Miami puede quedar bajo el agua, advirtió un funcionario norteamericano

La señal de alarma la encendió el senador demócrata Bill Nelson, quien organizó una audición del Senado de Estados Unidos cerca de la ciudad símbolo de la Florida, y la más latina de todo el país, para sensibilizar a la opinión pública.

El representante del Congreso subrayó que los riesgos para la ciudad del sur del Estado del Sol están vinculados en particular al elevado número de propiedades, edificios, hoteles y negocios situados sobre la costa.

Pero no sólo eso: Nelson aseguró que tres cuartas partes de los habitantes de la Florida residen en zonas que corren el riesgo de inundaciones.

Varios expertos en clima y en geografía aseguran que las previsiones señalan que se puede registrar un aumento del nivel del mar en al menos 90 centímetros para inicios del siglo próximo.

Esto causaría la inundación de amplias zonas de la costa, con pérdidas y daños estimados en miles de millones de dólares para el Estado, y en particular para la zona costera de Miami Beach, donde se encuentran los principales hoteles y rascacielos de lujo de la ciudad.

La NASA, a través de la utilización de 17 satélites colocados en torno a la Tierra, midió el nivel del mar y registró un aumento de siete centímetros desde 1993 hasta hoy.

Además, la zona del sur de la Florida recibirá -casi con seguridad, según los expertos en meteorología- fuertes y continuas precipitaciones en el futuro, y un aumento de la frecuencia de los huracanes (de categoría 4 y 5).

El alcalde de Miami, Philip Levine, admitió que el aumento del nivel del mar es una realidad y un desafío para el futuro de la ciudad, considerada una de las cinco más importantes de Estados Unidos.

Levine intentó brindar un panorama de lo que le puede ocurrir a Miami en el futuro: "Para tener en cuenta, también en una jornada de pleno sol los residentes se encontrarán caminando en medio de calles inundadas".

Los expertos en meteorología realizarán un trabajo más completo, para que la legislatura comience a trabajar la forma de encarar el futuro de la ciudad.