Feriados 2020: ¿qué se celebra el 25 de mayo?
Este próximo feriado del 25 de mayo caerá en día lunes, configurando una vez más un fin de semana XL de tres días que los argentinos volverán a disfrutar desde sus casas, en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
En algunas provincias las medidas de confinamiento comenzaron a relajarse y es probable que el día 24 de mayo, cuando se prevé que oficialmente finalice la actual etapa de la cuarentena, haya novedades en ese sentido. Pero todo dependerá de cómo evolucionen los contagios de Covid-19 en las distintas zonas del país.
Esto significa que no habrá este año grandes actos oficiales para celebrar la Semana de Mayo ni festejos del 25 de mayo, porque incluso en los lugares donde ya se permite hacer salidas recreativas, no están habilitadas las aglomeraciones de personas.
Tampoco será posible aprovechar el feriado para hacer una escapada de fin de semana largo a algún punto turístico, como es tradicional para muchos argentinos. La circulación por el territorio nacional se encuentra restringida al entorno barrial, excepto para trabajadores "esenciales", y solo la provincia de Jujuy habilitó la actividad turística pero para residentes exclusivamente.
En cualquier caso, las próximas fechas patrias en una instancia única, donde será necesario ejercitar la memoria pero en soledad o en familia.
Qué se celebra el feriado del 25 de mayo
El feriado del 25 de mayo es oficialmente el Día de la Revolución de Mayo, que fue el punto cúlmine de los hechos de 1810 que luego llevaran a la conformación del primer gobierno patrio de la Argentina.
Días atrás, había llegado al territorio de lo que entonces era el Virreynato del Río de la Plata, que el rey de España había sido apresado por Napoleón Bonaparte, dejando en jaque la autoridad española y al entonces Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros.
Tras una semana convulsionada, el 25 de mayo de 1810 los criollos –hombres blancos y propietarios considerados entonces como representantes del pueblo- se reunieron en el edificio que hoy es el Cabildo de Buenos Aires a sesionar, como era costumbre para la época.
El Cabildo era el epicentro político del Virreinato allí se decidían las cuestiones del bien común para los habitantes de las ciudades. Era la única autoridad local y tenían ciertas atribuciones para decidir sobre la recaudación de impuestos, el "buen gobierno", y hasta la justicia.
El 25 de mayo, el pueblo afuera, en lo que entonces era la Plaza Mayor (hoy Plaza de Mayo) pedía la declaración de independencia. Ni los niños, ni las mujeres, los pobres u hombres de otras razas no eran permitidos en las sesiones del Cabildo Abierto.
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Todo parece indicar que el 25 de mayo de 1810 amaneció lluvioso y frío. Con ese clima, grupos de vecinos encabezados por Domingo French y Antonio Beruti se juntaron progresivamente frente al Cabildo a la espera de definiciones. Algunos llevaban en sus pechos cintitas azules y blancas, que eran los colores que los patricios habían usado durante las invasiones inglesas.
El Cabildo había convocado a los jefes militares y estos le hicieron saber al cuerpo a través de Saavedra que no podían mantener en el poder a la Junta del 24 porque corrían riesgos personales porque sus tropas no les responderían. La mayoría de la gente se fue yendo a sus casas y el síndico del Cabildo salió al balcón y preguntó "¿Dónde está el pueblo?".
En esos momentos Antonio Luis Beruti irrumpió en la sala capitular seguido de algunos infernales y dijo "señores del Cabildo: esto ya pasa de juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de nosotros con sandeces, si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha sido para evitar desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo nombre hablamos, está armado en los cuarteles y una gran parte del vecindario espera en otras partes la voz para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toque la campana y si es que no tiene badajo nosotros tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya presencia echan de menos. ¡Sí o no! Pronto, señores decirlo ahora mismo, porque no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las armas en la mano, no responderemos de nada".
Poco después se anunció finalmente que se había formado una nueva junta de gobierno. El presidente era Cornelio Saavedra; los doctores Mariano Moreno y Juan José Paso, eran sus secretarios; fueron designados seis vocales: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, el militar Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel Alberti y los comerciantes Juan Larrea y Domingo Matheu.
La Junta declaró que gobernaba en nombre de Fernando VII. Así lo recordó Saavedra en sus memorias. "Con las más repetidas instancias, solicité al tiempo del recibimiento se me excuse de aquel nuevo empleo, no sólo por falta de experiencia y de luces para desempeñarlo, sino también porque habiendo dado tan públicamente la cara en la revolución de aquellos días no quería se creyese había tenido particular interés en adquirir empleos y honores por aquel medio. Por política fue preciso cubrir a la junta con el manto del señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias y mandatos".
En Buenos Aires, el ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia trataron de huir a Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires y logrará ser nombrado virrey), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
Los hechos de la Semana de Mayo dieron lugar al establecimiento de la Primera Junta de Gobierno, considerado hoy como el primer gobierno patrio que tuvo la Argentina. Esto se celebra con el feriado inamovible del 25 de mayo cada año.
Por qué se festeja la Semana de Mayo
La Revolución de Mayo en realidad no tuvo lugar en una fecha concreta sino que comprende los distintos hechos ocurridos durante 1810, sobre todo en lo que se conoce como la Semana de Mayo, y que acabaron con la declaración de la independencia del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros.
La cronología de los hechos es muy importante para entender cómo, finalmente, se llega al 25 de mayo. Conocer cuál era el clima social, el ambiente dentro de los propios miembros de la Junta, quiénes fueron realmente French y Berutti, cómo se convocaron las movilizaciones a la Plaza, entre otros hechos, es fundamental para posicionarse en aquel momento de la Historia.
El 14 de mayo de 1810 había llegado a Buenos Aires la fragata inglesa Mistletoe que traía periódicos que confirmaban los rumores que circulaban intensamente por Buenos Aires: había caído en manos de los franceses de Napoleón, la Junta Central de Sevilla, último bastión del poder español.
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El viernes 18 de mayo el virrey Cisneros hizo leer por los pregoneros (porque la mayoría de la población no sabía leer ni escribir) una proclama que comenzaba con la siguiente frase: "A los leales y generosos pueblos del virreinato de Buenos Aires." El virrey advertía que "en el desgraciado caso de una total pérdida de la península, y falta del Supremo Gobierno" él asumiría el poder acompañado por otras autoridades de la Capital y todo el virreinato y se pondría de acuerdo con los otros virreyes de América para crear una Regencia Americana en representación de Fernando.
Pero la situación de Cisneros era muy complicada. La Junta que lo había nombrado virrey había desaparecido y la legitimidad de su mandato quedaba claramente cuestionada. Esto aceleró las condiciones favorables para la acción de los patriotas que se venían reuniendo desde hacía tiempo en forma secreta en la jabonería de Vieytes.
La misma noche del 18 los jóvenes revolucionarios se reunieron en la casa de Rodríguez Peña y decidieron exigirle al virrey la convocatoria a un Cabildo Abierto para tratar la situación en que quedaba el virreinato después de los hechos de España. El grupo encarga a Juan José Castelli y a Martín Rodríguez que se entrevisten con Cisneros.
Las reuniones continuaron hasta la madrugada del sábado 19 y sin dormir, por la mañana, Cornelio Saavedra y Manuel Belgrano le pidieron al Alcalde Lezica la convocatoria a un Cabildo Abierto. Por su parte, Juan José Castelli hizo lo propio ante el síndico Leiva.
Así fue que el domingo 20 de mayo de 1810 el virrey Cisneros reunió a los jefes militares y les pidió su apoyo ante una posible rebelión, pero todos se rehusaron a brindárselo. Y por la noche, Castelli y Martín Rodríguez insistieron ante el virrey con el pedido de Cabildo Abierto.
El virrey dijo que era una insolencia y un atrevimiento y quiso improvisar un discurso pero Rodríguez le advirtió que tenía cinco minutos para decidir. Cisneros le contestó "ya que el pueblo no me quiere y el ejército me abandona, hagan ustedes lo que quieran" y convocó al Cabildo para el día 22 de Mayo.
Mientras tanto, en el "Café de los Catalanes" y en "La Fonda de las Naciones", los criollos discutían sobre las mejores estrategias para pasar a la acción
A la mañana del lunes 21 se reunió el Cabildo para tratar los temas de la ciudad, pero a los pocos minutos los cabildantes tuvieron que interrumpir sus labores. La Plaza de la Victoria estaba ocupada por unos 600 hombres armados de pistolas y puñales que llevaban en sus sombreros el retrato de Fernando VII y en sus solapas una cinta blanca, símbolo de la unidad criollo-española desde la defensa de Buenos Aires.
Este grupo de revolucionarios, encabezados por Domingo French y Antonio Luis Beruti, se agrupaban bajo el nombre de la Legión Infernal y pedía a los gritos que se concrete la convocatoria al Cabildo Abierto. Los cabildantes accedieron al pedido de la multitud. El síndico Leiva salió al balcón y anunció formalmente el ansiado Cabildo Abierto para el día siguiente.
Para el 22 de mayo comenzaron a llegar los cabildantes, pero de los 450 invitados sólo concurrieron 251.
El clima se fue calentando hasta que empezaron los discursos, que durarían unas cuatro horas, sobre si el virrey debía seguir en su cargo o no. Comenzó hablando el Obispo Lué, quien dijo que mientras hubiera un español en América, los americanos le deberían obediencia. Le salió al cruce Juan José Castelli contestándole que habiendo caducado el poder Real, la soberanía debía volver al pueblo que podía formar juntas de gobierno tanto en España como en América.
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El Fiscal de la Audiencia, Manuel Villota señaló que para poder tomar cualquier determinación había que consultar al resto del virreinato. Villota trataba de ganar tiempo, confiando en que el interior sería favorable a la permanencia del virrey. Juan José Paso le dijo que no había tiempo que perder y que había que formar inmediatamente una junta de gobierno.
Casi todos aprobaban la destitución del virrey pero no se ponían de acuerdo en quien debía asumir el poder y por qué medios. Castelli propuso que fuera el pueblo a través del voto quien eligiese una junta de gobierno, mientras que el jefe de los Patricios, Cornelio Saavedra, era partidario de que el nuevo gobierno fuera organizado directamente por el Cabildo. El problema radicaba en que los miembros del Cabildo, muchos de ellos españoles, seguían apoyando al virrey.
En la mañana del miércoles 23 se reunieron en el Cabildo para contar los votos emitidos el día anterior y elaboró un documento: "hecha la regulación con el más prolijo examen resulta de ella que el Excmo. Señor Virrey debe cesar en el mando y recae éste provisoriamente en el Excmo. Cabildo (…) hasta la erección de una Junta que ha de formar el mismo Excmo. Cabildo, en la manera que estime conveniente".
Para el día siguiente, el Cabildo designó efectivamente una junta de gobierno presidida por el virrey e integrada por cuatro vocales: los españoles Juan Nepomuceno Solá y José de los Santos Inchaurregui y los criollos Juan José Castelli y Cornelio Saavedra, burlando absolutamente la voluntad popular. Esto provocó la reacción de las milicias y el pueblo. Castelli y Saavedra renunciaron a integrar esta junta. Muchos como el coronel Manuel Belgrano fueron perdiendo la paciencia.
Por la noche una delegación encabezada por Castelli y Saavedra se presentó en la casa de Cisneros y logró su renuncia. La Junta quedó disuelta y se convocó nuevamente al Cabildo para la mañana siguiente, donde se convocó una nueva junta de gobierno. Y el resto es historia.
Cómo se paga el feriado del 25 de mayo
En el caso del 25 de mayo está dentro de los feriados considerados inamovibles. Es decir que no será trasladado a otra fecha y deberá respetarse el día exacto en el que figura en el calendario oficial de feriados del Ministerio del Interior.
Esto quedó establecido así en la Ley de Feriados y Fines de Semana Largos N°27.399 que se sancionó en septiembre de 2017 y se publicó en el Boletín Oficial de la Nación en octubre de ese año.
Esto significa que los empleados registrados en el sistema de Seguridad Social que trabajen el feriado del 25 de mayo percibirán doble remuneración por esa jornada, y a quienes no cumplan tareas en esa fecha les corresponde la remuneración simple.
No se trata de un día no laborable sino de un feriado. La jornada considerada como "no laborable" sí afecta a la administración pública. "No laborable" significa que las empresas y empleadores tienen la potestad de determinar si les dan o no el día libre a sus empleados, por lo cual no corre para todos los trabajadores por igual.
En los casos en los que los empleadores decidan que se trabaja en días no laborables, esa jornada se abona de manera normal, sin obligación de que el trabajador perciba un adicional como ocurre con los días feriados, que se pagan el doble.
Cuando un día feriado tradicional no se trabaja, se abona a los empleados como jornada simple, aunque no hayan concurrido a la oficina o realizado tareas.