Burnout: a los argentinos les cuesta cada vez más hacer actividades después del trabajo
Los niveles de burnout se siguieron incrementando en 2024, según relevó la Universidad Siglo 21, sobre todo en personas con elevados niveles educativos y en mayor edad, al revés de como se suele dar esta tendencia.
Los niveles de agotamiento por motivos laborales o "burnout" siguieron aumentando en la Argentina en el 2023, según pudo relevar en el primer trimestre del corriente año el Observatorio de Tendencias Sociales, Educativas y Empresariales de la Universidad Siglo 21.
Este análisis se realiza anualmente desde 2018, y en este caso se encontró que el 24% de las 1.050 personas relevadas siente que "no puede relajarse después del trabajo" y que "cada vez le cuesta más iniciar una nueva jornada laboral."
Pero el dato más llamativo fue que el 32% indicó que "se encuentra tan cansado que no puede realizar otras actividades", un 10% más que en el último relevamiento.
Esto podría indicar una profundización del burnout hacia un fenómeno aún más complejo como la anedonia, que tiene que ver con que el agotamiento elimina la motivación incluso para aquello que no está relacionado con el trabajo y para las actividades que se hacen por placer.
¿Qué es el burnout?
El burnout o "síndrome del quemado" es un estado de agotamiento emocional, despersonalización, y disminución del rendimiento personal, por causas estrechamente ligadas al contexto laboral y profesional.
Se trata de una condición cuyo primer caso se describió por primera vez en el año 1961 y que en la actualidad ya ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como enfermedad profesional y como un factor de riesgo laboral.
Se caracteriza por tres dimensiones:
- sentimientos de agotamiento o falta de energía;
- sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo;
- y, por último, eficacia profesional reducida.
Las personas afectadas por el este síndrome tienen mayores probabilidades de experimentar un trastorno mental más severo, como por ejemplo la depresión.
Mediante el método de Maslach Burnout Inventory, reconocido mundialmente, el Observatorio de Siglo 21 releva cada año los niveles de este tipo de agotamiento presentes en la población argentina, y este año encontró un pronunciado incremento desde 2023, el último año en los que había registrado un descenso.
Luego, como los niveles de estrés crónico pueden variar de acuerdo a factores sociodemográficos, se analizó la muestra de acuerdo a edad, género y nivel de estudio.
Los analistas liderados por el director del Observatorio, Luis Pedro Morera, expresaron que no hallaron diferencias significativas por género, pero si por edad: "en el último período evaluado se observa que el grupo comprendido entre los 50 y 59 años presenta niveles de burnout ligeramente superiores al resto".
"El nivel educativo ha sido considerado tradicionalmente como un factor protector contra el estrés elevado. Sin embargo, en el último año las personas con estudios de posgrado han experimentado un preocupante aumento en la percepción de estrés, lo cual resulta inquietante", añadieron.
La conclusión es que se detecta en este estudio un sistemático deterioro de la calidad de vida de los argentinos, en relación al estrés crónico o burnout.