Estas son las dos palabras más usadas por argentinos para describir el impacto de la pandemia, según la UBA
El Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Universidad de Buenos Aires dio a conocer el lunes el último estudio sobre el estado de la salud mental de los argentinos, con un balance de lo que significó para ellos el 2020 de la pandemia de COVID-19.
Consistentemente y durante todo el año, el OPSA fue identificando un empeoramiento de la salud mental, así como del uso de sustancias y de la automedicación. También reportó un incremento de comportamientos negativos y emociones extremas como la "desesperación" y el "miedo". Aunque en el balance de 2020 no todo fueron malas noticias.
A un año del inicio de la pandemia en la Argentina, la palabra que continúa al tope de las usadas por los locales para describir la situación continúa siendo "incertidumbre". La utilizaron también cinco de cada 10 personas consultadas en este relevamiento al describir su propio estado de ánimo.
Para los analistas de la UBA, esa incertidumbre atravesó todos los ámbitos de la vida, desde los proyectos hasta la economía, la familia y la salud mental: "En tal sentido, esta incertidumbre multidimensional es posible que siga construyendo una verdadera 'incubadora' de emociones negativas, como angustia, temor al futuro y depresión".
Más allá de ese dato, espontáneamente las palabras que aparecen con mayor frecuencia para expresar lo que significó el 2020 son, en su gran mayoría, de valencia negativa: incertidumbre, tristeza, angustia, miedo, soledad, desastre y pérdida.
Entre las de mayor frecuencia, la única palabra de valencia positiva es "aprendizaje". Sin embargo, al pedirles a los más de 3.000 consultados en los principales conglomerados urbanos del país que eligieran palabras positivas para describir el 2020, el primer lugar –al igual que en los relevamientos del inicio de la crisis sanitaria- lo ocupó nada/ninguna.
Le siguieron unión, familia, solidaridad, valorar, paciencia, amor y empatía. También otros términos vinculados a la autorreflexión y la introspección que llegó el año pasado de la mano del aislamiento.
"Esta red semántica de ‘palabras-conceptos’ resulta coincidente con las nubes de palabras obtenidas en nuestros estudios realizados durante el 2020 y vuelve a evidenciar el estado general de ánimo de los argentinos a un año del inicio de la pandemia", declaran los investigadores del OPSA.
El Observatorio comprobó luego que la evaluación que los participantes realizan de la pandemia deja el plano positivo sobre todo para el vínculo con familia y amigos, relacionando esta experiencia con el compañerismo, el ayudarse mutuamente y con valores que cobraron importancia durante la crisis mundial.
Al desmenuzar esos datos, la UBA encontró que el 31% consideraba que las relaciones que más se habían deteriorado en el año de la pandemia fueron las vinculadas al estudio, y en segundo lugar quedaron las laborales, con 18% de las menciones.
Como contracara, "en el balance desagregado por diferentes ámbitos, se observa que el impacto más negativo de la crisis ha sido en lo económico, el trabajo y en la salud mental," dicen los investigadores de la Facultad de Psicología de la UBA.
Buenas noticias
En relación a lo que ocurrió en los relevamientos anteriores y a diferencia sobre todo en los resultados que arrojaban durante el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), los investigadores notaron un leve cambio de tendencia.
La curva de salud mental elaborada por el OPSA muestra ahora mejores indicadores en comparación con la obtenida a los 6 meses de pandemia, en plena etapa de confinamiento.
"No obstante, sigue mostrando valores altos en incertidumbre, preocupación, ansiedad, angustia y tristeza", se lee en el informe. Esto ocurre, sobre todo, entre la población de jóvenes y entre los estratos económicos más vulnerables.
"El conjunto de estos indicadores de emociones negativas venían creciendo en intensidad desde el inicio del ASPO. Su crecimiento de estudio en estudio fue sistemático y sostenido. Esta es la primera vez que aparece un cambio de tendencia, con todo el espectro de indicadores a la baja", resaltaron desde el OPSA.
Atribuyen este cambio de tendencia al regreso paulatino a actividades pre-pandemia, como
- Haber podido disfrutar de una temporada de vacaciones, que permitió bajar los niveles de hartazgo/bronca y agotamiento emocional-cognitivo
- El retorno a las actividades laborales, que implicó para muchos comenzar a recuperar sus ingresos y sanear su economía personal y familiar.
- El retorno a las clases presenciales de los niños y adolescentes, que permitió volver a ordenar la vida familiar y laboral.
Finalmente, la media general de "pesimismo- optimismo" en este último relevamiento se situó en 5,4 puntos, equidistante de los dos extremos. Se detectaron leves tendencias superiores de optimismo en las mujeres, los grupos de mayor edad y los estratos más altos a nivel socioeconómico.
Preocupaciones y futuro
En cuanto a las principales preocupaciones en las mentes de los argentinos, los investigadores destacaron que se encontraron valores similares a los obtenidos en los estudios anteriores, en etapas previas de la pandemia.
La salud física y la situación económica personal son las dos principales preocupaciones, con porcentajes similares de respuestas (36% y 35% respectivamente). En tercer lugar se ubica la preocupación por la salud mental (29%).
Son las mujeres las que inclinan la balanza en lo que refiere a su preocupación por la salud física, mientras que los problemas económicos fueron priorizados por los hombres, pero también por los jóvenes, que son los que resaltaron el impacto de la pandemia en la economía personal seguido por la salud mental.
"Se observa una asociación negativa entre clase social y la preocupación por la economía personal: a medida que se baja en la pirámide social sube la preocupación por lo económico. Por lo contrario, se presenta una asociación positiva entre clase social y preocupación por la salud física: a medida que se sube en la pirámide social también se sube en la preocupación por la salud física", se lee en el reporte.
En cuanto al temor al contagio, una gran mayoría (73%) señala que está entre "muy asustada" (34%) y "un poco asustada" (39%) por la posibilidad de contraer el COVID-19.
Un 82% percibe al coronavirus como un factor de alta peligrosidad, mientras que 1 de cada 2 personas lo considera una gran amenaza para la salud pública del país.
Percepción para 2021
El estudio del OPSA también consultó a los más de 3.000 adultos participantes las palabras con las que describen su estado para afrontar el 2021.
Las dos opciones más elegidas fueron mayoritariamente "expectante" (42%) y "esperanzado" (34%). "La elección mayoritaria de estas dos palabras supone un posicionamiento de autoexigida prudencia, que anida en dosis equilibradas de ansiedad, temores al porvenir e ilusiones de buenaventura", concluyeron los investigadores.
Describen la postura de los argentinos para enfrentar este nuevo año como un intermedio entre un pesimismo inductivo, fomentado en la percepción de las experiencias vividas en el último año, y un optimismo resiliente para seguir luchando contra la amenaza epidermiológica y contra los efectos en su economía personal y sus relaciones sociales.