Steve Jobs solo apagaba su iPhone por un motivo: deberías imitarlo si querés triunfar
¿Qué palabras o adjetivos te vienen a la menta para definir a Steve Jobs, el co-fundador de Apple? Quizás te sale "detallista", "perfeccionista", "visionario", "excéntrico"… y "adicto al trabajo". Pues, sorprendentemente, esta última clasificación es errónea: Steve Jobs valoraba el juego tanto como la productividad.
La antigua asistente del fallecido Jobs, Naz Behesthi, explica el lado desconocido de este gurú tecnológico en su nuevo libro "Pause. Breathe. Choose: Become the CEO of your Well-Being" ("Detente. Respira. Elige: Conviértete en CEO de tu bienestar").
Tiempo para pensar
Behesthi detalla en su libro que su antiguo jefe apreciaba los beneficios de jugar en el sentido más puro de la palabra; los empleados de Apple sabían que, cuando Steve Jobs apagaba su iPhone, significaba que se iba a retirar a cierto lugar de las oficinas para soñar sobre el futuro, diseñar esbozos extraños o probar prototipos como si fueran juguetes y no gadgets tecnológicos.
"Pronto descubrí qué significaba para Steve Jobs tener momentos de recreo, y cómo esos momentos de juego eran una de sus claves principales para su éxito como gran innovador", se puede leer en la nueva publicación de Behesthi. "Cada vez que alguien buscaba a Steve y nadie lo encontraba, o tenía su teléfono desconectado, significaba que lo podíamos encontrar en la oficina de Jony Ive, el antiguo jefe de diseño de Apple".
El libro aprovecha para desmitificar la figura de Jobs como un obseso en la productividad. El co-fundador de Apple meditaba, priorizaba la creación y mantenimiento de relaciones, y no cesaba de cuidar su salud física. A veces lo combinaba todo y daba largos paseos en compañía, para mantener conversaciones fructíferas.
Reponer fuerzas
Parte del trabajo consiste en saber cuándo descansar, cómo descansar y con quién descansar: apagar el celular, de forma literal o simbólica, ayuda a responder fuerzas, replantear ideas, hallar soluciones.
En el caso de Jobs, cuando activaba su modo juego, no había quién lo encontrara. "Perdíamos siempre la cabeza buscando la forma de contactar con el para que acudiera a sus reuniones", explica su antigua asistenta para CNBC. En muchas ocasiones tenían que pedir a Jony que prácticamente echara a Steve de la oficina. "El tiempo que pasaba allí le ofreció muchas dosis de risas, imaginación creatividad y libertad".
Así que cuando todo parece ir mal en el trabajo, apagá el teléfono por unos instantes y jugá como si fueras un niño. Cuando regreses al rutinario mundo de los adultos, lo harás con nuevas posibilidades bajo el brazo.