EXPANSIÓN

Molinos cierra la compra de La Salteña y toma el control de la marca a fines de enero

La alimenticia de la familia Perez Companc selló su desembarco en la empresa que era controlada por el grupo norteamericano General Mills
NEGOCIOS - 15 de Enero, 2019

A pesar de los malos resultados que vienen mostrando sus últimos resultados, Molinos Río de la Plata sigue incrementando su pool de marcas con las cuales busca pelear en el mercado interno de alimentos. De hecho, la almenticia propiedad de uno de los hombres más ricos de la Argentina como es Gregorio Perez Companc sufrió el año pasado un resultado negativo por alrededor de $2.000 millones, afectada por la devaluación y el freno del consumo.

Sin embargo, acaba de cerrar la compra de La Salteña, empresa emblemática en el segmento de fabricación de tapas para empanadas y pascualinas y de pastas frescas y secas que era propiedad de la compañía norteamericana General Mills.

Si bien no trascendió el monto de la operación, fuentes del mercado explicaron a iProfesional que el acuerdo ya estaría cerrado y se informaría públicamente en las próximas horas tal como ya lo había anticipado iProfesional.

También estimaron que la incorporación de La Salteña evidencia el objetivo de Molinos Río de la Plata de expandir sus negocios más allá del actual contexto recesivo que muestra la economía local y de las consecuencias negativas que este escenario viene provocando en las ventas de la propia empresa.

En el caso de General MIlls abandona sus operaciones en el país luego de casi 24 años desde que desembarcó en 1995 mostrando una decisión inversa a la los compradores de La Salteña teniendo en cuenta que deja sus operaciones precisamente debido a los malos resultados que viene sufriendo por causa de la recesión y la caída del consumo.

De hecho, su proceso de salida del mercado local comenzó en el 2016, cuando le vendió una parte del negocio de La Salteña a Bimbo que involucró el segmento de pan congelado y medialunas. En este caso, transfirió también al grupo mexicano la planta ubicada en la intersección de la calle Uruguay y la ruta Panamericana, en la provincia de Buenos Aires y que daba trabajo a 360 personas.

En este marco, la transacción que ambas acaban de sellar incluye el control sobre la emblemática marca de tapas para empanadas y pastas frescas y secas, además de la planta que posee en la localidad bonaerense de Burzaco y de sus 500 trabajadores.

Un establecimiento que fue inaugurado en el 2011 con un acto de la ex presidenta Cristina Fernández y que cuenta con una superficie de 20.000 metros cuadrados, más una capacidad de producción de 200 millones de unidades al año que pueden proveer al mercado doméstico y exportar también a más de 52 países.

Si bien hubo otros interesados en los activos de La Salteña, desde principio de las negociaciones Molinos picó en punta intentando desembarcar en un segmento del sector alimenticio en el que no tenía presencia como el de la producción de tapas para empanadas y tartas.

La operación también le permite contar con una planta propia de producción de pastas frescas y secas y sumar la marca La Salteña a las que ya comercializa en este segmento como Luccheti, Don Vicente, Matarazzo, Delverde, Don Felipe y Terrabusi.

Se trara de un segmento en el c ual Molinos viene apostando fuerte. Incluso, a mediados del año pasado invirtió más de $700 millones en la ampliación de la planta de pastas Lucchetti, ubicada en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas. La planta incorporó una nueva lí­nea de producción de pasta larga que permitirá producir 6.500 kilos de fideos por hora, mejorando sustancialmente su productividad, informó Molinos en un comunicado.

“Está claro que, a pesar del contexto, desde Molinos insisten en mantener sus planes de inversión en el país, apostando a que los tiempos que vendrán serán mejores”, explicaron fuentes empresarias cercanas a la operación.

Agregaron que sumar La Salteña le permite a Molinos mantener sus planes de ampliación de negocios en los sectores de consumo en los cuales compite y que también involucran otras marcas emblemáticas como Granja del Sol, Gallo, Chocoarroz, Favorita, Canale, Exquisita, Preferido, Vitina, Arlistán, Cocinero, Nobleza Gaucha, Lira, Minverva, Cruz de Malta y Blancaflor, entre otras.

En el caso de La Salteña, está previsto que el desembarco del grupo Perez Companc se concrete a fines de enero y que los planes comerciales se orienten a profundizar la presencia de la marca en todo el país, además de mantener las ventas al exterior.

De hecho, en los últimos años Molinos lleva invertidos alrededor de u$s100 millones en su estrategia de expansión que, entre otros planes, selló la construcción de dos centros de almacenamiento y preparación de pedidos robotizados, la inauguración de una línea de fideos largos y de otras dos libres de gluten.

También abrió nuevas líneas de producción de alfajores Chocoarroz y de obleas Gallo Snacks, además de haber ampliado la capacidad de elaboración de su Bodega Nieto Senetiner y de la modernización de los sistemas de la empresa al standard SAP 4Hanna.

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