Cuál fue la bebida con gas que revolucionó el mundo de la medicina

La llegada de este producto al mercado tuvo un obstáculo: nadie lo compraba porque requería prescripción médica. Cómo se produjo el "boom" de las gaseosas 
MARKETING - 21 de Mayo, 2015

Desde su creación las bebidas gaseosas recorrieron un largo camino, pero llegaron a posicionarse como un ítem infaltable en las mesas de todo el mundo, en sus múltiples y extensas variedades. 

No obstante, a pesar de su acentuada cotidianidad, la llegada al mercado masivo de este tipo de productos inicialmente no fue fácil, y esconde una historia en la cual hubo importantes obstáculos. 

Más de dos siglos atrás, en 1741, el inglés William Browning desarrollaba un experimento: inyectó ácido carbónico en un envase con agua mineral y esperó la reacción. En cuestión de segundos, el líquido empezó a burbujear.

El científico se animó a probar un trago, según relata el portal español ABC. El sabor le resultó satisfactorio, y entonces decidió repetir el procedimiento y embotellar su invento con fines comerciales. Así nació la gaseosa en su forma más pura.

El autor Pancracio Celdrán señala en "El Gran Libro de las Cosas" que para que este producto llegara al gran público, hubo un obstáculo inicial. "Nadie estaba dispuesto a experimentar el sabor de aquella bebida, a pesar de que su inventor hacía demostraciones, bebiéndola él en público, haciendo mil alabanzas al respecto de su sabor, e incluso de sus cualidades medicinales". 

Sucede que el primer uso de la gaseosa llegó por prescripción médica. ¿Quién iría a una farmacia a comprar una bebida solo por el placer de tomarla?

"En 1807, el médico norteamericano, padre de la cirugía en su país, Philip Syng Physic, encargó a un químico amigo suyo la preparación de un agua carbónica para cierto paciente aquejado de dolencias estomacales. Para hacer más grato el preparado, disolvió en él un edulcorante de sabor agradable. El éxito del brebaje fue fulminante", explicó Celdrán.

No fue hasta que la gaseosa recibió un apoyo financiero que pudo sortearse esta dificultad. Este honor, indica ABC, recayó en John Mathew, que en 1832 inventó un sistema para saturar el agua con gas carbónico y de esta forma popularizó un brebaje que pronto recibió el nombre de agua con burbujas.

El invento de Mathew abarató la producción, con lo que el "boom" no se hizo esperar. "A finales de aquel siglo (XIX) ya existían gaseosas con sabores tan diversos como la grosella, las fresas, las moras o la granada. Estos preparados con gas o ácido carbónico perseguían finalidades médicas, pero al ser su bebida inocua, la gente los consumía a placer para calmar la sed", recuerda el libro de Cedrán. A fines del siglo XIX la gaseosa ya se comercializaba de forma masiva.

Luego, en 1928, el director de un pequeño periódico en el estado norteamericano de Indiana, cansado del absentismo laboral que entre sus empleados causaba la gripe, ideó una mezcla de aspirina con bicabornato que mezclada con agua producía el famoso fizz. De este invento casero se aprovechó poco después el laboratorio del doctor Miles para comercializar su conocido AlkaSeltzer en 1931.

Como en EE.UU. estaban en plena Ley Seca, la ausencia de bebidas alcohólicas fue suplida por múltiples paliativos. Uno de ellos, muy relacionado con la gaseosa, se impuso: los polvos de gaseosa, los Sidlitz powder, y otros refrescos que dieron el empujón definitivo a esta poderosa industria.

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