TRADICIÓN E INTERNET

Una comunidad virtual alrededor del mate que se convirtió en un gran negocio

Jeremy y Jonathan Kraayenbrink crearon un modelo de distribución y venta de productos "materos" que exporta a 25 países y factura u$s250.000 anuales
MARKETING - 29 de Septiembre, 2018

Antes de ser un emprendedor exitoso, Jeremy Kraayenbrink tenía 22 años, estaba a punto de recibirse de Licenciado en Comercio Internacional y trabajaba dentro de la empresa familiar. A través de algunas experiencias, como la oportunidad de realizar un intercambio cultural con el programa Work and Travel durante las vacaciones de verano, Jeremy comenzó a potenciar su necesidad de cambio.

En 2010, junto con su hermano Jonathan, fundaron una empresa enfocada en comercio  internacional que les permitiera viajar para hacer sus negocios. Y así surgió Un Mate, que comercializa mates, bombillas, yerba, materas, termos y yerberas. 

"Vimos la oportunidad en un rubro informal que no llegaba a satisfacer los estándares de exigencia del exterior en cuanto a comunicación, idioma, mentalidad a largo plazo y comercio exterior, todo en un mismo paquete", explica Jeremy Kraayenbrink.

Un Mate empezó su negocio al revés. Primero tuvieron sus fans, y después comenzaron las ventas. Durante los primeros cinco años del emprendimiento se dedicaron a formar una comunidad virtual a través de las redes sociales, “arraigada a los valores de Un Mate”, como lo explica Jeremy Kraayenbrink, para luego comenzar a obtener ganancias.

Durante estos cinco años regalaron artículos relacionados a los beneficios del mate. “Experiencias, fotos de materos por el mundo, videos tutoriales e imágenes con frases que generen la identificación con el ritual de tomarse unos mates”, comenta Jeremy. Si bien suena algo duro y poco rentable para un negocio, dio sus frutos.

Mediante esta paciente estrategia de escuchar a los clientes, conocerlos y fidelizarlos a la empresa, las ventas de Un Mate se impulsaron y generaron una vía de acceso al mercado internacional. Además, los socios contaban con un arma poderosa: las redes sociales: 35 mil seguidores, y costo cero.

De hecho, la inversión inicial para el proyecto fue de $2.500, lo que los socios destinaron completamente a hacer una página web. Luego, Un Mate requirió de muchas horas de trabajo por parte de sus creadores, quienes tenían ahorros de sus trabajos anteriores que les permitían mantener sus gastos hasta que la empresa comenzara a vender.

Jeremy Kraayenbrink resalta el lugar de las redes a la hora de montar un negocio: "Sin lugar a dudas, hoy las herramientas están para tener llegada a un público específico y poder satisfacer necesidades puntuales que van surgiendo día a día". Resulta entonces imprescindible la conexión con el usuario, entender lo que quiere y cómo lo quiere.

"Cuando el cliente confía en la empresa y la humaniza, ya no es tan sensible al precio, porque cree que el valor agregado es superior al costo”, opina el fundador de Un Mate.

La receta de los Kraayenbrink para construir un negocio exitoso resultó ampliamente efectiva. Actualmente, Un Mate factura alrededor de u$s250.000 dólares anuales por sus exportaciones a más de 25 países en todo el mundo; y $2.500.000 anuales dentro del mercado local, el cual está desarrollado a través de venta online, mayoristas en todo el país y producción personalizada para grandes empresas.

De cara hacia el futuro, Jeremy tiene pensado publicar un libro sobre la historia de Un Mate que comenzó a escribir hace un año, pero advierte: "Todavía no lo terminé porque la historia se sigue escribiendo, y estoy expectante a las nuevas oportunidades que se van presentando en el camino".

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