Radiografía de los emprendedores en Argentina: ¿cómo son y cuánto facturan por año?
Con una visión bastante optimista, la consultora Analogías se lanzó a hacer una investigación independiente del estado de situación de los emprendedores en la Argentina.
Consideran que el segmento tendrá mucho que aportar y será crucial ante el escenario de una potencial recuperación económica y reconstrucción tanto del entramado productivo como del empleo registrado en la Argentina.
Para estos objetivos, el ecosistema emprendedor cuenta con algunos puntos fuertes y otros débiles, según pudo evaluar la mencionada consultora.
Por un lado, los emprendedores argentinos son en su mayoría personas con estudios superiores y mayores de 30 años, "lo cual muestra un perfil de hombres y mujeres con alto grado de formación y cierta experiencia en el mundo del trabajo" antes de lanzarse a su propia compañía, destaca Analogías.
Otra fortaleza es que al analizar la muestra de manera sectorial, se identifica que los proyectos de base tecnológica y la industria, son aquellos más sólidos con mayor empleo y facturación.
No obstante, los emprendimientos en la Argentina son en su gran mayoría empresas pequeñas con poco potencial o ambición de crecimiento. "Vemos que se inscriben usualmente como monotributistas, sin empleados, con muy bajo nivel de facturación y en más del 55% son proyectos individuales", describieron desde la consultora.
Coyuntura de largo y corto plazo
Para los analistas de Analogías no se puede analizar el segmento de emprendedores descontextualizado de dos fenómenos, uno que aqueja a la Argentina desde hace largo tiempo y el otro que es coyuntural de los últimos años.
La paulatina pero sostenida des-asalarización del trabajo
"Nos referimos como desasalarizacion a una tendencia al estancamiento en la cantidad de puestos de trabajo registrados en relación de dependencia en el sector privado y a un simultaneo incremento de las modalidades autónomas. Con los datos que contabiliza el Ministerio de Trabajo se puede observar, agrupando los asalariados en el sector privado con los que se registran en casas particulares, por un lado, y a la suma de las modalidades registrales autónomas, por otro", dijeron a iProfesional desde la mencionada consultora.
"Es cierto que muchos registrados monotributistas encubren ora modalidades dependientes de modo precario, ora asalarizaciones indirectas en cadenas productivas desarticuladas desde el punto de vista económico y contractual", añadieron. De hecho, lo que registra Analogías es un proceso de des-salarización ininterrumpido desde 2012 (por el estancamiento hasta 2017 y la caída desde 2018) del stock de puestos de trabajo en relación de dependencia del sector privado.
Y esto se complementa por el incremento neto y proporcional de las modalidades registrales de la actividad autónoma; es decir, el peso de los autónomos y monotributistas sobre el total de puestos de trabajo. "En este caso, el monotributo opera como un mecanismo indirecto de asalarización precaria bajo la modalidad de contratos de locación de servicios", afirmaron.
La destrucción neta de puestos de trabajo
Se suma el retiro de empresas empleadoras producto de la consecutividad de la crisis de balanza de pagos y deuda entre 2018 y 2019, luego superpuesta por una crisis mundial producto de la pandemia de la COVID 19. Calculan, en base a estadísticas de la AFIP en la pre-pandemia, una baja del 4% de los empleadores registrados.
"Tomando en consideración las transformaciones que se vienen produciendo en el mundo del trabajo, la actividad emprendedora se posiciona en un lugar de relevancia como potencial dinamizador de la economía, especialmente a través del componente innovador que tienen muchas de estas nuevas unidades productivas", estiman en la consultora.
Pero ese segmento de empresas más innovadoras, además de estos dos fenómenos, deben enfrentar además una severa competencia del exterior por el mejor talento, que recibe propuestas para trabajar a cambio de moneda dura desde cualquier parte del mundo.
Es decir, si la devaluación generó cierto nivel de competitividad de las empresas argentinas desde el punto de vista de sus precios y costos, lo está perdiendo a la vez desde el punto de vista del talento.
Potencial acotado
En este marco descripto, la mayoría de los emprendimientos relevados por Analogías conforman empresas pequeñas en cantidad de empleados y de facturación, y más de la mitad son iniciativas individuales, probablemente ligadas al autoempleo (más del 64% no tiene empleados y el 26% tiene entre uno y tres) y con objetivos de subsistencia.
Otra consecuencia de ello es probablemente que el lanzamiento de estas startups suele deberse, de acuerdo a la consultora, a la identificación de una oportunidad de negocio. "Se constituyen como microempresas más vinculadas al autoempleo que a una unidad productiva con perspectivas planificadas de ampliación del capital" evaluó la firma.
"Es indudable que una parte significativa de quienes inician un proyecto generan autoempleo de subsistencia y engrosan un tejido de microempresas con bajísima productividad. Se trata en general de emprendimientos que surgen por necesidad, a partir de la falta de un empleo y más que por una motivación por iniciar un proyecto propio", apuntan los analistas. Esto genera una matriz de emprendedores con pocas intenciones de generar un incremento del capital.
Por otra parte, para analizar el potencial de desarrollo de capital y empleo, la firma toma otro dato: el grado de formalización de las empresas nuevas y jóvenes es muy bajo, mientras que un 20% aún no se ha formalizado, el 50% son monotributistas y un 10% autónomos.
"Si bien, habría que evaluar cómo evolucionan en el tiempo, el dato de las empresas empleadoras argentinas da cuenta que el 50% son personas físicas, y las sociedades anónimas y de responsabilidad limitada representan un 15% y 17% respectivamente".
Consultados por iProfesional al respecto, desde Analogías advierten que no necesariamente se da una correlación positiva entre los emprendimientos por oportunidad y el grado de formalización de los mismos: "De los emprendimientos que fueron parte de este estudio, más de un 74% surgieron por oportunidad mientras que solo un 19% fueron impulsados por necesidad. No obstante, es bajo el grado de formalización que tienen".
Perfil de los emprendedores
Del total de los emprendedores entrevistados por Analogías, el 62% son hombres y el 38% mujeres. Si bien predominan en ambos casos las empresas que surgen por oportunidad, "en el caso de las mujeres más del 26% emprende por necesidad, casi el doble que en el caso de los hombres", añadieron las fuentes.
El 54% de los hombres y más del 47% de las mujeres que participaron del estudio se encuentran en el rango de edad de 31 a 45 años. La edad promedio de quienes inician un emprendimiento es 35 años.
Luego se ubica el rango de entre 46 a 59 años, con el 26% de los hombres y el 34% de las mujeres; finalmente, aparecen los más jóvenes (18 a 30 años), con menos del 14% de los entrevistados.
En el 90% de los casos en total, los creadores de empresas tenían estudios de nivel superior, completos o incompletos.
El 28% proviene de la Provincia de Buenos Aires, contra solo el 11,3% de la Ciudad de Buenos Aires, que tiene casi tantos emprendedores como la región centro del país (11%)
La región sur constituyó el 16,7% de la muestra de Analogías de 614 emprendedores, el NEA el 14,4%, Cuyo el 12,1% y el NOA 6.5 por ciento.
Por último, al segmentar la muestra para tomar solo los emprendimientos en más evolucionado estadío de desarrollo, Analogías encontró que en su gran mayoría son los que empezaron con un capital inicial bajo, de ahorros propios y/o del equipo fundador en un 70% de los casos. La inversión para arrancar fue de hasta 149.000 pesos en el 65% de los casos, y solo el 22,8% arrancó con más de 500.000 pesos.
En cuanto al nivel de facturación anual, el mayor porcentaje (53%) se encuentra en los niveles más bajos, no superando los 550.000 pesos anuales. El siguiente nivel entre 551.000 pesos y un millón está explicado por el 14% de los emprendimientos. El restante 32% se distribuye entre los rangos superiores.
"Los emprendimientos de base tecnológica explican en gran medida los niveles más altos de facturación (mayor a 5 millones), seguido por el sector servicios e industria", ampliaron desde Analogías.
Género y capital
El 24% de los emprendimientos relevados fueron de servicios, el 14,4% en comercio y el 13,5% la producción industrial. En cuarto lugar, figura el sector turismo con un 8% de proyectos, mientras que cultura, salud y educación tienen cada uno alrededor de un 3 por ciento.
Otro polo importante es el IT. De acuerdo a Analogías, el 4,8% de los emprendimiento relevados son sobre desarrollo de software, otro 4,2% son de tecnologías de la información (TIC) y el restante 3,7% de e-commerce o comercio electrónico. Podría sumarse en esta área la biotecnología con el 1,7% de los casos.
En estas últimas áreas de alto potencial, se concentran el 18,7% de los hombres relevados por la consultora para este estudio y solo el 7,3% de las emprendedoras. "Históricamente los emprendimientos de mujeres se orientan básicamente a los sectores servicios (incluyendo salud y educación), comercio y manufacturas", dijeron al respecto.
Esto es importante también porque los emprendimientos de base tecnológica en primer lugar y los de industria en segundo son los que muestran mayor capacidad en la generación de empleo.
Asimismo, el 57% de los proyectos y empresas son individuales, el 51% entre los liderados por hombres, pero en el caso de las mujeres este valor asciende a un 66 por ciento.
"Se advierte que cada vez son más las mujeres que emprenden; diferentes estudios incluido este, dan cuenta que en torno a un 40% de estos proyectos son liderados por mujeres. Sin embargo, su participación se concentra, fundamentalmente, en proyectos de baja escala y emprendimientos que surgen por necesidad, a partir de las dificultades de acceder a un empleo o la búsqueda de incrementar los ingresos en el hogar", evaluaron los analistas de Analogías.
En ese marco, evaluaron que las mujeres "encuentran condicionantes vinculados a los roles y estereotipos culturales que las ubican como responsables de la vida doméstica y los cuidados. Así mismo enfrentan menor acceso a financiamiento".
Consultados por iProfesional al respecto, detallaron que en este tipo específico de emprendimientos, más del 50% de los hogares monoparentales y unipersonales son jefas de hoja. "Esta carga de tareas de responsabilidad familiar afecta de manera directa su participación en el mercado laboral, sumado al mayor desempleo que presentan las mujeres por sobre los hombres. Son ellas quienes tienen que salir a buscar ingresos para el sostén familiar y muchas veces para combinar vida familiar-laboral desarrollan pequeños negocios que pueden ser llevados a cabo desde la propia casa", afirmaron.
"Si bien, existen actualmente líneas de financiamiento exclusivas para mujeres o que contemplan tasas más bajas en proyectos que lideran, líneas que incorporan los gastos en tareas de cuidado como parte de las erogaciones previstas, aún queda camino por recorrer desde los ámbitos públicos que les facilite a las mujeres liderar procesos de mayor productividad", sentenciaron.
Iniciativas en pos de la calidad
Es interesante pensar, a partir de estos datos cual es la ‘calidad’ de las empresas nacientes, empresas que nacen pequeñas (en términos de empleo y formalización) no crecen y tienen mayor tasa de mortalidad. "Se necesita volver a incrementar el stock de empresas que tuvo una caída sostenida entre el 2016 y el 2019, luego tuvo un leve repunte que se vió afectado nuevamente por la pandemia", sugieren desde Analogías.
Con este objetivo en mente, sus propuestas son:
1. acompañar a estos nuevos emprendimientos con asistencia técnica, financiamiento, redes de apoyo, para que puedan pasar los primeros tres años que son los más críticos.
2. promover la creación de nuevas empresas en sectores estratégicos que tengan potencial de generar empleo con alto valor agregado.
3. Brindar incentivos para la formalización de los nuevos emprendimientos.
4. Trabajar junto a las universidades y el sistema científico tecnológico para la identificación de proyectos y su puesta en marcha.
También sugirieron que algo que podría potenciar un ecosistema emprendedor de mejor calidad es "generar los incentivos para promover la creación de empresas en aquellas provincias con menor densidad empresarial. El 54% de las empresas se concentran en Provincia y Ciudad de Buenos Aires y le sigue zona centro con un 20%", reflexionaron.