La desigualdad de género no afecta sólo a las mujeres líderes: los impactantes números
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Para el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) desde muchos sectores se impulsa a las "mujeres líderes" como sinónimo de éxito, "casos inspiradores" para que otras mujeres también se animen a aspirar a una carrera corporativa o a emprender.
Es cierto, las mujeres quieren flexibilidad y un buen balance entre su vida personal y profesional. También desarrollo de carrera y capacitaciones al igual que el resto de los talentos.
El éxito, sin embargo, significa cosas diferentes para cada una. Quienes sí aspiran a altos cargos en empresas (en la academia, en la salud, etc.) siguen encontrando ciertas inequidades que se explican por motivos de género.
En el 8M lo que queda de manifiesto es que esas barreras no son solo para las que quieren la carrera ejecutiva. Están presentes en todas las etapas del camino laboral.
Desigualdad de acceso
La Fundación Forge, dedicada a capacitar e insertar a jóvenes de comunidades económicamente vulnerables en el mundo del trabajo, asegura que las desigualdades comienzan en la etapa del primer empleo.
Citando un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo, recuerdan que la tasa mundial de actividad de las mujeres se situó en el 47,4% en 2022, frente al 72,3% en el caso de los hombres. La diferencia de 24,9 puntos porcentuales significa que por cada hombre económicamente inactivo hay dos mujeres en esa misma situación. Los jóvenes (de 15 a 24 años) encuentran graves dificultades para conseguir un empleo decente: su tasa de desempleo es tres veces superior a la de los adultos mayores.
"La búsqueda de un primer empleo para los jóvenes se hace aún más difícil por su poca experiencia y los requisitos de las organizaciones, sobre todo en aquellos que se encuentran en una situación vulnerable. Y en el caso de las mujeres, es aún más grave ya que ellas quedan al cuidado de sus hermanos menores, abuelos, y otros integrantes de la familia", apuntan desde la entidad argentina.
María José Gómez Gónzalez, Directora de la Fundación para la Región Andina y especialista en género, comentó: "En Forge tenemos un módulo específico de género con la intención de que las mujeres conozcan la situación a la que se enfrentan y desarrollen herramientas para una mejor negociación en el trabajo y en la vida". Y agrega "en los programas la mayoría de cursantes son mujeres, pero sin embargo en proporción se insertan más rápido los hombres que ellas".
El nivel de educación alcanzado juega un papel crucial no solo en la obtención del primer empleo sino en la calidad del trabajo y el nivel de ingresos que obtendrán las mujeres en toda su carrera.
A partir de la última Encuesta Permanente de Hogares, CIPPEC detectó que el 53% de las mujeres de entre 16 y 59 años con menores ingresos no finalizó el secundario y sólo el 4% completó estudios universitarios. Asimismo, el 80% de las mujeres que perciben menores ingresos trabaja en la informalidad; mientras que sólo el 16% de las que cuentan con mayores ingresos lo hace en esas condiciones.
Según los datos dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, INDEC, para el 8M, entre los 18 y los 24 años, las mujeres presentan mayores tasas de asistencia al sistema educativo formal que sus pares varones. Sin embargo, la posibilidad de acceder a los niveles más altos está estratificada por nivel socioeconómico.
Con relación a las carreras que estudian, las mujeres participan, en mayor medida, en las vinculadas a las ciencias humanas y de la salud. Ahora bien, mientras 75 de cada 100 personas inscriptas en ciencias de la salud son mujeres, en las ciencias aplicadas –que están asociadas a algunos de los empleos mejor remunerados del momento- representan 38 de cada 100.
¿Qué pasa una vez que consiguen trabajo? En el mercado laboral, el INDEC apunta que, "en comparación a sus pares varones, las mujeres presentan mayores niveles de desocupación y subocupación, se encuentran concentradas en ciertas ramas de actividad (segregación horizontal) y acceden en menor medida a puestos altos en la estructura jerárquica (segregación vertical). Estas diferencias se expresan en las brechas de ingresos".
La tasa de subocupación horaria para las mujeres es un 75% superior a la de los varones. Y además, entre las personas ocupadas en puestos no calificados, por cada 100 pesos que gana en promedio un varón, una mujer gana 61.
Con similares niveles de informalidad laboral, el ingreso medio de las mujeres asalariadas sin descuento jubilatorio representa el 65% del ingreso de los varones.
La deuda con el liderazgo
Las mujeres en Argentina acceden en menor medida a puestos jerárquicos. Mientras que 8 de cada 100 varones lo hace, algo más de la mitad de las mujeres remiten a esta condición, de acuerdo al INDEC.
La consultora corporativa Grant Thornton detalló que la cantidad de mujeres en puestos de liderazgo en la región subió el año pasado 2 puntos porcentuales, mucho más que el 0,5% de avance promedio a nivel global, y se ubicó en 37%%.
Pero en la Argentina la proporción de mujeres líderes senior cayó un punto en ese período, a 29%, lo que dejó a la Argentina en el puesto 25 de 28 países evaluados en total.
De las empresas encuestadas 18% no tienen mujeres en posiciones de líderes senior y 18,8%sólo tienen una mujer en este tipo de roles.
En cuanto al área en la que se desempeñan las mujeres en posiciones de liderazgo senior en Argentina, en 2023:
- el 53% de las empresas encuestadas tienen directoras de recursos humanos,
- el 45% tienen CFOs mujeres,
- el 38% cuentan también con CEOs o Directoras Generales,
- el 36% tienen directoras de marketing (CMOs),
- el 29% tienen directoras de operaciones (COOs),
- el 18% tienen directoras de ventas,
- el 14% tienen directoras de información (CIOs),
- el 11% cuentan con controladoras de calidad
- y el 8% tienen socias mujeres.
Un reciente informe del IBM Institute for Business Value y la comunidad norteamericana de mujeres ejecutivas, Chief, también enunció que la agenda de género a nivel mundial no avanza a nivel corporativo tan rápido como se supone a nivel mundial, y que demás la pandemia provocó un efecto de retroceso.
Aseguran que, después de años de inercia, hubo un pequeño aumento en el número de mujeres a nivel C-Suite y Board (ahora 12% para ambos). Sin embargo, el número de puestos principales de liderazgo no se recuperó a los niveles anteriores a la pandemia: 14% de representación de mujeres en cargos de vicepresidente senior (18% en 2019) y 16% en cargos de vicepresidente (19% en 2019).
Además, el porcentaje de mujeres en puestos directivos profesionales y no ejecutivos no se movió desde la caída de 2021, incluso disminuyó un poco para los roles de gerente senior.
En el otro extremo, el 40% de los profesionales junior/especialistas son mujeres, convirtiéndolo en el rol más cercano a la paridad de género (era 37% en 2021).
Qué pasa al momento de retirarse
Según el informe Equidad mundial de riqueza de género de WTW, en promedio, las mujeres llegan a la jubilación con solo el 74% de la riqueza acumulada por los hombres.
En América Latina se prevé que acumulen alrededor de un tercio (67%) de los niveles de riqueza de los hombres, siete puntos por debajo del promedio mundial.
Para Héctor Martínez, director de WTW para la región, en América Latina sigue existiendo la idea de que el hombre es el principal proveedor de ingresos y la mujer la principal cuidadora del hogar, asumiendo más responsabilidades familiares y trayendo como consecuencia que se reduzca el crecimiento de su carrera profesional y, por ende, de la acumulación de riqueza
El estudio destacó que la brecha de riqueza de género en el momento de la jubilación aumenta con la antigüedad. A nivel mundial, se descubrió que las mujeres en roles de liderazgo y senior contaban con menos de dos tercios (62 %) de la riqueza acumulada que sus contrapartes masculinas disfrutaban al jubilarse.
Para los roles profesionales y técnicos de nivel medio, la brecha seguía siendo sustancial, del 69%, pero se redujo considerablemente al 89% para los roles operativos de primera línea.
De los cinco mercados evaluados en la región, solo uno (Chile, con un 76 %) tiene un "Índice de Equidad Patrimonial" (WEI, por sus siglas en inglés) por encima del promedio mundial.
En la región, la brecha de riqueza de género es más grande en Argentina con un 61%, aunque también ocupa el segundo lugar en el Índice de Equidad Patrimonial, el más bajo entre los países incluidos en el análisis global.
Manjit Basi, director senior de Soluciones Integradas y Globales de WTW, afirmó: "Los principales impulsores que contribuyen a la disparidad de riqueza basada en el género incluyen las brechas salariales de género y las trayectorias profesionales retrasadas. Además, las brechas en la educación financiera y las responsabilidades del cuidado familiar fuera del lugar de trabajo influyen en la participación de las mujeres en el empleo remunerado y, por lo tanto, en su capacidad para generar riqueza".
Estrategias para achicar la brecha
En este sentido, Arcos Dorados Argentina analizó el rol clave que cumplen cada una de las mujeres que forman parte de la compañía. Actualmente la compañía tiene 16.254 colaboradores, de los cuales el 66,5% son mujeres. En los locales se puede observar el mayor porcentaje de mujeres: el 53% ocupan puestos gerenciales y el 55% son crew. Esto habla de un cambio de cultura organizacional: el valor agregado y las capacidades de las personas va más allá de su género.
Alineados con su estrategia de Impacto Social y Desarrollo Sostenible - Receta del Futuro - en 2018 crearon el "Comité SOMOS" con el objetivo de generar acciones corporativas que permitan que todos los colaboradores puedan alcanzar el máximo de su potencial sin importar las diferencias. Desde SOMOS, y a través del eje de trabajo "Equidad de Género", en 2021 se incrementó la representación femenina en altos cargos - que creció de un 6% al 20%, y se capacitó a más de 70.000 empleados.