BIENESTAR

Los pro y los contra del trabajo para la salud mental, un problema colectivo

La OMS y la OPS insisten en que la salud mental es asunto de las organizaciones y los gobiernos, y que la informalidad es un mayor riesgo en la región
MANAGEMENT - 18 de Octubre, 2024

Tendemos a pensar los problemas de salud mental como si fuesen exclusivos del ámbito privado de las personas. Contradictoriamente, luego recomendamos a quienes padecen algún trastorno que hablen del tema y pidan ayuda. De esa forma se mantienen los estigmas y el tabú que fortalecen la estrategia de guardar silencio al respecto, sobre todo en el trabajo. Una estrategia que solo puede conducir al colapso. 

Ese temor que generan los prejuicios no hace más que agravar la situación. En ese marco, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) promueven un cambio de foco, demostrando que se trata en realidad de un problema colectivo, ya que los problemas de salud mental generan pérdidas de productividad a las empresas y daños económicos y gastos a las economías.

Las entidades organizaron esta semana un webinar para hablar al respecto y el interés en el público corporativo en este tema fue inmediato: se inscribieron 4.000 personas de toda la región, según comentó Claudina Cayetano, Asesora Regional de Salud Mental, OPS. "Más allá de la política hace falta que haya un cambio de cultura, y tenemos muchas oportunidades de que existan esos cambios necesarios", refirió la moderadora del panel.

Informalidad y vulnerabilidad para la salud mental

El 10 de octubre fue el Día Mundial de la Salud Mental, y para la fecha este año se eligió el lema "Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo".

"Los entornos de trabajo seguros y saludables pueden actuar como un factor protector para la salud mental. Las condiciones insalubres, como el estigma, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras malas condiciones de trabajo, pueden plantear riesgos importantes que afecten la salud mental, la calidad de vida en general y, en consecuencia, la participación o la productividad en el trabajo", indicó al respecto la OMS.

La entidad insiste en que las empresas deben abordar la temática que a la vez tiende a aumentar el ausentismo, reducir la productividad y aumentar los costos de la atención médica. "A nivel mundial, se estima que cada año se pierden 12 000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, a un costo de USD1 billón por año en pérdida de productividad", aseguran.

"Creo que tendemos a pensar que está en nuestras manos como trabajadores cuidar nuestra salud mental y la de nuestro entorno, y obviamente partimos de esta base. Pero las organizaciones y los gobiernos pueden tener un papel fundamental. Pueden fomentar consciencia real del costo real de los problemas de salud mental en el trabajo, y como pueden afectar tanto a las empresas como a las economías", dijo al respecto Carmen Martinez, Asesora Regional de Salud Mental de la OPS.

Ella remarcó también que la problemática se ve agravada en ciertos colectivos más expuestos a la vulnerabilidad, como los migrantes, las mujeres, los pueblos originarios y afrodescendientes. A esto, en América Latina se suma como factor desestabilizante de la salud la alta informalidad e inseguridad laboral. El 55% de los trabajadores en la región no tienen trabajo registrado.

Fernando Tomasina, experto en Salud Ocupacional de Universidad de la República de Uruguay, coincidió en que la informalidad es especialmente crítica en la región, y aseguró que se ve más en algunos sectores como el personal de salud y docente, "lo cual tiene mucha incidencia en el nivel de atención y de calidad de vida al que acceden todas las personas."

"Hay dos herramientas organizacionales que en nuestro país tenemos para abordar los aspectos psicosociales de estas poblaciones. Una es la conformación de comisiones y espacios de cooperación entre empleadores y trabajadores, donde se debatan estos temas y se lleguen a acuerdos en temas como la jornada de trabajo y las pausas, la capacitación, etc. Otros son los protocolos para temas como la violencia en el trabajo, los casos de abusos de sustancias, etc." recomendó.

El trabajo puede ser positivo para la salud

En 2019 la OMS estimó que el 15% de los adultos en edad de trabajar tenía un trastorno mental. Por eso, piden reducir el estigma que pesa sobre éstos, para comenzar a tratarlos también desde el ámbito del trabajo. Aspiran a que líderes y colegas puedan detectar señales que indiquen un malestar psicológico u algún otro problema, de manera de ser agentes de cambio en esa realidad.

Tomasina resaltó que el trabajo tiene factores que afectan negativamente la salud mental pero también otros que son "protectores" de la misma, como la participación: "Recuperar el sentido colectivo del trabajo sería un aspecto positivo y saludable que repercute en la integralidad de la persona."

María Méndez, empresaria de turismo y presidenta de la ONG Vacaciones son un Derecho Humano (VIAHR), coincide en que las empresas se benefician cuando promueven un entorno adecuado para los trabajadores. Por caso, ella misma inició la mencionada organización tras trabajar sin vacaciones durante 16 años. Considera que se ha desdibujado el sentido de las vacaciones, que tienen que ser una manera de no llegar al agotamiento crónico que nos pone en "modalidad de urgencia"

"Cuando un trabajador sabe que su empresa respeta sus tiempos, que le permite recargar sus energías, que valora su vida personal, está mucho más dispuesto a dar el 100% sin reservas. Por eso, al ocuparse del bienestar de su gente, una empresa no solo evita el agotamiento extremo sino que también gana productividad, pasión y lealtad", afirmó.

"Hay errores graves que ocurren producto del cansancio y el estrés de los seres humanos, y mi recomendación a las organizaciones es que piensen en su bienestar. Si comienzan a pensar en evitarlos, van a crear espacios seguros donde el empleado pueda expresarse libre de juicios y ser escuchado y atendido con empatía. Una segunda acción sería ofrecer ayuda mediante talleres que promuevan técnicas de gestión de estrés y autocuidado, y estimular la práctica de las pausas conscientes," recomendó. 

Méndez remarcó que, una vez más, estos cambios no se logran de manera individual sino que se debe involucrar a los equipos completos, empezando por la alta dirección y los gerentes. "En muchas ocasiones ellos no logran entender la importancia de tener un empleado descansado y satisfecho porque ellos mismos están atravesando un gran nivel de estrés", apuntó.

Riesgos para la salud mental en el trabajo

Los riesgos para la salud mental en el trabajo pueden estar relacionados con el contenido o el horario del trabajo, las características específicas del lugar de trabajo o las oportunidades de desarrollo profesional, entre otras cosas.

Pueden incluir los siguientes riesgos:

  • insuficiencia de capacidades o su empleo insuficiente en el trabajo;
  • cargas o ritmo de trabajo excesivos, falta de personal;
  • horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles;
  • falta de control sobre el diseño o la carga del trabajo;
  • condiciones físicas de trabajo inseguras o deficientes;
  • cultura institucional que permite los comportamientos negativos;
  • apoyo limitado por parte de colegas o supervisión autoritaria;
  • violencia, acoso u hostigamiento;
  • discriminación y exclusión;
  • funciones laborales poco definidas;
  • promoción insuficiente o excesiva;
  • inseguridad laboral, remuneración inadecuada o escasa inversión en el desarrollo profesional; y
  • demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.

"Las personas con trastornos mentales graves tienen más probabilidades de ser excluidas del empleo, y de ser objeto de trato desigual cuando están empleadas. Permanecer sin trabajo también representa un riesgo para la salud mental", menciona la OMS.

Por eso, recomiendan a los empleadores abordarlo mediante intervenciones institucionales directamente dirigidas a las condiciones y los entornos de trabajo. También creó una guía básica para facilitar a empleadores la intervención en aspectos de la salud mental en el trabajo.

Carmen Martinez, quien recomienda el uso de estas guías, recordó que cada dólar que se gasta en prevenir problemas de salud mental vuelve en 4 dólares en ahorro de costos de salud pero también en productividad. "Los gobiernos pueden también garantizar que las leyes se ajusten a los tratados de Derechos Humanos, que se regule la no discriminación de las personas con estos trastornos y la confidencialidad, o tener programas de reincorporación al trabajo tras episodios de burnout o depresión."

La prioridad para los gobiernos sería trabajar con intervenciones sobre el estigma de la salud mental, aseguró: "El primer paso es hablar de ello, romper el silencio en el trabajo pero en todos los ámbitos."

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