"La honestidad brutal me juega en contra en mi trabajo": ¿cómo manejar la sinceridad en el ámbito laboral?
Según Ricardo Antonowicz, jefe de servicio de Psicología del Sanatorio Municipal Dr. Julio Méndez y coordinador de actividades asistenciales del hospital Borda (MN 11556), "la sinceridad dentro del ámbito laboral no se manifiesta diciendo siempre lo que se piensa, sino pensando siempre lo que se dice. Las cosas deben decirse con prudencia y más aún cuando lo que se pone en juego es la convivencia y la continuidad laboral".
Para Claudia Bianchi, directora de Aqnitio las personas deben expresar lo que sienten. "Si lo hace asertivamente fortalecerá el vínculo y verá con el tiempo que fue para su bien y el de los otros. El límite es nunca hacer una descarga desenfrenada en un momento que estamos tomados por la emoción. ¿Por qué? Porque tenemos toda la energía puesta en sentir y no tenemos nada para usar nuestro razonamiento plenamente. Posiblemente será un hecho lamentable, y en vez de fortalecer, habremos destruido un vínculo", recalca.
El rol del líder
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El líder suele ser quien es interpelado por estos planteos y como todo líder debe saber escuchar y empatizar para luego buscar creativamente un camino de solución.
"Es el arte de liderar en acción", destaca Bianchi. "Si la persona logró comunicarse constructivamente, no se sentirá amenazado ni cuestionado, sino que verá el conflicto y podrá ofrecer al otro algo. Lograr conversar y ver al otro de un modo diferente suele ser ya una relación y clima laboral más positivo, distendido y transparente", explica.
En muchos casos, opina Antonowicz, los jefes o gerentes promueven una competitividad feroz que afecta las relaciones interpersonales dentro de la empresa. "Cuando esto se les va de las manos, se vuelve imposible para el empleado ser productivo, proactivo y creativo. La intolerancia, los desbordes, los exabruptos y hasta los 'sincericidios' suelen ser la causa de una falta de liderazgo capaz de crear alianzas".
¿Cómo manejar la sinceridad?
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"Cuando noto que he llegado a la instancia de no medir las consecuencias de mis palabras, probablemente sea hora de proponer un cambio de funciones, nuevos desafíos, otros objetivos", reflexiona Ricardo Antonowicz. En este sentido, agrega: "Quejarme esperando que una propuesta de ascenso me llegue al escritorio es bastante improbable. Lo ideal es que el ejercicio de la sinceridad lo haga conmigo mismo, replantéandome dónde querría estar el año próximo, qué tareas me gustaría desarrollar dentro de la empresa e ir a proponerlo".
"Es importante ponerle una ‘etiqueta’ a lo que estamos sintiendo", dice la responsable de Aqnitio. Se comprobó en diferentes investigaciones cómo baja automáticamente la intensidad de ese sentimiento con ello. "El poder hacerlo me deja en un lugar distinto y puedo tener energía disponible para acceder a mis recursos como el razonamiento, la creatividad, observación más amplia de los hechos, aceptar ayuda. Cada persona debe encontrar su propio ‘sistema bombero’, es decir cómo apagar su propio incendio".
Para Horacio Llovet, Cofundador de Nawaiam, cuando el clima está fundado en el respeto, la estima y la honestidad, no debería haber impactos negativos para que los miembros de un equipo se expresen con sinceridad. "Es muy importante no confundir la verdad con enjuiciar a otros de forma destructiva o desagradable, con carencia de fundamentos y/o fuera de contexto", sostiene.
"Las formas en la comunicación son muy importantes, es por ello que la honestidad/sinceridad es decir lo que se piensa con respeto, estima y en el contexto adecuado", agrega.
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Miguel Alfonso Terlizzi, presidente de Hucap, dice que hay que separar hechos de opiniones. "Si verificamos que lo que vamos a decir no es una opinión, sino que es un hecho, ahí entra en juego la comunicación, tanto la verbal como la no verbal, elegir las palabras que vamos a utilizar y tener en cuenta que la comunicación no verbal es tanto o más importante que la verbal, gestos, contexto, tono que utilizamos. Lo importante no es lo que el emisor dice, sino lo que el receptor entiende del mensaje. Esto también es un aspecto clave a tener en cuenta a la hora de expresar lo que uno piensa".
Por último, Guillermo Miguenz, psicólogo Social y Comunicador Social, responsable de las Divisiones Formativas Quilmes y Consultora Dinamo, plantea: "La comunicación es el vector más importante del sujeto. Y solemos comunicar sin tener en cuenta al otro. Por eso, lo más importantes es saber qué necesito y qué siento, y qué necesita y qué siente el otro. Si estas cosas se tienen en cuenta, se puede avanzar con sinceridad en la carrera laboral. Lo más poderoso en la comunicación no es la palabra, sino la escucha".
Expresar nuestros enfados de manera constructiva, pensando en el otro, puede ayudarnos a resolver diferencias y desarrollar relaciones basadas en la confianza y sinceridad, incluso en el ambiente de trabajo.