¿Cuánta plata gana un programador en la Argentina?: así son los sueldos
Todo aquel que haya tenido que contratar a un programador en los últimos meses sabe de la tarea titánica que esto significa. No solo porque la mayoría tiene una agenda ya bastante ocupada, sino porque esto tiene un correlato directo en sus exigencias a la hora de cobrar. Entonces, cuánto gana un programador en la Argentina.
"La semana pasada, durante la segunda entrevista para seleccionar a un programador, uno de los candidatos directamente nos planteó que le depositásemos su sueldo en dólares, en una cuenta que tiene en Uruguay. Y no es la primera vez que escuchamos estas exigencias", cuenta una gerenta de Recursos Humanos de una empresa productora de software.
Y eso no es todo, una colega suya ya recibió varios pedidos que detallaban cómo quería el talento cobrar su sueldo, y una parte exigía que se le deposite en su cuenta de un Exchange para poder comprar bitcoin.
Así, las anécdotas se multiplican, y hasta es posible ver a los directores o gerentes competir por quién atravesó con la exigencia más alocada. Lo cierto, es que parece que ya nada los sorprende al enfrentar la demanda de los programadores.
El sueldo de un programador arranca en $120.000
Pero, ¿cuánto gana un programador en relación de dependencia en la Argentina? "Las posiciones iniciales rondan los $120.000 y llegan en promedio a los $290.000 brutos mensuales", indica Damián Kleisinger, CTO de EducaciónIT.
Ahora bien, este experto también reconoce que "en las startups los sueldos pueden ser mayores y pueden también estar ligados a las expectativas de crecimiento de la compañía. También hay que sumar que buena parte de las empresas de IT tienen programas de beneficios a sus empleados como gimnasios, prepagas, reembolso de servicios (internet y electricidad) y programas de descuentos".
"Un punto importante es que al ser un rubro que exporta mucha mano de obra, los sueldos suelen estar fuertemente vinculados al dólar, lo que se traduce en que se reajustan constantemente sin perder en general frente a la inflación. De igual forma muchos desarrolladores eligen prestar sus servicios de forma directa al extranjero", advierte Kleisinger.
Y este no es un detalle menor, porque la brecha entre los sueldos nacionales y los que se consiguen con la exportación de servicios es cada vez mayor, sobre todo entre las oportunidades que hay para los perfiles más experimentados.
Dólares para el programador
Como se mencionó, los programadores con mayor expertise son los buscados por las empresas de afuera, y al mismo tiempo por las locales. Por eso se habla de escasez de talento.
Esta alta demanda provoca que "mientras una empresa local puede pagar un salario de unos $200.000, en el exterior esos números ascienden a u$s3.000 o incluso hasta u$s5.000, por el mismo rol, las mismas tareas e idéntica carga horaria. Entonces, las organizaciones locales directamente empiezan a no poder contratar a esos perfiles", destaca Sebastián Maciarello, gerente de BPO y Selección de Auren.
En el caso de las startups, Maciarello destaca que tienen un as bajo la manga para salir a competir. "Si bien no pueden pagar sueldos de la magnitud mencionada, sí realizan algo que se llama vesting".
"El Vesting es la restricción de venta de acciones de los fundadores o determinados empleados de una startup por un periodo de tiempo para asegurar su permanencia. Solo pasado el tiempo establecido podrán recibir la totalidad de sus acciones", explica el gerente de Auren.
Programador se busca
"Es un perfil con pleno empleo y alta demanda a nivel global. En Argentina particularmente nos encontramos ante un contexto cambiario desfavorable lo que dificulta aún más el contratar este tipo de talentos ya que competimos directamente con las ofertas laborales del exterior, que pagan salarios en dólares y euros", remarca Alejandro Servide, director de Professionals, RPO & Technologies de Randstad Argentina.
¿Por qué sucede este? Es que todas las industrias demandan a estos perfiles. "Porque todas utilizan sistemas de información, los cuales están integrados por programas. Por lo que hoy se pueden ver estos profesionales en gobiernos, bancos, seguros, retail, logística, ongs, salud y más", explica Mario Bolo, director de la carrera de Ingeniería informática del ITBA.
"En la industria, cada día es más común escuchar hablar de intentar lograr el catch up entre la demanda y el potencial máximo de producción y generación de líneas de código que tienen los programadores. Ese potencial máximo está limitado por la cantidad de talento humano preparado y disponible", cuenta Sebastián Buffo Sempé, co-founder de Le Wagon en Latinoamérica.
Por eso, desde hace tiempo "la industria del desarrollo del software viene creando iniciativas para captar nuevos talentos y formarlos para atender la demanda", alienta Buffo.