La nueva Impsa sin Pescarmona vuelve por la revancha en Brasil con un contrato millonario
Alejada ya la familia Pescarmona de la conducción de la empresa, Impsa acaba de firmar su primer contrato de la mano de sus nuevos dueños. Se trata de la exportación de una serie de equipos de generación hidroeléctricas hacia Brasil en el marco de un contrato que supera los u$s700 millones.
Los equipos permitirán abastecer de energía a 850.000 habitantes del país vecino, radicados más que nada en la ciudad de Cuiabá, en el Estado de Mato Grosso, hacia adonde Impsa exportó un rodete de turbina Kaplan de 102,3 MW para instalar en la Central Hidroeléctrica Colider.
Los equipos fueron construidos en el centro de producción que la ex empresa de los Pescarmona posee en la provincia de Mendoza. Según la información suministrada por la propia compañía, la máquina posee un diámetro de 7,8 metros y un peso aproximado de 172 toneladas.
El acuerdo comercial también incluye el diseño y la provisión de turbinas, generadores y resto del equipamiento electromecánico bajo la modalidad llave en mano, lo que implica la entrega de la central en operación.
Brasil no es un mercado desconocido para Impsa. De hecho, sus anteriores dueños habían creado una sociedad bajo el nombre de WPE para impulsar proyectos eólicos e hidroeléctricos. Sin embargo, la empresa tuvo varios problemas financieros debido a la falta de pago de varios de sus contratos, que la llevaron al default.
Entró en convocatoria de acreedores con una deuda de u$s850 millones que fue garantizada por Impsa, que en ese momento también acumulaba una deuda pero mucho menor, de u$s250 millones. Con el nuevo contrato, la empresa mendocina busca recuperar el mercado brasileño y volver a hacer negocios rentables y sustentables.
"La operación le permite a Impsa continuar reforzando su presencia en el mercado internacional de bienes de capital de alto contenido tecnológico", señaló el CEO de la compañía, Juan Carlos Fernández, mediante un comunicado. El ejecutivo concreta de este modo, su primer negocio al frente de la empresa mendocina que se encuentra en proceso de cambiar su antigua deuda generada durante su período de default por la nueva, renegociada en el marco del acuerdo preventivo extrajudicial que selló con sus acreedores.
En ese marco, pudo transformar un pasivo de u$s1108 millones en uno nuevo de u$s430 millones a valor actual. La renegociación también incluyó el cambio de control ya que los acreedores se quedaron con el 65% de las acciones de Impsa, mientras que la familia Pescarmona retuvo el 35% restante.
Además del contrato en Brasil, Impsa tiene en carpeta más proyectos de energía entre los que se encuentran el suministro para la rehabilitación de la Central Hidroeléctrica Acaray, en Paraguay; la repotenciación de la Central Hidroeléctrica Tenom Pangi, en Malasia y un contrato de provisión para el reemplazo de dos turbinas para la Central Hidroeléctrica Yacyretá. También tiene en carpeta la ejecución de las turbinas de Tocoma, en Venezuela.