Techint frenaría las obras para construir el primer reactor nuclear “made in Argentina”
Mientras el futuro de Paolo Rocca, CEO y mentor de los negocios de Techint sigue atado al devenir de la causa de los cuadernos en la cual se encuentra imputado y procesado, el mayor holding industrial de la Argentina está a punto de despedir a casi 500 trabajadores.
Se trata de empleados afectados a la obra denominada “Carem 25”, vinculada a un rector nuclear en la localidad bonaerense de Lima cuya construcción fue adjudicada al holding de los Rocca por el gobierno nacional en el 2017 a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Si bien los trabajos se mantienen y el objetivo es finalizar las obras y poner el reactor en operaciones en el 2022, en las últimas semanas se generó un conflicto entre Techint y las autoridades.
La razón de la disputa tiene que ver con la readecuación de los precios de la obra que fueron establecidos al inicio de las tareas y que, de acuerdo a fuentes gremiales, no volvieron a ser actualizados a pesar de la evolución de la inflación y del incremento de los costos de la construcción.
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En este sentido, desde la Uocra sostienen que Techint habría perdido cerca de u$s10 millones por esta situación, razón por la cual estarían analizando paralizar la obra si desde el Gobierno no se deciden a retocar los costos vinculados a este proyecto.
Es más, los voceros sindicales consultados por iProfesional adelantaron que si el conflicto se profundiza y el grupo empresario termina por despedir al personal, se convocará a una masiva movilización con el objetivo de paralizar todas las centrales nucleares.
Por su parte, Julio González, secretario General de la UOCRA Seccional Zárate, admitió la preocupación del sindicato por el conflicto y anticipó que si no se encuentra una alternativa al problema “la empresa tomaría la decisión de despedir al personal a fin de enero”.
En tanto, desde Techint no hubo respuestas a las consultas de iProfesional, aunque fuentes del sector explicaron que existe una negociación abierta entre el holding y el Gobierno para redeterminar los términos del contrato en el marco de una readecuación de números que permita mantener las obras.
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Pero si las advertencias de la UOCRA se concretan, quedará en riesgo la construcción del primer reactor nuclear argentino, cuyo prototipo se está construyendo en inmediaciones de las centrales nucleares Atucha I y Atucha II.
Se trata de un proyecto que demanda inversiones cercanas a los u$s 800 millones y que debe estar finalizado en tres años. Sus siglas de CAREM hacen referencia a las iniciales de Central Argentina de Elementos Modulares, un proyecto de central nuclear de baja potencia (25 MW) con diseño totalmente nacional.
De acuerdo a las especifaciones técnicas, el reactor puede proveer de energía a pueblos y ciudades de hasta 120.000 habitantes.
Si bien la iniciativa se lanzó en el 2014 bajo el gobierno kirchnerista, con la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada se licitó la segunda etapa de las obras civiles bajo el esquema de “Planta llave en mano” que se adjudicó Techint con un contrato por $1.148 millones en el 2017.
De la obra también forman parte otras grandes empresas como la alemana Siemens, a cargo de la provisión de la turbina generadora. O de IMPSA que fue contratada para entregar la vasija y el generador de vapor. Además, figura el INVAP en el diseño del reactor y CONUAR, una sociedad entre la CNEA y el grupo Perez Companc para la fabricación del corset de acero que contiene al reactor.
Si el conflicto con Techint se mantiene el cronograma de la obra se verá afectado, teniendo en cuenta que este año debe convocarse a la licitación para el montaje electromecánico de las piezas del reactor.