• 26/12/2024

De la "nueva normalidad" a la "realidad instalada", una nueva era de trabajo post pandemia

Se impone el trabajo por objetivos, empoderamiento y toma del control de la propia agenda, y una nueva dimensión de la idea de "relación de dependencia"
16/09/2022 - 10:20hs
De la "nueva normalidad" a la "realidad instalada", una nueva era de trabajo post pandemia

Con el aislamiento obligatorio impuesto por los gobiernos de distintos países, nos acostumbramos a hablar de cada nuevo escenario laboral como una "nueva normalidad".

Es que trabajar desde un lugar diferente de las oficinas era una verdadera novedad, para los muchos a que hasta el momento no les había llegado la ola de la virtualidad y el home office, y todo lo que eso conlleva.

Así, el día a día quedó enmarcado en esta "nueva normalidad", que tenía como característica principal esta idea de transitoriedad. Mientras durase el aislamiento, era una ley no escrita, que podía cambiar día a día en base a las definiciones gubernamentales.

Hoy, podemos decir que esa etapa de "nueva normalidad" ya dejó de existir. No hay tanta incertidumbre sobre lo que pasará (al menos en materia de salud). Nació así una nueva etapa: la "realidad instalada".

Características de la realidad instalada

Esta nueva era laboral -que surge del proceso de prueba y error que se vivió durante el aislamiento- tiene cuatro características que la definen de manera perfecta:

  • flexibilidad,
  • performance,
  • empoderamiento
  • interdependencia

La flexibilidad se explica por la implementación de una modalidad de trabajo híbrida, adoptada en la Argentina por el 87% de las empresas, que permite pensar el home office ya no como un beneficio, sino como una modalidad de trabajo instalada.

Los equipos y la interdependencia, los protagonistas de la nueva
Los equipos y la interdependencia, los protagonistas de la nueva "realidad instalada" del trabajo

El aislamiento demostró que los equipos valoran ese tiempo que se ahorran en viajar hasta su lugar de trabajo, y en muchos casos ayudó a encontrar un equilibrio laboral-familiar.

Si tenemos que mirar la mitad del vaso lleno, es evidente que ganamos años y derribamos muchos mitos a fin de llegar a una propuesta, flexible como nunca antes, por parte de la mayoría de las empresas: hacer el mix a gusto entre presencialidad y virtualidad de acuerdo a lo que mejor le funcione a cada colaborador y equipo de trabajo.

Muy relacionado con esta característica es la performance. Es que el trabajo por objetivos cobró un valor real y palpable con la virtualidad. Los líderes que aún no habían adoptado ésta metodología de manera formal, encontraron en ella una herramienta aliada para conducir a sus equipos a la distancia.

El trabajo remoto en la mayoría de los casos se vinculó a tener mejor y mayor foco. Tener objetivos claros en todos los niveles, fue el gran diferenciador entre los equipos que funcionaron y supieron adaptarse, y aquellos que no. Se generó ese espacio obligado para ejercitar esta dinámica, que hoy permite continuarla conociendo su efectividad y beneficios.

Esta situación nos permite hablar de empoderamiento, relacionado directamente con tomar el control de la agenda y ser protagonistas de lo que sucede en la jornada laboral de cada uno, abarcando desde el uso del tiempo ganado en no viajar, hasta las pausas laborales.

Al buscar objetivos concretos y tener libertad para cumplirlos desde sus hogares, abrió el juego a encontrar la mejor manera de lograr un equilibrio entre sus tareas, su relación familiar y sus actividades personales. Es que cada uno de ellos comenzó a tomar conciencia del poder de sus actos y repensarlos.

Toma de control, más allá de la propia agenda

Clara García Zanon, socia y líder de Recursos Humanos de Expansión
Clara García Zanon, socia y líder de Recursos Humanos de Expansion

Por último, esta nueva era laboral deja como característica un cambio de paradigma sobre la idea de "relación de dependencia" que, en un mundo tan conectado como el actual, quedó totalmente obsoleta.

Hoy se puede decir que esos vínculos son de interdependencia. Los logros de las compañías dependen cada vez más del trabajo en equipo. Todos dependen del otro para lograr los objetivos.

No hay una relación unilateral. Los empleadores dependen de sus equipos para tener una empresa rentable, que ofrezca buenos servicios o productos, del mismo modo que los colaboradores necesitan un ambiente propicio para lograrlo.

Un equipo que se siente dueño, que propone ideas o que se atreve a tomar ciertas decisiones es el que marca la diferencia, el que hace dinámico el negocio y el que establece un diferencial en el mercado.

En definitiva, estamos en una nueva realidad instalada, que trae grandes desafíos en materia de habilidades fundamentalmente. Una vez más, queda demostrado que el que mejor se adapta es quien sobrevive, pero además, será quien mejor aproveche el nuevo escenario y oportunidades que dejó la pandemia.

*Clara García Zanon es socia y líder de Recursos Humanos de Expansion