Cuántas son las pequeñas y medianas empresas que pueden "teletrabajar" en la Argentina
El proceso de transformación digital que ya venía propiciando la tecnología tuvo su punto de inflexión con el avenimiento de la pandemia. Las empresas que habían avanzado más en los cambios que permiten el trabajo a distancia contaron con un diferencial muy importante para adaptarse, mientras que aquellas que estaban rezagadas están hoy sufriendo las consecuencias.
En ese marco, la posibilidad de teletrabajar dejó de ser un beneficio marginal que daban algunas firmas a contados empleados, en casos particulares y solo algunos días por semana o por períodos determinados (reinserción post licencia por maternidad, por ejemplo) para ser la vía clave que hizo toda la diferencia entre seguir operando o tener que "bajar la persiana". En algunos casos incluso, trajo beneficios inesperados de productividad y ahorro de costos.
Claro que no todas las tareas o negocios pueden desarrollarse a distancia. E incluso en casos en los que si es así, no siempre las empresas cuentan con el capital y el expertise para llevar adelante ese proceso. Por caso, solo un 6% de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMe) en la Argentina estarían en condiciones de implementar la modalidad del teletrabajo para el 100% de su personal.
Esa cifra de un solo dígito, no obstante representa a unas 60.000 compañías y unos 220.000 empleados, de acuerdo a la última investigación de la Fundación Observatorio Pyme.
Además, otro 51% de la muestra de firmas relevadas en el estudio asegura que está en condiciones de implementar el trabajo a distancia para un porcentaje parcial de sus colaboradores. Este otro segmento abarca a entre 800.000 y un millón de empleados formales.
En el otro 43% de la muestra quedaron relegadas las organizaciones de menos de 800 empleados que no podrían tener a ningún porcentaje de su personal desempeñando sus tareas desde su hogar. Son 280.000 empresas y 1,5 millones de trabajadores.
"Aquí pesan de manera significativa las microempresas, aquellas de los sectores diferentes de los servicios y de las regiones más alejadas del AMBA", asegura el reporte de la Fundación.
Otro mito cayó con la cuarentena: empresas admiten que teletrabajo no afecta la productividad
Consultados acerca de los motivos por los que este 43% de las MiPyMe no pueden bajo ninguna circunstancia trasladar sus procesos a la modalidad de teletrabajo, desde la Fundación Observatorio Pyme dijeron que identificaron cuestiones que tienen que ver con las relaciones del trabajo pero también factores culturales y financieros de adaptación.
"Se suman los factores Por un lado responde al tipo de actividad que debe ser presencial. Se ve claramente en el caso de la Construcción, sector muy afectado, y en el de recursos naturales, uno de los sectores menos afectados" [por la pandemia], reflexionó Carolina Fernández, titular de Comunicación y Desarrollo Institucional de la Fundación.
"Pero por otro lado la implementación [del teletrabajo] será más factible en el personal más calificado y no es menor la cuestión cultural. Es necesario reformular la organización del trabajo y contar con asistencia técnica para reconocer las ventajas del teletrabajo e implementarlo, y es fundamental que este regulado", le dijo a iProfesional.
La Fundación también encontró profundas diferencias en los tiempos que demorará a cada una de estas firmas llegar a completar el traspaso a la modalidad a distancia del porcentaje de colaboradores que puede desempeñarse de esta manera.
Solo 15% de las MiPyMe de servicios, el 9% de las ubicadas en el AMBA –Capital Federal y primer cordón del Gran Buenos Aires- y 12% de las microempresas (más flexibles basadas en servicios avanzados y profesionales independientes) podrán completar ese proceso antes de fin de año. Esto crea una primera diferencia significativa entre las firmas relevadas.
Riesgo de dualismo productivo
Los analistas de la Fundación Observatorio Pyme aclaran que, si bien estos grupos no son compartimientos estancos, existe el riesgo de crear un "dualismo productivo territorial, sectorial y dimensional", que debería tenerse en cuenta a la hora de diseñar políticas, regulaciones e incentivos para la producción.
Lecciones de una de las principales empresas del país para adaptarse a trabajar en pandemia
A medida que este "cisne negro" de la pandemia puso en jaque los sistemas productivos y las estructuras de inserción socioculturales de estas empresas –acelerando un proceso que ya potenciaba el avance de la tecnología-, no todas quedaron en la misma situación para hacer frente al nuevo contexto socioeconómico.
Las principales distinciones que encontró la Fundación en su investigación son las siguientes:
- Las empresas de servicios se encuentran en mejor situación que el resto de los sectores a la hora de incorporar la modalidad teletrabajo y también muestran mayor capacidad inmediata de adopción de este sistema para su personal;
- Las regiones AMBA (CABA y partidos del GBA) y Centro (Buenos Aires -sin partidos GBA-, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos) conforman los territorios mejor preparados para la implementación del teletrabajo;
- Las empresas menores de hasta 50 ocupados enfrentan serios problemas tecnológicos, organizativos y económicos que le dificultan la adopción del teletrabajo.
En la medida en que la reconversión de los procesos productivos hacia el teletrabajo pasó aceleradamente de ser una cuestión marginal, un "plus" o beneficio que se daba a algunos trabajadores, para ser ahora en plena emergencia la forma de continuar operando, estas distinciones afectan de manera desigual a las empresas argentinas.
"La emergencia COVID-19 está imponiendo la necesidad de promulgar una Ley de Teletrabajo, pero no es menor también la necesidad de promulgar una nueva Ley PyME, visto el fracaso de la anterior, para incentivar la creación de empleo, y una Ley del Economía del Conocimiento que estimule la innovación. Este cluster de instituciones regulatorias podría determinar el futuro de la modernización empresarial y la competitividad internacional de las empresas menores de Argentina", apuntan desde la Fundación.
Alerta por desigualdades
Solo 2 de cada 10 ofertas de empleo están destinadas a personas de más de 45 años
Además de las diferencias en tiempos de implementación posibles para el teletrabajo, también hay una marcada diferencia entre las tareas y sectores de la economía.
Por caso, el 68% de las firmas de servicios puede trasladar total o parcialmente a su fuerza de trabajo a modalidad a distancia. Entre ellas, el 15% logrará completar ese proceso antes de fin de año.
En el comercio el 58% afirmó que tiene el potencial de trasladar al menos a parte de su personal al trabajo remoto. En la industria manufacturera solo pueden hacerlo el 53% de las MiPyMe, en el Agro y las industrias de recursos naturales la mitad de las empresas y en la Construcción solo el 48 por ciento.
"Hay que destacar que actualmente la construcción es el sector con la mayor inoperatividad e inactividad del personal. Por otra parte, la velocidad de implementación inmediata del teletrabajo en este sector es también mucho menor que en el sector de servicios, ya que solo el 2% de las empresas podría adoptar este sistema antes de la finalización de este año", remarcaron desde la Fundación Observatorios Pyme.
Algo menos de la mitad de las microempresas dijeron que pueden adaptar las tareas de una parte o de todos sus trabajadores para que se desempeñen bajo teletrabajo, mientras que este porcentaje aumenta a tres cuartos entre las empresas medianas. Sin embargo, desde el punto de vista de la velocidad de implementación, las microempresas muestran mayor capacidad que las empresas de mayor tamaño, probablemente debido a la mayor flexibilidad de sus procesos productivos.
Las posibilidades también son muy dispares en cuanto a la ubicación de las empresas. El 65% de las del AMBA y el 51% de las del Centro del país calculan que pueden lograr la transformación necesaria para movilizar total o parcialmente a su fuerza de trabajo hacia el "home-office". Pero solo pueden hacerlo el 35% de las del NEA, el 42% de las de Cuyo y el 45% del NOA.
Desde la Fundación Observatorio Pyme insisten que este nuevo contexto plantea la necesidad de que el tratamiento de la Ley de Teletrabajo en el Congreso de la Nación no se realice solo como "un resorte" para enfrentar la urgencia sanitaria, ya que evaluado de manera aislada solo puede profundizar desigualdades territoriales y de tamaño de empresas, que traerán nuevos problemas a la economía argentina.
"Asumir la transformación hacia el teletrabajo implica altas dificultades que condicionan especialmente a las empresas más pequeñas, las menos calificadas y aquellas situadas en regiones remotas del centro productivo del país, por lo cual la política pública se hace particularmente necesaria para promover y cofinanciar", concluyen.