Otro cambio de manos en combustibles: Shell anunciará la venta de sus estaciones de servicio a un grupo brasileño
Luego de la venta de las estaciones de servicio de Pampa Energía al grupo holandés Trafigura, el mercado local de comercialización de combustibles está a punto de ser protagonista de otro cambio de manos. La petrolera angloholandesa Royal Dutch Shell estaría a punto de anunciar la operación mediante la cual le transfiere su red en Argentina al conglomerado brasileño Raizen Energía S.A.
La operación, que englobaría un monto cercano a los u$s1.000 millones, se está terminando de definir por estas horas y podría ser anunciada antes de fin de año o a principios de 2018.
Si bien desde Shell Argentina no hubo comentarios y voceros de la empresa dijeron desconocer el grado de avance del deal, fuentes muy vinculadas a la transacción confirmaron a iProfesional que el acuerdo sería oficializado en las próximas semanas.
Raizen Energía es una firma brasileña que participa en la producción y comercialización de combustibles, caña de azúcar y etanol que nació en 2011 de la asociación entre Shell y Cosan, uno de los conglomerados de empresas más grandes del país vecino que opera en los segmentos de energía, logística, infraestructura y producción primaria.
iProfesional adelantó en septiembre pasado las conversaciones entre la filial local del grupo angloholandés y su asociada brasileña cpmo un intento po preservar el poder de su marca en el negocio de expendio de combustibles argentino.
El grupo participó de una licitación privada que organizó el banco Credit Suisse de la cual también compitieron la empresa chilena Quiñenco, de la familia Luksic, la petrolera asiática Petrochina, la holandesa Trafigura y el holding local Pampa Energía. El proceso habría derivado en la aceptación por parte de Shell de la oferta de Raizen al ser la más accesible y atractiva.
De hecho, ese habría sido el motivo por el cual Pampa Energía terminó vendiendo sus estaciones de servicio a Trafigura la semana pasada por u$s90 millones. Al no lograr expandirse mas allá de los 260 locales que operaba hasta esa fecha y no considerar el negocio de venta de combustibles como estratégico, Marcelo Mindlin se decidió a vender al grupo europeo que en el país ya participa del negocio con estaciones de bandera Puma.
El acuerdo se concretó en poco tiempo, ya que incluía condiciones favorables para ambos grupos.
En el caso de la venta del negocio local de Shell, también habría jugado a favor el hecho de ser un grupo en el cual participa con el 50% del capital, lo que facilitaría las negociaciones y las contingencias legales que debe atravesar la transacción. La alianza con Cosan en Brasil data de 2010 cuando Royal Dutch Shell unió sus activos en ese país en un joint venture para operar en las áreas de azúcar, etanol y de distribución y comercialización de combustibles.
La asociación dio origen a la tercera compañía de distribución de Brasil, la segunda cadena de estaciones de servicio y el mayor operador de biocombustibles del mundo.
En septiembre pasado, Raizen Energía había hecho pública su oferta vinculante para comprar las 600 estaciones de servicio, el negocio local de refino, distribución de combustibles y de lubricantes de Shell a través de su controlada, Raizen Combustibles que en su país usa la marca Shell en sus 4.700 estaciones de servicio.
El acuerdo incluye el traspaso al conglomerado energético y de infraestructura brasileño de 630 estaciones de servicio y una refinería ubicada en la localidad bonaerense de Dock Sud. Actualmente, Shell posee con estos activos el 13% del mercado de "downstream" petrolero, detrás de la líder YPF, que domina con el 55% de market share.
En declaraciones al diario Valor de Brasil, en noviembre pasado el titular de Cosan, Mario Augusto Da Silva, se había mostrado "entusiasmado" en concretar el deal al entender que se trata de "activos interesantes, con un buen potencial de expansión".
La posibilidad de desembarcar en el mercado argentino se dio luego que Royal Dutch Shell pusiera en revisión sus activos en Argentina en el marco de un plan de desinversión global por u$s30.000 millones con el que busca reducir la deuda que le generó la compra de BG Group o British Gas en 2016.