Acosados por las pérdidas, los dueños de Paty aceleran la venta de la empresa en Argentina
El grupo brasileño BRF busca apurar la venta de sus activos en Argentina, para lo cual acaba de contratar a los bancos Itaú BBA y Bradesco a fin de buscar potenciales interesados. Se trata de una decisión tomada por el holding que intenta mejorar su estructura de capital social y financiera, afectada por la participación en uno de los casos de corrupción que se investigan en el país vecino.
En ese marco, decidió poner en venta sus empresas en Argentina, Europa y Tailandia. En el caso local, la determinación fue potenciada por los problemas que sus controladas sufren y que se vinculan con la situación de la economía, la caída de las ventas, la recesión y las últimas devaluaciones.
De hecho Quickfood, la filial local de BRF, sigue acumulando fuertes pérdidas que le van quitando atractivo y que se suman al contexto recesivo que ofrece la economía del país.
En este marco, ambas entidades financieras brasileñas comenzaron la tarea de encontrar potenciales compradores a la empresa que, entre sus activos, agrupa reconocidas marcas como las hamburguesas Paty y GoodMark, las salchichas Vienissima, los fiambres Bocatti y Campo Austral, y las margarinas Manty y Delicia, entre otras.
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Una empresa que, sin embargo, acaba de cerrar el primer semestre del año con pérdidas por $183 millones, vinculadas a la retracción de la demanda y también a la disparada del dólar. De hecho, actualmente opera con un capital de trabajo negativo de $649 millones, que incluye deudas con el accionista controlante por $222 millones.
Esto se debe a que BRF viene soportando financieramente a Quickfood desde hace ya varios años con el objetivo de que su controlada pueda cumplir con sus obligaciones comerciales, financieras y legales y asegurar sus operaciones.
De todos modos, también tuvo que recurrir al Gobierno para poder achicar su estructura de personal mediante la apertura de un procedimiento preventivo de crisis autorizado por el Ministerio de Trabajo. Hasta la fecha, Quickfood debió pagar $40 millones en concepto de indemnizaciones a trabajadores despedidos de su planta ubicada en la localidad bonaerense de Baradero.
Según comunica la empresa en su último informe enviado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires para reflejar su balance semestral enero-julio pasado, “seguimos buscando mejoras y eficiencias operativas en todos los eslabones de la cadena productiva y comercial”.
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En el documento también estima que su activo total alcanza los $4.182 millones que representan una suba del 10% con respecto al mismo ejercicio del año pasado. En cuanto a su pasivo, aumentó en $578 millones debido a un incremento de $637 millones en el pasivo corriente y una disminución de $59 millones en el no corriente.
En este marco, su patrimonio neto se redujo un 31% y se ubicó en los $412 millones respecto al informado en diciembre del año pasado. Con estos números de fondo, ahora los bancos Itaú BBA y Bradesco tendrán la complicada tarea de vender Quickfood en una suma que inicialmente se había ubicado en los u$s1.200 millones pero que, a raíz de la devaluación y la profundización de la crisis local, podría ser modificada.
El monto abarca no sólo los activos de Quickfood sino también el resto de los negocios locales de BRF que se reparten entre varios frigoríficos, empresas avícolas y establecimientos porcinos, en especial en Córdoba.
En esa provincia es dueña de Avex, avícola con sede en Río Cuarto y donde emplea a casi 600 trabajadores y en el cual viene llevando a cabo un duro ajuste para evitar su cierre y la depreciación de su valor de cara a encontrarle un nuevo propietario.
Actualmente, Avex opera a menos del 30% de su capacidad y BRF habría iniciado conversaciones con la avícola local Granja Tres Arrojos para sumarla como accionista y así descomprimir el imacto negativo que genera en todo el grupo al ser la unidad de negocios más problemática del grupo brasileño en Argentina.