Mejoran las condiciones para el empleo joven en la región pero preocupa la tendencia de los "ni-ni"
En el Día Internacional de la Juventud se dieron a conocer cifras que confirman que continúa la tendencia descendente del desempleo joven en la región, aunque con una fuerte disparidad de género y con una mayor incidencia del segmento de los que no estudian ni trabajan (ni-ni)
Si bien por esta ocasión internacional consagrada por la ONU hubo muchas organizaciones que ofrecieron datos sobre primer empleo y jóvenes que estudian o trabajan, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es la que generó el estudio más completo acerca de la situación laboral de las nuevas generaciones tanto a nivel mundial como en la región.
La buena noticia que llegó desde la sede de la OIT en Ginebra es que "las perspectivas del mercado laboral mundial para los jóvenes han mejorado en los últimos cuatro años, y se espera que la tendencia al alza continúe durante dos años más". Se trata del rebote post-pandemia de Covid-19, luego del cual se retomaron iniciativas para generar puestos de trabajo que incluyeran a las nuevas generaciones.
A nivel mundial, la tasa de desempleo juvenil para 2023 fue del 13%, equivalente a 64,9 millones de personas. Esto representó el nivel más bajo en 15 años y un descenso con respecto a la tasa anterior a la pandemia, del 13,8% en 2019. Se espera que siga cayendo hasta el 12,8% este año y el próximo.
Al mismo tiempo, se detectó un repunte de la relación empleo-población juvenil (del 35%), ya que muchos de los jóvenes que se habían retirado temporalmente de la población activa o se habían quedado desempleados durante la pandemia, volvieron a trabajar (o empezaron a hacerlo por primera vez).
En América Latina en particular, la OIT vio en los últimos 4 años el mayor descenso de todas las regiones en cuanto a desempleo juvenil, que cayó 4 puntos y medio desde 2019, con 13,4% en 2023. En el Caribe, la tasa supera el 18% pero también descendió.
La tasa de Norte América es la más baja del mundo (en torno al 8%), aseguran. "Pero todas las regiones luchan en lo que refiere a la transición hacia trabajo seguro" (formal).
Desigualdades e informalidad
La OIT reconoce que aun hoy en día, con menor tasa de desempleo juvenil, la lucha de estos jóvenes talentos es la de conseguir empleo registrado: "En todo el mundo, más de la mitad de los trabajadores jóvenes tienen un empleo informal.
Sólo en las economías de renta alta y media-alta la mayoría de los trabajadores jóvenes tienen hoy un empleo fijo y seguro. Y tres de cada cuatro trabajadores jóvenes de los países de renta baja sólo conseguirán un empleo por cuenta propia o un trabajo temporal remunerado". En particular en América Latina, un poco más de la mitad de los trabajadores adultos jóvenes de la subregión tenían un trabajo irregular en 2023.
En los países de ingreso bajo, solo uno de cada cinco adultos jóvenes de entre 25 y 29 años consigue encontrar un puesto de trabajo remunerado seguro con un empleador que paga y un contrato de más de un año de duración. "Este panorama no ha cambiado mucho desde elcomienzo del milenio, más allá de una ligera disminución de la proporción de jóvenes con un trabajo independiente y un aumento paralelo de la proporción de jóvenes que trabajan en puestos de trabajo temporales remunerados, básicamente pasando de una forma de trabajo precario (e informal) a otra", aclararon.
Aun en otras regiones, la tendencia hacia la informalidad en el caso de estos talentos es creciente, poniendo una mayor presión en el mercado de trabajo: la proporción de adultos jóvenes con un trabajo remunerado seguro es significativamente mayor en los países de ingreso alto (76%), pero incluso en esos casos se observa un aumento de la incidencia del trabajo temporal entre los jóvenes.
Además, como esa recuperación post-pandemia del empleo juvenil no se dio en todos los países por igual, la OIT también advierte que "los jóvenes de ciertas regiones y muchas mujeres jóvenes no están percibiendo los beneficios de la recuperación económica."
En los Estados Árabes, Asia Oriental y Asia Sudoriental y el Pacífico, las tasas de desempleo juvenil fueron más altas en 2023 que en 2019.
Al mismo tiempo, en todo el mundo las mujeres jóvenes han experimentado una doble desventaja: la tasa de desempleo juvenil aumentó más bruscamente en el caso de las mujeres durante la crisis de la COVID-19, y después, durante el periodo de recuperación, el descenso de la tasa de desempleo juvenil fue menor entre ellas.
Cuántos son los ni-ni
El informe de la OIT, titulado Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2024, advierte que el número de jóvenes de 15 a 24 años que no tienen empleo, educación o formación ("ninis" o "ni-ni") es preocupante, en tanto que las oportunidades de acceder a empleos decentes siguen siendo limitadas en las economías emergentes y en desarrollo.
Detectron que en 2023, uno de cada cinco jóvenes del mundo (el 20,4%) era "ni-ni". Y que dos de cada tres de estos "ninis" eran mujeres. En América Latina -sin cntar el Caribe- la tasa de ni-ni era de 19,6% el año pasado.
Es decir, solo el 6 por ciento de la población mundial de jóvenes estaba desempleada en 2023, pero a la vez una proporción mucho mayor, el 20,4%, no tenía empleo ni lo buscaba, ni estudiaba ni recibía formación. "Esta perspectiva ofrece una imagen mucho más amplia de la exclusión del mercado de trabajo entre los jóvenes, al tiempo que apunta a algunas oportunidades perdidas en el desarrollo del capital humano", apuntaron los analistas de la mencionada entidad internacional.
Por otra parte, las tasas de desempleo juvenil de mujeres y hombres jóvenes en 2023 fueron casi iguales (12,9% para las mujeres jóvenes y 13% para los hombres jóvenes). Pero la tasa mundial de "ninis" de las mujeres jóvenes duplicó la de los hombres jóvenes (28,1% y 13,1%, respectivamente), y en América Latina ellas tienen casi el doble de chance que sus pares varones de transformarse en ninis.
El informe advierte de que la persistencia de las elevadas tasas de "ni-nis" y el crecimiento insuficiente de empleos decentes están provocando una creciente ansiedad entre los jóvenes de hoy, que son también la juventud más formada de la historia.
"El informe nos recuerda que las oportunidades para los jóvenes son muy desiguales; con muchas mujeres jóvenes, jóvenes con medios económicos limitados o de cualquier origen minoritario que siguen luchando. Sin igualdad de oportunidades para acceder a la educación y a empleos decentes, millones de jóvenes están perdiendo la oportunidad de un futuro mejor", añadió Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT.
La recomendación para aliviar esa ansiedad y tensión es que las instituciones los guien a través de las complejidades de las transiciones de la escuela al trabajo y de la juventud a la edad adulta.
Desafíos
La OIT identifica a nivel mundial los siguientes desafíos para seguir reduciendo el desempleo joven:
- El crecimiento de los servicios "modernos" y de los empleos manufactureros para los jóvenes ha sido limitado, aunque la modernización puede llegar a los sectores tradicionales a través de la digitalización y la IA.
- No hay suficientes empleos de alta cualificación para la oferta de jóvenes que tienen estudios, especialmente en los países de ingresos medios.
- Mantener el desarrollo de competencias al ritmo de la evolución de la demanda de competencias ecológicas y digitales será fundamental para reducir los desajustes educativos.
- El creciente número de conflictos amenaza los medios de subsistencia futuros de los jóvenes y puede empujarlos a la migración o al extremismo.
- Las tendencias demográficas, en particular el "terremoto de la juventud" africana, implican que la creación de suficientes empleos decentes será fundamental para la justicia social y la economía mundial.
Pese a todo esto, la tendencia creciente para el empleo joven se mantendría, de acuerdo a los pronósticos de la OIT, al menos hasta 2026.