Personas exitosas: estos son los dos rasgos ocultos
En la actualidad el concepto de éxito se alza como uno de los rasgos más deseados por los individuos de todas las culturas y países, aunque esto signifique algo distinto en cada lugar.
Ya sea en el plano amoroso, familiar o profesional, muchas personas caminan en pos de ese resultado satisfactorio que hará sus vidas más felices y completas.
A lo largo de la historia surgieron miles de artículos, publicaciones y libros que enseñan la fórmula secreta del éxito y la manera de imitar a aquellas personas que lograron posicionarse en la cima para ver si se obtienen los mismos resultados.
¿Pero existe realmente una fórmula secreta del éxito o todo se basa en el aprendizaje, el esfuerzo y la suerte? ¿Comparten esas personas a las que la sociedad considera exitosas algunos rasgos en común? Una reciente investigación revela la respuesta.
Éxito: capacidad o suerte
Una reciente investigación que se publicará próximamente en la revista "Personality and Individual Differences" indagó profundamente en estas preguntas, según informa la prestigiosa publicación "Psychology Today".
Los investigadores se basaron en el "modelo de los cinco grandes de la personalidad" para entender si realmente los exitosos comparten rasgos comunes. La teoría, propuesta por Goldberg en 1933, asegura que esos cinco rasgos que comparten todos los seres humanos reciben los siguientes nombres: factor O (apertura a las nuevas experiencias), factor C (responsabilidad), factor E (extroversión), factor A (amabilidad) y factor N (neuroticismo o inestabilidad emocional), formando así el acrónimo "OCEAN".
Según la investigación, los exitosos comparten en mayor medida dos de esos grandes rasgos: apertura y responsabilidad. Dentro del primer rasgo, podríamos calificar dos tipos:
- Apertura sensoestética: Una preferencia por la exploración sensorial y perceptual y la inmersión en el arte, la creatividad y la imaginación.
- Apertura intelectual: La preferencia por estimulación intelectual, persecuciones académicas y estimulación cognitiva.
Por su parte, la responsabilidad también puede dividirse en dos tipos:
Orden: La preferencia hacia las rutinas, la deliberación y la orientación hacia los detalles.
Laboriosidad: La tendencia de permanecer enfocados y perseguir metas de manera determinada.
Para llegar a estas conclusiones, se realizaron 424 test de personalidad con estudiantes universitarios suizos. En ellos, se les pidió que completaran una Escala Subjetiva de Logros Académicos (tras compartir la media de sus calificaciones actuales) donde debían de puntuar si estaban de acuerdo con declaraciones como: "mis calificaciones son apropiadas para mis esfuerzos" y "progreso adecuadamente rápido en mis estudios".
Así descubrieron que los individuos con notas altas tenían más probabilidades de compartir el rasgo de apertura intelectual (pero nada de apertura sensoestética).
Se encontró un patrón similar en el orden-laboriosidad.
Esta investigación tiene algunas implicaciones importantes, indica El Confidencial: por un lado, provee un mapa para aquellos interesados en mejorar su desempeño académico y profesional. Actuar de una manera que incremente la curiosidad intelectual lleva con más probabilidad a un mayor éxito y profesional.
También ayuda a definir un debate constante en cuanto a la relación entre la apertura y el logro. El estudio corrobora la noción de que una baja asociación entre la apertura general y el logro académico proviene de efectos opuestos de los dos aspectos, es decir, apertura intelectual y sensoestética.