La "ruta de la manzana": así es el recorrido del precio, desde los productores hasta la góndola en comercios
Los precios de los alimentos están en el centro de la escena. Más específicamente, los de la fruta.
En julio, si bien el INDEC informó una desaceleración del índice inflacionario, al caer la cifra al 2% mensual, las frutas se movieron por encima de ese nivel, orillando el 4 por ciento.
En este contexto, causa sorpresa escuchar que los productores de manzanas del Valle de Río Negro están recibiendo cerca de $3 por kilo -cifra que no les alcanza para cubrir los costos-, cuando los consumidores deben pagar entre $28 y $50, según la variedad.
El índice que elabora la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y que mide la diferencia promedio entre el precio de góndola y origen para una canasta de 20 alimentos agrícolas, muestra que el mes pasado la brecha en el caso de las manzanas fue de casi 10 veces, mientras que para las peras el gap fue de 11 veces.
"El problema es el precio. Al productor, un kilo de manzana le cuesta $4,50 y lo que percibe, en promedio, es $3 por kilo", afirmó Jorge Figueroa, presidente de la Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén.
"Lo ideal sería que la rentabilidad fuese del 20%. Entonces al costo de producción de $4,50 se le sumaría una renta de $1,50, lo que daría un precio de $6. Lo que nosotros queremos es por lo menos recuperar el costo", indicó.
En un tono similar se expresó Sebastián Hernández, titular de la Cámara de Fruticultores de Allen (Río Negro), quien afirmó que "nosotros cobramos miserias en comparación con lo que paga el consumidor".
Así, todas las miradas de los cosechadores hoy están puestas en los demás eslabones de la cadena, que está conformada por los empacadores (que limpian y seleccionan la fruta, la ponen en cámaras frigoríficas y la distribuyen), los mayoristas y los comercios que venden al por menor, como supermercados y verdulerías. La "ruta de la manzana"En medio de este debate, los empresarios del transporte de cargas nucleados en Fadeeac buscaron salir del foco de la escena, al afirmar que no son formadores de precios y que padecen el contexto actual tanto como los chacareros.
“El desacople entre el productor y el consumidor final no es el transporte de cargas, son los intermediarios inescrupulosos que fuerzan situaciones para ganar más dinero sin importarles ni el productor ni el consumidor”, afirmó Juan Aguilar, secretario de Fadeeac.
"Nos duele que los productores del sur de nuestro país deban regalar el alimento que producen. Entendemos que se trata de una situación muy crítica. Sin embargo, muchas veces se culpa al transporte que, justamente, no es formador de precios", indicó el directivo.
Cabe aclarar que estas cifras no representan una ganancia bruta para los diferentes actores de la cadena: según indicaron desde la consultora Gabinete MAG, por cada $35 que paga un consumidor, entre 38% y 40% son impuestos que abonan productores, empacadores, transportistas y comerciantes.
"Todas las cadenas manejamos apenas el 15% del mercado de la fruta en la Argentina, es decir que nuestro aporte es marginal”, indicaron.
"Pasa lo mismo que con el negocio de la carne: más del 75% se vende en carnicerías de barrio, nosotros manejamos tan sólo el 25% restante", señalaron.
Frente a esta compleja cadena de comercialización, los productores afectados por la falta de rentabilidad entregaron al Gobierno un petitorio en el que piden -entre otras cosas-, crear un organismo que actúe de manera similar al Instituto Nacional de la Yerba Mate.
Es decir, que al inicio de cada campaña se fijen precios mínimos para la fruta y así se eviten los desafasajes que se observan en la actualidad.