"Dejé mi trabajo y ahora me arrepiento, ¿qué puedo hacer?": los posibles escenarios que se abren
Las razones que pueden llevar a una persona a tomar la decisión de cambiar de empleo son muchas y muy variadas: falta de motivación, posibilidades de crecimiento o reconocimiento; considerar que aun teniendo un buen salario y un buen empleo siempre se puede ganar más o mejorar la calidad de vida; y cuestiones relacionadas con valores, ética, responsabilidad social empresaria, diversidad en general; entre muchas otras.
Con el paso del tiempo, es probable que lo que veíamos como algo difícil de tolerar, no parezca tan malo. Frente a ello, es importante tener en cuenta que, si antes nos molestaba, seguramente nos volverá a molestar.
No obstante, Miguel Alfonso Terlizzi, presidente de hucap, plantea que "antes de tomar cualquier decisión, seamos conscientes de que todas las organizaciones están conformadas por personas y que, en todas las empresas, hay buenas personas, profesionales, jefes y también todo lo contrario".
Por lo cual tenemos que tener en claro para tomar dicha decisión, en primer lugar, cuál es nuestro objetivo profesional y también personal, qué busco en esta nueva empresa o nuevo proyecto laboral o como emprendedor, qué tiene la misma para ofrecerme que no lo tiene mi empleo actual, cómo impactará en mi vida el cambio de empleo y ver que los impactos sean mayoritariamente positivos. "Lo importante es no tomar decisiones de forma precipitada y sin el correcto análisis.
En síntesis, es relevante poder hacer un análisis a largo plazo antes de tomar cualquier decisión, es decir no solo mirar el hoy, sino cómo quiero estar en 3, 5 o 10 años y si la determinación que estoy tomando me acerca realmente a eso.
Aprender del pasado
En este sentido, Daniela De Lucía, Liceciada en Relaciones Públicas e Institucionales, con un Posgrado en Programación Neuro Lingüística y Coaching, plantea que es necesario reconectar con los motivos que nos hicieron tomar la decisión en el pasado y que nos harán tomarlas a futuro. "Seguramente dejaste tu trabajo por motivos que en su momento parecían importantes", dice.
"Es momento de aprender del pasado, entender cuáles son las cosas que no quieres repetir, tus innegociables en el mundo laboral, y aquellas que tal vez hoy estés extrañando un poco de tu trabajo anterior. Suelta el preguntarte ‘¿qué hubiera sido si me quedaba?’ y comienza a elegir de manera consciente lo que quieres para tu futuro". Lo más importante, según ella, es que tengas claridad en lo que quieres, y te pongas en marcha para conseguirlo.
"Visión y acción para lograr el crecimiento que querés ver en tu vida laboral", enfatiza.
Posibles escenarios si me arrepiento de la decisión
Ahora bien, si efectivamente luego de este análisis, consideramos que nuestra mejor opción es enfrentar nuevos desafíos y renunciar a la empresa, pero luego resulta que a pesar de haberlo analizado correctamente "me arrepiento de la decisión tomada", Terlizzi plantea distintos escenarios:
1) Más de una vez hemos visto colaboradores que en función de la relación que tienen con sus jefes, con la empresa, dueños o accionistas pueden francamente volver a plantearles el deseo de volver a la organización, y esto en algunos casos incluso por la sensibilidad del puesto o ser una persona clave para la empresa es aceptado por la misma y no hay mayores inconvenientes de volver al empleo.
2) También cómo ha sido la salida de la organización va a jugar un papel importantísimo en la posibilidad de volver a la misma o no; nos referimos a cómo se ha manejado tanto desde el lado del colaborador como de la empresa, tiempo en el que hemos comunicado la decisión, manejo de los asuntos en curso, delegación de los temas, sensibilidad del manejo de cierta información que tienen algunos puestos en las organizaciones, son muchas las variables que también entran en juego cuando un colaborador anuncia que se va de la empresa y que también se van a poner en juego ante la eventual posibilidad o deseo de la persona de volver.
El haberse retirado "por la puerta grande", es decir no haber hablado formal o informalmente mal de la empresa, superiores o compañeros, no haciendo ghosting laboral, una tendencia cada vez más habitual de "desaparecer" sin dar explicaciones o hacerlo de un día para el otro o sin acordar con la empresa el plazo necesario para que la empresa pueda reorganizar el puesto vacante, más allá de los tiempos legales que rigen, y en general no se cumplen (preaviso) y ambas partes acuerdan; en esos casos las probabilidades de ser reincorporados es mayor.
3) En otros casos también se da la situación donde no es posible, ya sea por decisión y política de la empresa, donde muchas veces tienen políticas muy estrictas al respecto a no reincorporar personal desvinculado, así sea sin causa o por renuncia voluntaria; y/o porque el cargo ya ha sido ocupado. En esos casos nos quedará como un aprendizaje, los cambios muchas veces son necesarios en los procesos de superación personal, aunque muchas veces podamos darnos cuenta de que en esa oportunidad no hubiese sido la mejor decisión, nos servirá como aprendizaje para futuras decisiones, de eso también se trata.
"Estar abiertos a los cambios, innovar, salir de la zona de confort, puede traer riesgos, incertidumbres, que a veces son necesarias de tomar en post de la superación personal", destaca el presidente de hucap.
Sea cual fuera el escenario, "la mediación entre los sujetos es la comunicación", rescata Guillermo Miguenz, Psicólogo Social y Comunicador Social, responsable de las Divisiones Formativas Quilmes y Consultora Dinamo. Estará en ese diálogo la decisión y ver la posibilidad o no de volver a tu anterior trabajo.