• 25/12/2024

Miguel Galuccio, luego de YPF, se consolida como el nuevo "rico" del petróleo en la Argentina

Hizo movidas fuertes en muy poco tiempo. Primero, compró los activos locales de la china Sinopec. Segundo, cerró la adquisición de la petrolera Entre Lomas
28/02/2018 - 17:22hs

Quienes conocen a Miguel Galuccio en la intimidad aseguran que su ego es casi tan grande como su carrera y que fue eso -además de las diferencias económicas y polí­ticas- lo que terminó eyectándolo del sillón en YPF.

Ese mismo instinto es el que un año después lo puso detrás del lanzamiento de Vista Oil, una compañí­a con caracterí­sticas particulares que el enterriano fundó en tierras mexicanas. La firma surgió ví­a un instrumento financiero aplicable al negocio de los hidrocarburos.

Según el portal Letra P, en el rubro la describen como una firma golondrina de la energí­a, que ni siquiera tiene sede fí­sica en Argentina pero que empezó a comprar activos a valores muy superiores a lo esperable y a reclutar directivos de gigantes globales.

Sorprende a propios y extraños el comportamiento de nuevo rico que ostenta Galuccio, el ejecutivo que llegó a YPF de la mano del ex gobernador de Entre Rí­os Sergio Urribarri, que se lo acercó a Cristina Fernández como el candidato indicado para sacar a la petrolera de bandera del letargo atribuido a los dirigentes del Ministerio de Planificación que comandaba Julio De Vido.

"Anda con la billetera suelta", contó una fuente que fue sondeada por Vista Oil.

Algunas de las obsesiones y preferencias del ex CEO de YPF explican por qué tomó la decisión de crear este tipo de empresas. La idea de Galuccio es recrear el inicio del boom del shale en los Estados Unidos, que se hizo con firmas de este estilo: Vista es una compañí­a soportada por fondos de inversión de peso, que se arman con poco capital humano, perforan pocos pozos, hacen dinero con ese negocio y no garantizan ni planes de largo plazo ni visiones estratégicas.

Vista Oil tiene detrás al fondo Riverstone, que ya puso más de U$S40 millones en un centenar de empresas globales.

Con este esquema, logró movidas relevantes en la Argentina en muy poco tiempo. La primera fue la compra de los activos de la china Sinopec en Argentina. La segunda, la adquisición de la petrolera Entre Lomas, que estaba en manos de Marcelo Mindlin.

Dentro de ese paquete, se incluyen áreas no convencionales en la cuenca neuquina. Para el sector, los U$S360 millones que sacó del bolsillo fueron demasiado para el potencial de esos yacimientos. Es que no están en el corazón de Vaca Muerta, como los pozos que tienen YPF, Tecpetrol o Pampa Energí­a.

"Lo que está en venta de Vaca Muerta es lo que nadie quiere; lo que está en las áreas con potencial no tiene cartel de venta", detalló un especialista en shale. Sin embargo, con estas dos compañí­as, sobre todo la china, se transformó en el tercer productor de hidrocarburos del paí­s, por detrás de YPF y Pan American Energy (PAE).

Galuccio, cuyo hermano supo presidir la Unión Industrial de Entre Rí­os en los años del kirchnerismo, siempre fue un outsider de la polí­tica. Se llevó inicialmente bien con Cristina Fernández; hasta que el derrumbe en los precios internacionales del crudo terminó debilitando la potencialidad de sus planes estratégicos.

Cuando Mauricio Macri asumió la presidencia, pensó en conservarlo en un inicio. Pero chocó de frente con su carácter, su ego y su idea del hombre todopoderoso de la energí­a, ése que podí­a enseñarle a cualquiera que se le parara delante cómo sacar petróleo de las piedras. Ese perfil fue el que redundó en el apodo de "Mago", que le fue dado cuando desembarcó en Argentina luego de años de recorrida en el mundo petrolero.

El último capricho de Galuccio, que muestra una vez más el respaldo de los capitales financieros, fue la captación del CEO del gigante estadounidense Dow, Gastón Remy. Hasta el momento, habí­a sumado a su equipo en Vista Oil a Juan Garoby, ex director de Operaciones de YPF, el creador del plan de perforaciones verticales, que se fue de la estatal enfrentado con el directivo Ricardo Darré, un enemigo de ese formato.

Pero la apuesta con Remy desconcertó al mercado por varias razones. La primera, Dow es una de las empresas más grandes del mundo y la que mejores números está mostrando en la gestión de Macri. Con el Presidente, Remy habí­a tejido un buen ví­nculo, le gustaba su estilo, que conoció más cuando lo entrevistó en el marco del último Coloquio de IDEA.

La historia de cómo Galuccio logró convencerlo de sumarse a su equipo viene de larga data. Dow tiene buena parte de sus actividades centradas en el Polo Petroquí­mico de Bahí­a Blanca. En los años del kirchnerismo, cuando ocurrí­an cortes de gas a industrias, se transformó en un problema para la producción de la firma Dow allí­. En aquel tiempo, Galuccio empezó a dialogar con Remy para resolver el tema.

El entrerriano le sugirió que lo mejor era que Dow se asociara con YPF en un proyecto gasí­fero que pudiera llevar el fluido casi en su totalidad a esa zona de Bahí­a. Así­ surgió la asociación de las dos empresas en El Orejano.

Juntos convencieron a la gerencia máxima de Dow de las conveniencias de esa sociedad. Desde allí­, Galuccio y Remy empezaron una amistad que continuó. Los describen como parecidos en carácter y objetivos, lo que en parte explica el deseo del CEO de Dow de emigrar a un proyecto nuevo.

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