Qué evaluar para dar el salto y convertirse en un trabajador independiente
Uno no siempre elige cuando dejar un trabajo, pero muchas personas que se desempeñan en relación de dependencia –incluso (o sobre todo) los jefes, directivos y hasta CEOs- sueñan con abandonar la seguridad del empleo estable para lanzarse como independientes.
Los motivos suelen ser muchos. Puede haber algún tipo de disconformidad con la empresa empleadora o no; pueden sentir que las cosas podrían hacerse mejor o diferente; o que ese lugar ya no es el adecuado. O simplemente, como es más común que ocurra, hay un deseo de tener mayor libertad de decisión y control sobre la propia vida y destino laboral.
En ámbitos de cultura corporativa y capital humano se habla mucho del propósito hoy en día. Y los propósitos cambian con el tiempo, incluso (o sobre todo) los de quienes llegan al punto máximo de lo que esa profesión les permitía conseguir. Sobreviene entonces la pregunta ¿y ahora qué más?
Tres personas que consiguieron ese objetivo y luego cumplieron también con el deseo de abandonar el cómodo sillón y la empresa que se había convertido en sinónimo de su apellido para salir a la aventura independiente, le contaron a iProfesional qué evaluaron antes de dejar la compañía y qué lecciones aprendieron en el camino.
Cecilia Giordano, advisor, mentora y speaker
El 2024 arrancó con una noticia que era un secreto a voces en el sector de consultoría empresaria y capital humano: tras más de 8 años en Mercer, donde llegó a ser presidenta en Argentina, Uruguay y Paraguay, Cecilia Giordano dejó de lado ese cargo en la multinacional para comenzar a abrirse paso como independiente.
"Para mi fue un punto de inflexión muy revelador el año pasado escribir ‘Dejar huella a través de la influencia’ (Editorial Temas) Con esa aventura literaria siento como que mi rompecabezas se ordenó, me permitió elegir, soltar, definirme y poner en palabras mi propósito", dijo la autora, quien ahora se desempeña como advisor, mentora y speaker en materia de influencia, liderazgo, desarrollo de carrera, entre otros temas.
"Hoy me defino como una mujer completa, que no renunció ni a su desarrollo profesional ni personal, que se siente apasionada por hacer y por dejar huella, y por ser el cambio que quiere ver en el mundo: que nuestra sociedad sea más equitativa, más diversa e inclusiva. Y también quiero ayudar a que más hombres y mujeres tengan una voz influyente, que puedan identificar sus propósitos", aseguró sobre esta nueva etapa que emprendió tras 20 años de consultoría en tecnología y luego un exitoso camino ascendente en Mercer y Marsh McLennan.
Ese primer cambio, con las responsabilidades que asumió en Mercer, fueron las que la llevaron de ser una experta "super invisibilizada" (sic) a un plano mucho más expuesto y visible, desde donde pudo también desarrollar la influencia, impulsar cambios en compañías y carreras de personas talentosas.
¿Por qué entonces pivotear una vez más? Porque entendió que era la hora de "soltar" Mercer, tras esa experiencia de reconocimiento y agradecimiento desarrollada en el proceso de escribir el libro. "Me di cuenta de que no quiero estar atada a una compañía, sino que creo que al abrazar la ‘gig economy’ puedo amplificar mi impacto a más personas y organizaciones. Hoy que lo que me mueve es mi propósito, me conviene estar líquida y amplificar mi impacto", le dijo Giordano a iProfesional.
¿Qué consideró a la hora de dar el salto? De acuerdo a su descripción, fue una decisión que se fue dando con el tiempo tras algunas fricciones, a medida que notó que quizás la organización ya no resonaba con su propósito. "Si no tomé la decisión antes, fue por el equipo, porque sentía que había algunas cosas que era fundamental que siguiera haciendo. El equipo hizo que yo tomara mi tiempo para ir decantando mi decisión. Las organizaciones no tienen los mismos tiempos que los individuos", añadió.
"Cada vez más defino en función de valores y propósito, en función de impacto más que de status. Porque el status dentro de una organización, si no generás relaciones de confianza y trabajás tu propósito, si no sos transparente y genuino, no se mantienen en el tiempo", dijo sobre "soltar" un puesto de presidencia en una multinacional. Para Giordano hoy la clave es poner su energía profesional en aquello que genere más impacto y cambie realidades.
Leo Piccioli, speaker y experto en liderazgo disruptivo
La historia de Leo Piccioli es más que conocida, ya que la dio a conocer él mismo en su libro "Soy solo", editado en 2018 y que se puede escuchar ahora también como audiolibro. En el mismo, relata precisamente el camino que tomó tras dejar el liderazgo regional de la cadena Staples para pasar a ser "charlatán" (como se autodefinió en una entrevista por su rol de speaker internacional).
Piccioli fue parte del equipo fundador de Officenet, la cadena de venta de artículos de oficina online que fue vendida a la mencionada empresa internacional. Leo se quedó en ese momento en Staples y por varios años más, y sumó responsabilidades en otros mercados de la región además de Argentina. Pero justo el día que recibió un premio a Empresario del Año, decidió anunciar que dejaba la compañía.
¿A dónde se iba? A tener menos compromisos, viajes y horarios interminables. A ser speaker, además de autor de libros y de su newsletter que se distribuye gratuitamente a miles de suscriptores que lo siguen por redes sociales.
Mal no le salió la apuesta, y cree que serán cada vez más los directivos y profesionales que tomen este camino de "ser solos": "Creo que hay una tendencia muy fuerte a que haya cada vez más independientes. Si en la Argentina el empleo privado no crece hace más de 10 años, es en parte por la situación del país y también, en otra parte, por esa tendencia de que el empleo privado tiende a caer y el independiente a crecer."
En diálogo con iProfesional, hace memoria sobre qué lo llevó a tomar la decisión. Estaba el hecho de que se sentía cada vez más cómodo dando charlas y conferencias, algo que su rol en Staples le permitía: "Empezar mi camino independiente sin haberme ido de la compañía fue clave. Encontrar la intersección entre lo que hacía en ese momento y lo que quería hacer, que en mi caso era el networking, dar conferencias y escribir, e invertir en eso".
También recordó haber leído un paper que decía que un hijo de padres independientes tenía mejores probabilidades de ser exitoso como independiente. "Por otro lado, ya veía esa dualidad entre independiente y trabajo en relación de dependencia como un conflicto entre libertad y seguridad. Entonces, hay que entender que si uno abraza una de esas cosas, pierde la otra, y no siempre la gente toma conciencia de lo que está perdiendo", le dijo a este medio.
"La empresa, no porque es mala sino solo por su existencia, nos genera una mentira, nos hace sentir importantes, como si el trabajo no se realizara si no lo hacemos nosotros todos los días. Entonces el salto a la independencia es un baño de realidad terrible porque las cosas siguieron funcionando sin uno. Te das cuenta de que no sos tan indispensable como pensabas", afirmó.
La ficha sobre el cambio rotundo que esto significaría en su vida llegó la semana siguiente al dejar el sillón de número uno. Fue a retirar algunas cosas en las oficinas de Staples. No lo necesitaban para resolver ningún "incendio" que su partida hubiese provocado. Seis meses después, cuando quiso abordar un avión como pasajero VIP –que era desde hacía una década de la mano de la multinacional- lo redireccionaron a la fila general. Fue la última "costumbre" del mundo corporativo que "lo hacía creer importante" que le tocó soltar.
Y claro, siendo economista de profesión, la decisión no se podía tomar sin la planificación de las finanzas personales a largo plazo, con el cálculo de cuánto tiempo podía vivir si dejaba de generar ingresos, con tres niveles de gasto. Todo se plasmó en una fórmula de Excel, en un archivo llamado "Años sin trabajar".
En esa planificación, recuerda Piccioli, también reevaluó las cosas que le parecían importantes de verdad, otro paso fundamental para el inicio en el trabajo independiente. Tomó así control de algunas inversiones y además cambió el auto, ya que no era algo que valorara demasiado.
La apuesta valió la pena, aunque de vez en cuando vuelva a actualizar el Excel. Leo sigue teniendo una carrera independiente muy exitosa. ¿Qué puede decirle a quienes están considerando hacer este cambio? "La empresa tiene mucha disciplina que el trabajo independiente no, por definición. Le diría que se arme una agenda, que la piense bien y que la cumpla. Pensar en el largo plazo, al menos una hora por semana, y ordenado. Porque si no es ordenado uno se ocupa igual, termina cansado y ocupado pero no genera nada."
Verónica Carabajal, consultora en desarrollo humano y organizacional
¿Puede alguien arrancar su carrera en la empresa de sus sueños y construir toda una vida y numerosas relaciones durante más de una década mientras escala hasta el puesto más alto posible dentro de la corporación, todo para luego pegar el salto hacia afuera de la vida corporativa?
Si, no solo se puede sino que hasta es un paso lógico. Basta con preguntarle a Verónica Carabajal, consultora de desarrollo de líderes y capital humano, además de docente docente y coordinadora de maestrías de RR.HH. y Programas de Liderazgo en la Universidad de San Andrés, ESEADE y la UCEMA. Pero todos esos títulos, como también el de directora de su propia consultora, 8 trazos, llegaron tras más de 16 años en la multinacional de consumo masivo, Unilever.
Ella ingresó en la empresa creadora de marcas como Hellmann’s, Knorr, Rexona y Dove como joven profesional, y así siguió avanzando para ser nada menos que la gerenta de Recursos Humanos de una de las "empresas escuela" más importantes que tiene este país. También fue responsable del Centro de Innovación en Talento, Desarrollo y Marca Empleadora de Unilever. Y mientras ya era una de las referentes de recursos humanos más consultadas del país, ese camino en la compañía británica llegó a su fin en 2017.
Carabajal es probablemente de las personas que, por su propia formación en RR.HH. y docencia, mejor procesado tiene hoy el camino que la llevó de la oficina cómoda en el edificio corporativo a poder trabajar en distintos lugares, para diversos clientes y entidades, con propósitos diversos que hacen a sus objetivos personales.
Al pensar qué cosas no hay que dejar de evaluar para dar el salto de directiva a emprendedora, lo primero que menciona es tener claro el propio deseo de por qué se quiere dejar una vida para pasar a la otra: "Puede haber miles de razones: agotamiento, frustración, balance, ganas de hacer las cosas diferentes. Para esa etapa previa mientras uno va ‘maserando’ el cambio, tener claro el deseo es fundamental porque eso va a tallar a lo que sea el próximo paso. A esa previa hay que darle tiempo para no quedarnos con lo obvio e ir a fondo con la reflexión, los criterios, la planificación."
También, al igual que Piccioli y Giordano, Carabajal recomienda, siempre dentro de lo posible, comenzar a planificar esa salida, ese después-de-la-empresa, anticipándolo. "Son lugares donde uno deja años de trabajo y esfuerzo, cariños, etc. Creo que puede ser un win-win abrir una conversación sobre la idea que se está gestando para que la empresa pueda tener en cuenta el deseo de la persona y anticiparse", afirmó.
Y por supuesto asegura que este paso no se puede dar sin planificación financiera. Muchas veces, y a ella le ocurrió, se empieza a trabajar de manera independiente enseguida y por suerte esa planificación se vuelve menos necesaria, pero no ocurre en todos los casos.
Lo que facilita la transición y que es fundamental en palabras de la líder de 8 Trazos, es el trabajo de la red de contactos constante y a lo largo de los años: "Hay que trabajar abriendo redes que es algo que uno siembra y que cocha mucho cuando se aparta de una corporación. Ese capital social es sin dudas lo más valioso para lo que se viene, en cualquier aspecto, pero no se logra en un par de meses. Para que de alguna manera esa red ‘responda’ hay que haberla trabajado con responsabilidad, empatía."
Luego, sugiere acompañar esa etapa con una nueva imagen digital de marca personal, sobre todo en LinkedIn, que es el primer lugar en donde los clientes podrán ver explicitados tus servicios y tu área de expertise, o incluso en una página personal. "Todo esto es necesario para dar ese salto, pero lo más importante es el capital social que se construye haciendo un trabajo serio y siendo buena gente. La rueda empieza a girar por ese track record", sentenció.
Pero incluso a esta previsora directora de RR.HH. algunas cuestiones del salto a la vida independiente la sorporendieron. Tras 16 años en Unilever, recomienda estar preparado para no contar más con las "prestaciones" a las que la vida corporativa termina acostumbrando a sus directivos. Y eso incluye desde el pago de estacionamiento hasta la persona que arregla el celular o la computadora personal.
Carbajal sugiere estar listo con un plan para perder esos "perks" y haber pensado como reemplazarlas, pero además, en el caso de estar fundando una nueva compañía de manera independiente, definir si se va a necesitar alguna persona extra, un contador, alguien de administración, si los colaboradores van a ser en relación de dependencia o por proyectos, y e ese último caso, "tener claro quién va a ser tu equipo."
"Para pensar a qué te vas a dedicar, conviene reflexionar en qué soy buena hoy, por qué me reconoce el mercado, en que me destaco, qué es lo que se viene y que yo debería manejar, qué es lo comercialmente más demandado en el mercado hoy", sugirió la emprendedora.
La preparación debe ir más allá de lo profesional. Carabajal remarca que no se debe subestimar el impacto emocional de no contar con la matrix social que provee la empresa. "Yo extrañé mucho esa diaria, al punto que me hice socia de un club. Cuando sos independiente podés tener excelentes clientes, conversar un montón, pero no es lo mismo que trabajar codo a codo con un grupo de gente 10 horas todos los días", explicó.
Por último, consultada sobre qué decirle a una persona que está pensando en hacer el cambio, aclaró que no se debe caer en la falacia de pensar que un trabajador independiente maneja sus tiempos: "Como independiente, el no siempre es tuyo pero para manejar tus tiempos tenés que estar dispuesto a decir muchos no. Gestionar clientes, ser honesta, amable, ser su socia y a la vez saber poner límites, es un arte que uno va aprendiendo a medida que va interactuando."
Como puede denotarse de estos tres casos, nadie salta al vacío por emprender una nueva etapa en el trabajo independiente. De hecho, ellos tenían asegurada su estabilidad económica en esa primera etapa de la "salida". En principio, hubo siempre una definición fundamental del propósito y del deseo hacia el futuro, de definir y visualizar esa nueva etapa como trabajador independiente. En segundo lugar, se trató de soltar aquello que la empresa brindaba, desmitificarlo, ponerle el valor que correspondía, y en lo posible –cuando la organización lo permite- comenzar a elaborar esa nueva etapa antes de dejar el empleo fijo. Y finalmente, una vez hecho el salto, avanzar con planificación, orden y valores claros hacia el futuro.