Si busca un buen trabajo, el análisis de su firma puede resultar excluyente
Cuando se trata de dar con el candidato indicado, las empresas no escatiman las herramientas para encontrarlo. Tal es así que cada vez más compañías analizan en detalle la letra y las firmas de los postulantes como parte del proceso de selección.
Ante la difícil opción de cubrir un puesto de trabajo, el estudio de la escritura manuscrita de los candidatos es de una gran ayuda para las áreas de Recursos Humanos de las organizaciones ya que facilita información y los datos necesarios para decantarse, finalmente, por el candidato más apropiado.
Al igual que la clásica técnica proyectiva de hacer dibujar a un aspirante un árbol o una persona bajo la lluvia, con la utilización de la grafología los selectores de personal también pueden descubrir las características de las personas, sus competencias y su aptitud o no para ocupar un determinado puesto.
"La grafología es una técnica proyectiva gráfica por la cual el sujeto vuelca a través de lo escrito información acerca de su personalidad", señala el licenciado en Relaciones del Trabajo, especialista en técnicas proyectivas y grafólogo, Daniel Perinetti.
Con esta técnica, según explica el experto, los selectores no tienen que mirar lo escrito ni el tipo de letra sino que son los trazos, la presión, la ubicación espacial y la dirección lo que brinda distinto tipo de información.
Entre lo que los evaluadores "descubren" de un postulante mediante la grafología se destaca:
- La manera en que se relaciona con el mundo externo
- Como se comporta en el trabajo
- Su nivel de adaptación
- Su capacidad para organizarse
- Su destreza para ordenar ideas
- Su capacidad a trabajar bajo presión y soportar situaciones de estrés
- Su facilidad para aprovechar y optimizar el tiempo
Dado que la firma revela la personalidad intima de un sujeto, los selectores prestan mucha atención a la ubicación en la que se haga:
- Si está bien a la derecha habla de que la persona se dirige hacia los objetivos y hacia el contacto social
- Si el postulante firma en el centro de la hoja se induce que toma una actitud vigilante y prudente
- Si firma hacia la izquierda indica que el aspirante se está replegando totalmente del contacto social y eso habla de una persona introvertida.
"Lo esperable es que haya ángulos dentro del escrito, lo cual habla de una persona con tenacidad y constancia. Pero si la presión y los trazos de los ángulos son excesivos dan cuenta de un sujeto colérico y explosivo", explica Perinetti. No obstante, aclara que "estas dos variables dependen mucho de la armonía gráfica del texto."
Y, en diálogo con iProfesional.com, el grafólogo brinda más detalles:
- "Si quiero ver una personalidad para un mando medio voy a buscar que el escrito tenga muy buena presión", sostiene. En tanto, argumenta que para un puesto administrativo una presión débil es ideal porque no es alguien que se quiera imponer sino que refleja una cualidad de sumisión.
- Cuando se busca un candidato con capacidad de liderazgo se hace hincapié en la presión del escrito, que llegue muy bien al margen derecho, una armonía gráfica coherente, buena distribución de los espacios a lo largo del escrito, con una letra que tenga ángulos y arcos ya que esto último habla de reserva y prudencia además de la tenacidad.
- Los trazos hablan de la agresividad (no entendido como insulto sino como actividad) que pueda tener o no una persona.
- Si la firma tiene muchos ángulos hacia la zona superior indica que está en la zona del pensamiento, lo cual puede hablar de agresividad de las ideas, de la tenacidad o de querer imponer su manera de pensar. Claro que la desproporción en la zona del pensamiento habla de utopías, deja de ser un razonamiento lógico para pasar al campo de la fantasía y la imaginación.
Empleados bajo la lupa
A su vez, Perinetti destaca que "además de servir para incorporar personal, la grafología es útil para evaluar a los empleados internos, ya sea para un ascenso o cambio de posición y saber así si, por ejemplo, un vendedor sirve para ser jefe de ventas."
Con esta técnica, el beneficio es mutuo: la empresa se ahorra la inversión en capacitación para una persona que no es la indicada y, por otro lado, se evita frustrar al empleado ya que de antemano se puede saber que no va a poder cumplir con las expectativas.
Y como si esto fuera poco, a través de la grafología los selectores pueden ver las cualidades de honestidad, de mentira y la "moral dudosa" de un postulante. "Esto me permite conseguir al candidato que para una determinada posición está buscando la empresa ya que sirve para evaluar aptitudes y actitudes de una persona en función a una descripción de puesto", asegura Perinetti.
El desafío de la hoja en blanco
Al momento de realizar el test, se le pide al aspirante que escriba un mínimo de 15 líneas en una hoja blanca formato A4, según cuenta el especialista en técnicas proyectivas. Y añade que "si bien lo ideal es que escriban hasta 20 o 25 líneas, hay personas a la que les cuesta escribir. Y con que lleguen a 15 líneas te están dando información."
El candidato tiene que redactar el texto con una lapicera otorgada por el selector -y anteriormente probada- en letra cursiva, firmando y aclarando.
Aunque lo ideal es que el texto sea libre, Perinetti cuenta que cuando a las personas no saben qué escribir, les pide que redacten algo sobre ellas, que le expresen cuales son sus expectativas y que objetivos tienen. "Este tipo de relatos me va a dar mucha información al final de la entrevista", enfatiza.Claro que todo sirve a los ojos del selector que está frente al candidato: llegar justo a las 15 líneas, escribir en imprenta cuando la consigna fue hacerlo en cursiva, y hasta la actitud de girar la hoja, una cuestión de posición que se puede observar dentro del texto escrito.
"Por lo general los hallazgos son muy claros. A veces surgen dudas respecto a alguna condición específica donde se puede evaluar una patología determinada. Y en estos casos, se utiliza otra técnica más compleja que permita corroborar la existencia de, por ejemplo, una psicopatía o esquizofrenia, lo cual ya sale del margen del ámbito laboral", advierte el consultor.
No obstante, aclara que aun en estos casos, no se hace devolución del test a los postulantes ya que se trata de información confidencial y que a lo sumo se les puede recomendar una terapia o que vayan a ver a un especialista.Desde un operario hasta un gerente
Si bien la grafología se puede utilizar para hacer evaluaciones para todas las posiciones, las áreas de Recursos Humanos de las empresas hacen hincapié en ella sobre todo al momento de incorporar o promover mandos medios ejecutivos.
Así, esta técnica permite evaluar desde un operario hasta un gerente general. Al respecto, Perinetti detalla: "En un operario vas a observar el nivel de precisión, la habilidad manual, el ritmo, la concentración y a través de la presión vas a ver la constancia que pone para mantener esfuerzos sostenidos en el trabajo. En el caso de un gerente te permite descubrir, por ejemplo, si es introvertido o extrovertido, su tipo de liderazgo o su nivel de creatividad."Y consultado acerca de si un postulante puede hacer "trampa" al momento de escribir la carta, el especialista en RRHH advierte: "Un candidato puede conocer algunos detalles de esta técnica, al igual que de otras, pero no puede superar su inconciente. Me puede engañar por ejemplo con alguna forma en los márgenes pero en algún otro lugar voy a encontrar que esa característica es falseada."Cecilia Novoa
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