Fuerte caída del poder adquisitivo del salario mínimo en la era Milei
El Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVyM) de la Argentina, el mínimo haber legal que se puede abonar a un trabajador registrado, sufrió una pérdida brutal de poder adquisitivo desde el inicio del gobierno de Javier Milei en diciembre último, y quedó detrás de la inflación acumulada del período y de la línea de pobreza.
Según un estudio de CIFRA, el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina de la CTA, el haber mínimo retrocedió 32,1% en su poder de compra real desde noviembre.
La información se dio a conocer como antesala a la próxima reunión del Consejo del Salario, que tendrá lugar este jueves y en la cual se debatirá un nuevo incremento. La última actualización se decidió en mayo.
De cuánto es el salario mínimo en la Argentina
El salario mínimo, vital y móvil sufrió una caída brutal en los meses transcurridos del gobierno de Javier Milei. Hoy asciende a 234.215 pesos por mes, pero tiene un poder de compra 32,1% menor del que tenía en noviembre de 2023 según CIFRA.
"Desde la asunción del actual gobierno tuvieron lugar dos reuniones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil en febrero y mayo. Ambas terminaron con laudos de la Secretaría de Trabajo, que fue la que determinó en definitiva los incrementos del año en curso", dice el organismo. En concreto, el haber mínimo acumuló un alza de 60,5% respecto de noviembre de 2023, cuando en el mismo período se proyecta acumular una inflación superior al 136%.
De este modo se consumó la pérdida real de prácticamente un tercio en el salario mínimo, concluyen.
Si a esa pérdida se agregan las sufidas en años anteriores, el salario mínio actual estaría 43% por debajo del nivel de noviembre de 2019 -sobre el final del Gobierno de Cambiemos- y 56,4% por debajo del de noviembre de 2015,cuando finalizó el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
"Más aún, el valor es inferior incluso al vigente durante la mayor parte de la década de 1990. En ese entonces, como ahora, el nivel era tan bajo que este instrumento había perdido su rol como piso salarial, tal como se buscaba desde un gobierno que bregaba por la desregulación y flexibilización del mercado de trabajo", apunta el organismo de información de la central obrera.
Debajo de la línea de pobreza y de indigencia
El retroceso histórico se evidencia también en la comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia.
Este ingreso sólo sería suficiente en julio para comprar el 56,8% de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo, y un 25,6% de la canasta de pobreza, relaciones comparables a las vigentes en la crisis final de la convertibilidad en 2001/2002.
Vale la pena mencionar también que en los últimos días los bolsillos de quienes cobran el salario mínimo se vieron fuertemente impactados por los aumentos en las tarifas del transporte público. Se calcula que una persona puede gastar el 10% de su ingreso para viajar a su trabajo todos los días, o el 8% en caso de tener vehículo (solo en combustible, sin contar seguro, patente o garage)
Por eso es que algunos acuerdos paritarios, como el del Sindicato de Obreros de Maestranza (SOM) confirmado en los últimos días, comenzaron a contemplar mayores sumas fijas para los viáticos de los trabajadores como una parte clave de la negociación.
En este marco las centrales obreras que se reuniran con el Consejo del Salario reclaman una suba que compense estas pérdidas de poder adquisitivo.
La CTA Autónoma adelantó que su pedido rondará los 850 mil pesos mensuales. Su Instituto de Estudio y Formación (IEF) señaló que la canasta básica para un trabajador sin carga de familia para junio es de 731.421 pesos, por lo que el salario bruto (considerando aportes y contribuciones a la seguridad social) debería ser de 855.762 pesos.
Es decir que el Salario Mínimo Vital y Móvil de junio debería subir un 265% para estar en línea con lo que solicita la CTA.