresa inmobiliaria.
En cuanto al Grupo Cohen, la denuncia tiene fecha del 27 de diciembre del año pasado y quedó radicada en el Juzgado Criminal y Correccional 53, interinamente a cargo de Martín Peluffo.
Las dos presentaciones buscan demostrar que el empresario cometió un delito al solicitar la reestructuración judicial de una deuda que oscila entre los u$s90 millones y los u$s200 millones y que no habría sido perjudicado por las consecuencias de la devaluación y la crisis financiera del país, tal como señala el dueño de Ribera Desarrollos.
Entre los acreedores también figura el Banco Hipotecario que tiene una hipoteca de $290 millones sobre dos torres que ya se construyeron en el emprendimiento. Se trata de las torres 1 y 2 para las cuales Ribera Desarrollo recibió un préstamo de la entidad financiera del Grupo IRSA que fue, precisamente, hipotecado con los títulos de propiedad de las viviendas de ambos edificios.
Si bien el banco corre riesgos mínimos de incobrabilidad, es posible que también este préstamo sea incluido en el proceso de reestructuración. De todos modos, los dueños o futuros dueños de las propiedades no deberían sufrir problemas ni tendrían ninguna clase de deuda con el banco.
Otro importante acreedor es la distribuidora energética Edenor, propiedad del empresario Marcelo Mindlin, quien le pagó u$s50 millones a De Narváez para la construcción de un edificio en el emprendimiento que nunca se concretó.
Según fuentes cercanas al proceso, de la deuda de u$s200 millones, unos u$s90 millones fueron aportados por los bancos; otros u$s50 millones por Mindlin y una importante suma en cheques rechazados, además de u$s15 millones adicionales con la sociedad de bolsa del Grupo Cohen.
Para Grispo, ambas denuncias no tienen futuro y forman parte de las estrategias judiciales de los dos grupos demandantes en el marco del proceso concursal.
De hecho, el letrado asegura que en las próximas semanas habría novedades en cuanto a la propuesta de reestructuración acercada a los acreedores. Explica que desde Ribera Desarrollos no se ha cometido ningún fraude sino que se trata de un negocio que fracasó por la situación de inestabilidad económica del país y por los incumplimientos de Carrefour.