Cristóbal López y el Grupo Terranova, con acuerdo "casi cerrado" sobre el traspaso del grupo C5N
Finalmente, y tras varias idas y vueltas y cambios en la propuesta, Cristóbal López y los Terranova sellaron un acuerdo para compartir el control del Grupo Indalo.
El empresario patagónico y la familia mendocina firmaron el arreglo en Montevideo. Hasta la capital uruguaya llegaron para alejarse de quienes pudiesen complicar nuevamente el contrato mediante el cual se creará el fideicomiso con varios de los activos de Indalo.
De todos modos, habrá ciertos cambios al plan inicial por el cual casi todo el poder quedaba en manos de los Terranova. Ahora, Cristóbal López se mantendrá firme en su tarea de mandamás de un grupo que controla desde empresas petroleras hasta medios de comunicación.
El plan primitivo era el de ceder sus activos mediante la figura de un fideicomiso con el objetivo de ordenar sus cuentas, obtener financiamiento y alivio para evitar la quiebra de su holding.
Cristóbal López y los Terranova debieron vencer varios frentes de tormenta que comenzaron tras conocerse la noticia sobre una posible venta de Indalo a la familia mendocina.
Con el paso de los días, esa propuesta migró hacia la figura del fideicomiso, pero con un mayor peso de los Terranova.
Ahora, habría equilibrio en ese poder. E incluso es posible que López siga siendo quien lleve las riendas.
No queda claro si se mantendrán los empresarios contratados en un principio para manejar el fideicomiso. Es decir, Gerardo Molinario, quien ocupó varios cargos ejecutivos en Arcor a lo largo de sus 12 años en esa compañía. Y de Gustavo Casir, con pasado en el grupo chileno Cencosud.
Con el fidecomiso busca sortear el cerco judicial que le impide obtener fondos frescos por tener sobre su espalda el concurso preventivo de la petrolera Oil, acusada de haber evadido $8.000 millones del Impuesto a la Transferencia a los Combustibles durante por lo menos ocho años.
Siguiendo los parámetros de este instrumento, la idea es transferir la propiedad fiduciaria a título de confianza a otra persona (Fiduciario), para que éste –como dueño en interés ajeno– administre el patrimonio por separado.
Este último se conforma con los bienes transferidos, en nombre de las personas designadas en el contrato como beneficiarios. Luego, estos activos son devueltos al cumplimiento de un plazo o condición al Fiduciante o Beneficiario (Fideicomisario).
Con un límite impuesto a los planes de cancelación, López tuvo que empezar a pagar el ITC: en diciembre 2015 desembolsó $128 millones; en 2016, otros $3.150 millones; en lo que va de este año, $2.140 millones.
Pero con este nivel de desembolsos y con una situación económica limitada, el escenario del holding es endeble. Tiene una inhibición de bienes, su dueño enfrenta 13 denuncias iniciadas por la AFIP, que le reclaman $589 millones.
El organismo acusa a más de 30 empresas del Grupo Indalo de apropiación indebida de tributos y recursos de la Seguridad Social.
Pero la causa madre se encuentra en poder de la Corte Suprema, ya que el organismo tributario rechaza la apertura concursal alegando la existencia de fraude.
Por eso pretende la nulidad del auto de apertura del concurso dictado por el juez de Chubut y convalidado por la Sala D de la Cámara Nacional Comercial.