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La apuesta de Macri en el G20: cerrar acuerdos de inversión por u$s30.000 millones con EE.UU., China y Rusia

Durante la reunión de líderes, intenta concretar acuerdos bilaterales para obtener fondos que financien obras de infraestructura, transporte y energía
30/11/2018 - 11:03hs
La apuesta de Macri en el G20: cerrar acuerdos de inversión por u$s30.000 millones con EE.UU., China y Rusia

Además de los ecos por el impresentable papelón organizativo que envolvió al superclásico del fútbol, los presidentes más poderosos del mundo que se encuentran en Buenos Aires tienen como escenario para su cumbre a un país con su economía frenada y sus finanzas atadas a la ayuda de organismos internacionales, fábricas cerradas o suspendiendo personal, el consumo en sus peores niveles y casi ningún poder de seducción para atraer inversiones extranjeras.

Es por eso que el presidente Mauricio Macri buscará aprovechar estos próximos dos días en los que se organiza en la Ciudad el encuentro mundial del G20 para cerrar acuerdos de inversión con las economías más poderosas del mundo.

Una estrategia similar a la que desplegó durante el Mini Davos que se llevó a cabo en el 2016 también en la Capital Federal. En aquella oportunidad no hubo presencia de líderes mundiales como ahora sino de los principales empresarios del planeta, que se comprometieron a desplegar desembolsos por miles de millones de dólares para los próximos cuatro años al punto que desde el Gobierno prometieron una “lluvia de inversiones” que, sin embargo en la práctica, no se terminaron por concretar en su totalidad.

Al contrario, dos años después el país sufre de una fuerte “sequía” de inversores que quieran comprometer fondos en proyectos en el país. De hecho, la inversión privada acumula este año una caída del 2,3% según datos de la consultora Ferreres & Asociados.

Ahora, Macri busca que no se repita la misma situación, buscando más que nada que las promesas se vuelquen en acuerdos firmados que permitan inyectar fondos a una economía necesitada de anabólicos que ayuden a sortear la crisis y a convertir el estancamiento actual en una incipiente reactivación. En el seno del Gobierno saben que el momento es el adecuado. Dos días en los cuales estarán presentes representantes del 85% del producto bruto global, el 66% de la población mundial, el 75% del comercio internacional y el 80% de las inversiones globales.

Datos que animan. En especial, cuando para el año próximo las proyecciones no son tampoco optimistas con respecto al marco económico que acompañará la campaña electoral de Cambiemos con el objetivo de mantener a Macri otros cuatro años en la Casa Rosada.

Así las cosas, el Jefe de Estado tendrá en su haber cuando finalize la cumbre del G20 los compromisos de millonarias ayudas monetarias de, por lo menos, dos de los principales países del mundo como son Rusia, Estados Unidos y China.

Enfrentados entre sí en guerras comerciales, diplomáticas y geoestratégicas que tiene derivaciones hacia el resto de las economías internacionales, las tres naciones dejan acuerdos firmados por casi u$s25.000 millones en inversiones que se volcarán en especial hacia energía y proyectos de infraestructura, con Vaca Muerta como “la joya” de mayor atractivo.

El Gobierno sabe que esa región hidrocarburífera de Neuquén es uno de los pocos ejemplos concretos que puede “vender” a nivel internacional sin despertar dudas vinculadas al contexto macro económico o a las posibilidades reeleccionistas del Presidente.

Como laderos de esta estrategia de seducción, Macri colocó a sus principales ministros. Es decir, a Nicolás Dujovne y Dante Sica. Tanto el de Finanzas como el de Producción y Trabajo participan de varias reuniones colaterales a los encuentros que el Presidente se agendó con los presidentes Donald Trump, Vladimir Putin y Ji Ximping, entre otros jefes de Estado.

El más activo es Dujovne. Participó de una cena con el resto de los ministros de Hacienda y Finanzas y presidentes de los bancos centrales del G20 en la cual desplegó una gran cantidad de razones por las cuales la Argentina mejorará su performance a partir del 2019 bajo la tutela del acuerdo con el FMI, entre otros temas.

También se hizo presente en un evento empresarial VIP organizado por el Council de las Américas como antesala del G20 en el cual aseguró que el Gobierno tiene la capacidad y la visión de convertir en realidad el eterno potencial del país. En ese mismo escenario anticipó la reelección de Macri el año próximo y prometió que se mantendrá el rumbo económico y se respetarán las reglas de juego.

Además fue parte de otro foro organizado por el Banco Mundial en el CCK y concretó una serie de reuniones bilaterales de las cuales la más importante es con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin. También se vio con representantes del Banco Europeo de Inversión, el ministro de Hacienda francés, Bruno Le Maire y con la reina Máxima de Holanda.

En el caso del Ministro de Producción y Trabajo, en su agenda figura participando de la firma de la mayoría de los convenios en comercio e inversiones que la Argentina sellará durante el G20.

Y ambos formaron parte del desayuno d trabajo de Macri con Trump, en el que se abordaron temas vinculados a las inversiones de Estados Unidos en el país, así como las trabas al biodiesel impuestas por esa nación.

Fuentes oficiales estiman que los compromisos de inversión de las empresas norteamericanas está cerca de los u$s20.000 millones en energías convencionales y limpias. Pero hasta ahora son promesas que se están negociando para incrementar la presencia de capital norteamericano en la Argentina.

En el caso de Rusia, Macri apuesta a la ayuda de Putin para la terminación de varias centrales nucleares, teniendo en cuenta que Moscú cataloga a Buenos Aires como un importante socio estratégico en la región latinoamericana y está dispuesto a ampliar el flujo de inversiones.

De hecho, el año pasado el comercio entre las dos naciones superó los u$s890 millones que se pretende incrementar para los próximos años, sumando al tema de las centrales nucleares, acuerdos en materia de transporte, pesca y de cooperación en medicina.

Pero la apuesta más fuerte de Moscú pasa por las centrales nucleares. De hecho, el gobierno de Putin ofreció la construcción de una central flotante, similar a una que ya funciona en el mar Báltico y que abastece de energía eléctrica a las industrias y ciudades portuarias más lejanas de ese país.

Adicionalmente, se podría firmar un acuerdo entre YPF y la productora de gas rusa Gazprom, aunque no está previsto en la agenda protocolar. Sí se anticipan más inversiones de la empresa Transmashholding, que reinauguró los talleres ferroviarios de Mechita, en la provincia de Buenos Aires que se encontraban inactivos desde el 2011 y en los que apuesta a producir locomotoras y vagones.

También se destaca al grupo Gazprombank, que busca desarrollar un proyecto de instalación de un puerto en la zona del Río Paraná, en Santa Fe.  Se habla además de la participación de la empresa Ferrocarriles Rusos (RZhD), en varios proyectos locales. Y de la fabricante de fertilizantes PhosAgro, que intenta aumentar sus operaciones locales.

Con respecto a China, su presidente prolongará la estadía en Buenos Aires mas allá de la cumbre del G20. La principal apuesta de Ji Ximping son los contratos para Atucha III, que están pendientes por la decisión del Gobierno de revisar el proyecto que fue acordado por el gobierno kirchnerista.

Se trata de una iniciativa que engloba desembolsos por u$s8.000 millones si la administración Macri le da luz verde a la evaluación final de los técnicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). De todos modos, recién a partir del 2019 arrancarían los trabajos para construir la nueva central como parte del acuerdo firmado en el 2015 y que también incluye el desarrollo de otra quinta unidad con tecnología china.

Se presume además que el encuentro entre Macri y Ji Ximping también servirá para concretar la ampliación del swap (intercambio de monedas) por u$s8.500 millones ya firmado entre ambos países y que servirá para reforzar las reservas del Banco Central.

Fuentes oficiales agregan la posibilidad de que China invierta en la explotación de Vaca Muerta, además de reforzar el liderazgo asiático en la construcción de las represas hidroeléctricas de Santa Cruz, donde tiene como socio local al grupor cordobés Electroingeniería. Y, al igual que Rusia, se mantienen las conversaciones para que China construya una central nuclear en el 2022 por un total de u$s8.000 millones.

Pero además de Dujovne y Sica, también Javier Iguacel participa de este pequeño grupo de funcionarios que tienen la tarea de “vender” la Argentina mientras dure el G20.  El Secretario de Energía ya logró cerrar varios compromisos de inversiones destinadas a obras en Vaca Muerta.

Firmó con Overseas Private Investment Corporation (OPIC), institución financiera del gobierno estadounidense, una carta de intención en la que se anticipan inversiones en la mayor zona de hidrocarburos de la Argentina por un total de u$s813 millones.

El dinero será destinado al desarrollo de energías renovables e infraestructura vial que llevarán a cabo grupos norteamericanos durante los próximos años.

El acuerdo también sirve para que el gobierno de Trump amplíe las líneas de créditos destinadas a empresas de ese país que tengan inversiones o que quieran invertir en Argentina, así como también para empresas nacionales en las que tengan participación las estadounidenses.

En el marco de los proyectos que pueden recibir estos fondos se encuentra el gasoducto de gas natural que las empresas TGS y Tecpetrol planean construir desde la cuenca de Vaca Muerta hasta San Nicolás y que prevé una inversión de u$s350 millones.

Por su parte, dentro de los proyectos referentes a energías renovables se encuentra el Parque Eólico Cañadón León en la provincia de Santa Cruz de 122 MW de YPF Luz por u$s50 millones.

También el de energía solar Ullum I, II y III de 82 MW y el de energía eólica de Chubut Norte III y IV de 140 MW de la empresa Genneia S.A. por u$s118 millones.

A esto se le suman el encarado en el marco de los PPP, como el de Corredor vial C (Buenos Aires- Mendoza) por u$s250 millones de empresa Astris Infraestructura y el de ampliación de parques logísticos (Gran Buenos Aires) por u$s45 millones de Plaza Logística que también fueron suscriptos mediante las cartas de intención.

Otra carta de intención firmada fue con la Corporación para la Inversión Privada en el Extranjero (OPIC, por sus siglas en inglés), la institución del gobierno estadounidense que brinda financiamiento para el desarrollo. Abarca promesas por u$s813 millones para financiar iniciativas en infraestructura, energía y logística vinculadas también a los PPP.

De manera adicional, se obtuvo un crédito por u$s1.000 millones para ferrocarriles en el marco de un contrato sellado por el Ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, con la empresa china China Railway Construction Corporation Limited (CRCC). El dinero servirá para poner en marcha la reactivación del ferrocarril San Martín Cargas y  apunta a recuperar 1020 kilómetros de vías del tren de cargas que une la región de Cuyo con los puertos de Rosario y Buenos Aires.

Por otro lado, el Banco Europeo de Inversiones apoyará con u$s190 millones que se usarán en obras de agua y saneamiento en el área metropolitana y de gestión de residuos provinciales, y en el desarrollo de energía solar en Jujuy.

Asimismo, la Agencia Francesa de Desarrollo agrega otros u$s134 millones para fortalecer la gestión provincial e infraestructura hídrica y energética. También el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aprobó dos operaciones de crédito por u$s130 millones El dinero será usado para la modernización del Complejo Hidroeléctrico binacional Argentino-Uruguayo de Salto Grande. En el caso de China, se sumó la firma de un protocolo que permite el ingreso al país asiático de equinos en pie, así como ovinos y caprinos de la Patagonia.