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"Sí­ndrome Lear": cómo la crisis pasó de ser un caso aislado a golpear a otros gigantes de la industria

Una de las principales autopartistas del país se vio afectada y efectuó despidos masivos. ¿Nuevo conflicto en puerta?                                 
07/10/2014 - 14:19hs
"Sí­ndrome Lear": cómo la crisis pasó de ser un caso aislado a golpear a otros gigantes de la industria

Cuando el conflicto en Lear quedaba atrás para el Gobierno, otra empresa del rubro comenzó a acusar problemas similares a sólo seis cuadras de la autopartista estadounidense.

Las autoridades se habían esforzado en remarcar que lo de Lear era un "caso aislado" y que el conflicto no era producto de una "crisis".

Sin embargo, en los últimos meses, las dificultades se extendieron a Metalsa, la única fabricante de chasis para pick ups en el país, que se vió afectada por la caída de sus exportaciones y la menor demanda en el mercado local.

Con 15 sucursales en el mundo, la compañía de capitales mexicanos despidió a 150 operarios desde abril y suspendió a 700 hasta principios de septiembre, en su planta ubicada El Talar de Tigre, donde tiene su segunda filial más importante.

"Evaluamos suspensiones para octubre, pero no despidos", dijeron fuentes de la empresa a iProfesional.

Las medidas de ajuste llevadas adelante por la autopartista reflejan el panorama complejo que vive la actividad, pese a los planes oficiales puestos en marcha para reactivar el rubro automotor.

El Ejecutivo lanzó a fines de septiembre la fase II del plan ProCreAuto, con tres automotrices menos y subas en los precios de hasta el 7,5%, luego de mantener varias reuniones con las automotrices a las que les reclamó que no se "encanuten" los autos.

Las negociaciones incluyeron el compromiso de las autoridades de flexibilizar las importaciones mediante la ampliación del cupo de divisas, a cambio de que el rubro automotor mantenga los puestos de trabajo.

Desde el Ministerio de Industria y el oficialista gremio Smata señalaron que las suspensiones se redujeron a la mitad o más, gracias a las medidas del Gobierno.

No obstante, los empresarios autopartistas señalan que Peugeot, Renault y Volkswagen siguen complicadas y que ello repercute en otros eslabones de la cadena. Sólo en Córdoba se calcula que hay 5.400 operarios suspendidos.

Asimismo, la semana pasada Smata se declaró en estado de alerta y movilización en rechazo al posible despido de 400 empleados de dos concesionarios a los que Fiat les rescindió el contrato.

El modelo

Junto con Mirgor, Metalsa es la autopartista más grande del país. En su planta, 1.500 obreros producen los chasis para las camionetas Ford Ranger, Toyota Hilux y Volkswagen Amarok en sus diferentes versiones, que son exportadas en un 80% a Brasil y Ecuador, entre otros destinos.

Por su importancia, la firma perteneciente al Grupo Proeza se convirtió en un caso "modelo" de las políticas de nacionalización de piezas. Sus productos prácticamente son hechos sin componentes importados y generan divisas en un sector cuya balanza comercial es deficitaria.

Luego de adquirir Dana, anunció inversiones por u$s38 millones en 2011 y consiguió un préstamo financiado a través del Fondo del Bicentenario -a tasa fija en pesos a 9,9% anual a 5 años de plazo con 1 de gracia- por 600.000 pesos.

Con 800 empleados en ese entonces, la autopartista se comprometió a generar 1.700 empleos y alcanzar los u$s247 millones en ventas para el 2016.

"Metalsa es una autopartista global que nos permite la integración local de la industria automotriz y su plan de inversiones va en la misma dirección de nuestras políticas de nacionalización de piezas para el sector", manifestó la titular de la cartera de Industria, Débora Giorgi, en ese entonces.

Pero lo que ocurrió en el último tiempo es bastante diferente. La empresa pasó de producir un promedio mensual de 20.000 chasis en 2013 a 17.000 en el tercer trimestre de este año -una baja del 15%-, y redujo su plantilla, respecto del año anterior.

La caída estuvo motivada principalmente por la decisión de Volkswagen en Alemania de dejar de comprarle los chasis para la Amarok y comenzar a fabricarlos directamente en ese país.

Pero también influyeron el retroceso de las ventas en el mercado local, que en agosto descendieron un 35% según datos de ADEFA, y la desaceleración de Brasil, el destino principal de las camionetas ensambladas en Argentina.

"La mitad de los chasis se fueron por problemas locales que son coyunturales pero la otra mitad es por la pérdida del cliente en Alemania y eso ya no se recupera", explicaron desde la empresa.

Las únicas líneas que prácticamente no se vieron afectadas son las pick up de Ford y Toyota. En esta última, la firma lleva adelante una inversión de u$s30 millones para lanzar la nueva Hilux en 2015.

Conflicto gremial

A raíz de la menor actividad, Metalsa eliminó uno de sus tres turnos en noviembre de 2013 y se desprendió de 60 trabajadores contratados por agencia. Luego, a partir de abril, avanzó con más despidos y suspensiones en las líneas de Ford y VW.

Por la magnitud del ajuste, la empresa asegura que no necesitó presentar un Proceso Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo. Ese es el paso legal necesario que deben seguir las compañías afectadas por problemas económicos y que necesitan reducir su plantel.

Sin embargo, al igual que en otras plantas de la zona norte bonaerense, los recortes provocaron malestar y desataron una interna en el interior de la Unión Obrera Metalúrgica, entre los representantes de fábrica encolumnados con la seccional Vicente López, liderada por el massista José Cataño, y la minoría independiente cercana a la izquierda.

Estos últimos presentaron una denuncia ante la cartera laboral para reclamar la reincorporación de 30 operarios despedidos por "activismo gremial", luego de participar en una asamblea que rechazó la propuesta de la empresa y del gremio para hacer un "banco de horas" y trabajar los sábados.

"Pasó lo mismo que en Gestamp y Lear, y la UOM hizo que nos echaran. No hay empresa y gremio, es todo lo mismo", sostuvo Edgardo Visciglia, uno de los dos delegados opositores de la planta, despedido en septiembre.

Si bien el establecimiento está en actividad, los gremialistas enfrentados con Cataño aseguran que la situación podría complicarse y no descartan tomar medidas de fuerza, en el caso de que la gerencia recorte otro turno y desafecte a 220 operarios.

Ese sería el peor escenario para las terminales que fabrican pick ups, ya que dependen exclusivamente de los chasis de Metalsa.

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