¿Agotado física y mentalmente? Puede que tengas síndrome de burnout
La crisis del coronavirus incrementó el desgaste profesional, o síndrome de burnout -que podría traducirse del inglés como estar quemado laboralmente-, según coinciden los especialistas.
El burnout es "un síndrome derivado del estrés crónico en el lugar de trabajo", define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el 2019 la OMS lo incluyó en el listado de padecimientos laborales y a partir del 2022 será considerado así en todos los países miembros.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), México es una de las naciones miembro que más fatiga por estrés laboral padecía antes del nuevo coronavirus. Al menos 75% de las personas trabajadoras lo sufría, superando a quienes laboran en China (73%) o Estados Unidos (59%).
Sucede que a ese estrés ya asimilado como normal por situaciones de trabajo se sumó el peligro de una pandemia, la preocupación por cuidar a los seres queridos, la de mantener el aislamiento, el bombardeo de información con noticias que solo muestran el deterioro económico y el avance de la pandemia en el mundo, etc.
De acuerdo con la COVIDiSTRESS Global Survey, la población en México está cerca de los niveles altos de estrés. El estudio, que compara 56 países, "demuestra que ser mujer es un factor definitivamente de mayor estrés" en este país, indicó Carlos Contreras-Ibañez, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). La violencia o el abuso en el hogar son los principales motivos de angustia que mencionaron, agregó a América Economía el psicólogo social, quien colaboró en el proyecto.
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Sin embargo, no son ellas quienes señalaron estar sintiendo mayor estrés, sino la gente joven. "A algunos se les ha multiplicado la carga de trabajo porque tienen que cuidar a sus hermanos o trabajar, pues sus papás se han quedado sin empleo. Otros están preocupados porque los desempleados son ellos".
Síntomas
Estefanía Rosas, supervisora de ventas en una pequeña empresa de ferretería, contó su caso a América Economía. Despidieron a la mitad de los empleados, le asignaron nuevas responsabilidades para cubrir esos baches, y por falta de personal de RR.HH. o gerencia, debio decirle a sus compañeros que estaban despedido.
Ya tenía además problemas de pareja por llegar siempre a su caso luego de las 8 de la noche y porque "trabaja con muchos hombres". Por sus nuevas tareas, la han dejado trabajar ahora desde su casa, pero su carga horaria se multiplicó, trayéndole aún más problemas a su relación.
"Estoy conectada desde las 7 de la mañana y son las 10 de la noche y todavía me están pidiendo cosas y ahora tengo más problemas con mi esposo, dice que no le pongo atención. Ya no tengo cabeza para nada, estoy saturada, el otro día casi hago un pedido de 1,000 piezas cuando tenía que encargar 10", le dijo a América Economía.
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A la gastritis crónica que padecía se sumaron dolores diarios de cabeza e insomnio. Un día tuvo fiebre, otro, sintió que le faltaba el aire. Luego le aparecieron ronchas en los brazos que se expandieron a todo su cuerpo. El médico le dijo que era estrés.
Cada persona somatiza de manera diferente el estrés, dice en entrevista Hosanna Rodríguez Morales, presidenta de la Federación Nacional de Salud en el Trabajo (Fenastac) en México. "Algunas lo hacen a nivel gastrointestinal, otras en la piel. Dependerá de la personalidad del trabajador", agregó.
El estrés también tiene una dimensión cognitiva, comenta Carlos Contreras-Ibañez. Cuando nos atemorizamos, dice, nuestra percepción de la vida es "de túnel. Nos focalizamos en el factor amenazante y nos olvidamos de ver alrededor".
Esto repercutirá en una baja productividad, apunta Hosanna Rodríguez. Pero también en el proyecto de vida del propio empleado, agrega Carlos Contreras-Ibañez.
Según la OMS, la depresión y la ansiedad provocan una pérdida anual de 1 billón de dólares en productividad a nivel global.
La pandemia nos tomó con problemas de salud en la población, instituciones sanitarias débiles, un mercado laboral precarizado y una sociedad con poca confianza en sus autoridades, señala el especialista de la UAM. Todo esto, de alguna manera, ya estaba generando malestar y enojo.
Para Hosanna Rodríguez no hay duda de que el home office se tendrá que regular. "Y como vemos la curva de contagios, esto va a durar mucho tiempo o será permanente para algunos tipos de trabajo. Sobre todo, para los directivos".