En cuestión de género, el sector tecnológico se pone tradicional: crece la brecha salarial entre hombres y mujeres
El nivel de participación de mujeres en el sector de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) crece pero a paso muy lento: se ubica recién en torno al 14,22%.
Además, la brecha salarial no sólo no se reduce sino que se hace más evidente cuando las mujeres tienen más experiencia. Esto se traduce, a su vez, en un bajo nivel de conformidad salarial.
Así lo reveló un informe de Sysarmy y Openqube sobre sueldos en 2020, trabajo que comenzó a realizar hace un año atrás y que se constituyó en una nueva fuente de consulta sobre la situación del sector TIC, por fuera de los relevamientos que realizan cámaras del sector, como la del software (CESSI).
La participación de las mujeres en el sector TIC en este último pasó de un 14,08% a 14,22%. Esto muestra un avance, pero que es lento respecto de las expectativas y de las ofertas que comienzan a surgir en un contexto en el que hay interés creciente por conformar equipos de trabajo diversos.
Si el avance de las mujeres en estos espacios no es significativo, lo es mucho menos su mejora salarial. La brecha entre lo que ganan las mujeres respecto de sus pares masculinos es de 20,97%, nivel que se profundiza más cuando ellas acumulan entre cinco y ocho años de experiencia, de acuerdo al reporte.
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Acerca de esa brecha, el informe señaló que "se puede observar un aumento de la misma respecto del período anterior". Además, subraya que se acentúa "en mujeres con más de cinco años de experiencia, segmento en el que se encuentra el mayor porcentaje de participación", que es de hasta el 65,86 por ciento.
"La desigualdad salarial por género se observa en todas las actividades laborales, el sector de tecnología no está exento. Se suele creer que son las mujeres las que no preguntan por aumentos salariales o que no saben negociar, pero esto no es así. Estudios recientes, demuestran que el problema no está en que las mujeres no se atrevan a pedir, sino en que sus solicitudes se tratan de manera diferente a las de los hombres", explicaron desde Sysarmy, la comunidad de especialistas en IT que se ocupa de elaborar la encuesta para que la respondan sus integrantes.
Y así quedó demostrado también en una encuesta de Bumeran que determinó que la diferencia salarial entre ambos géneros encontró la mayor diferencia de los últimos tres años en enero de 2020.
En 2016, esa brecha era 12% superior en favor de los hombres. Hoy, esa distancia trepó hasta el 18%. La diferencia más pequeña se encuentra en un piso de 12%. En paralelo, mientras en los últimos tres años los salarios de mujeres se incrementaron un 43%, el de los hombres lo hizo en torno al 44 por ciento.
Es decir, que la industria TIC, sobre la que hay un interés particular porque se sumen más mujeres, replica de manera idéntica lo que sucede en el mercado laboral en general. Ni siquiera en un sector de búsqueda de mayor representatividad femenina es posible encontrar una tendencia diferente.
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Aunque desde hace prácticamente una década que el tema de las mujeres en las TIC viene teniendo abordaje en espacios políticos, económicos, sociales, laborales, académicos y escolares, los prejuicios de género y los estereotipos no sólo siguen muy arraigados sino que continúan teniendo peso.
El informe de Bumeran sobre brecha salarial en el mercado laboral destacó que las áreas de ingeniería mecánica y eléctrica-electrónica son aquellas en donde las mujeres menos se postulan. En este segmento en particular, el 92% de los postulantes son hombres. Al revés, las mujeres son las que más se candidatean para ocupar puestos en recursos humanos, con un 76% de participación.
En todos los casos se trata de sesgos que todavía ven al hombre como el proveedor económico en el hogar y a la mujer afincada para realizar tareas domésticas y de cuidados sin ningún tipo de remuneración. Aunque la afirmación suene fuera de contexto, es una realidad que persiste en muchos ámbitos.
No obstante, el informe advirtió sobre una mayor conciencia sobre la equidad salarial entre las nuevas generaciones y que también se promueve una mayor diversidad a medida que pasa el tiempo.
Este juego entre inequidad y equidad se da incluso cuando las mujeres continúan sumando mayor mérito académico que sus pares masculinos. Alcanzan mayor nivel de estudios y los completan en porcentajes más altos que los que obtienen los hombres.
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"Los ajustes por inflación están lejos de ser equitativos –sigue el informe- La brecha salarial entre hombres y mujeres sigue existiendo, es mucha y el progreso en este punto pareciera haberse estancado". Este hecho se da especialmente entre aquellas profesionales que tienen más de cinco años de experiencia.
Desde Sysarmy explicaron que los ya conocidos "conceptos como "techo de cristal" y "suelo pegajoso" ayudan a explicar estas desigualdades en perjuicio de las mujeres. A pesar de tener en Argentina leyes que contemplan la brecha salarial por género ésta no ha mermado".
A la hora de elaborar caminos para revertir esta situación, los responsables del sondeo señalaron que es necesario que las empresas se posicionen ante estas situaciones de injusticia social para pensar acciones con el fin de no reproducirlas. "Muchas empresas están revisando sus políticas internas y generando espacios para repensar la cultura empresarial", aseveraron.
Caminos a seguir
"Creo que como mujeres tenemos que replantearnos a dónde queremos llegar dentro de una organización, qué es para nosotras la igualdad, en qué queremos ser iguales con los hombres", consideró Patricia Montanelli, responsable de capacitación de ventas de Vmware para América latina.
La ejecutiva sostuvo que "es obvio que todas las mujeres necesitamos igualdad de oportunidades y de salario dentro de una organización. En el caso concreto de la compañía donde yo trabajo hace más de 12 años, VMware, la igualdad de oportunidades y remuneración, afortunadamente es una realidad. Pero sabemos que esto no es lo más común en el mercado laboral general", agregó.Aquí vale volver a mirar otros datos de Bumeran. Cuando se analizan las postulaciones en la plataforma se advierte que el 53% son realizadas por mujeres. Pero esa equidad a la hora de buscar un trabajo se pierde a medida que se eleva el seniority del puesto a cubrir.
"Para puestos junior el 53% de las postulaciones son de mujeres, mientras que el 47% son de hombres. Para cargos senior, el 55% son mujeres y el 45% hombres", indicó el reporte.
La diferencia contundente se encuentra en los cargos de mayor jerarquía: jefe o supervisor. El género masculino es el que prepondera en este tipo de postulaciones, de hecho, realizan el 70% de esta clase de postulaciones, frente a un 30% que son efectuadas por mujeres.
Más allá de los estereotipos y los prejuicios, que existen, Montanelli también consideró que las mujeres deben comenzar a abordar el tema con nuevas ópticas para alcanzar sus objetivos y posiciones dentro de una organización.
"Creo que es importante repensar, como mujeres, cómo transitar este camino. Somos mujeres trabajando codo a codo con varones. Biológicamente hablando somos diferentes, lo mismo a nivel emocional y psicológico", indicó la ejecutiva.
Por esa razón apuntó que "algo que podemos hacer es aprender a escuchar, escuchar a todos sin discriminación, mujeres y hombres por igual. Sin distinción de rangos o jerarquías. Escuchar a grupos diversos, qué les está sucediendo hoy en relación al rol de la mujer, escuchar a todos, mujeres y hombres, y tratar de comprender qué miedos tienen".
Destacó que la escucha permitirá advertir "cómo nos perciben, cuál es el impacto qué estamos generando y ver si es lo que queremos lograr". Y a partir de ahí "proponer cosas nuevas, desde un lugar positivo. En vez de quejarnos y quedarnos en un "rol de víctima", pensar qué nueva acción, plan, enfoque, puedo proponer para alcanzar mis objetivos profesionales y ayudar así también a mi equipo de trabajo a lograrlos. Incorporar a los demás, mujeres y hombres en mis actividades", agregó.En tono provocador aunque con clara intención de llevar a la acción, Montanelli destacó que es necesario crear espacios de trabajo en donde hombres y mujeres puedan complementarse porque esa diversidad tracciona en favor de una mayor riqueza de soluciones para la empresa.
También apuntó que es clave que "las mujeres tenemos que respetar, en primer lugar, a las mujeres con las que trabajamos. He observado, a lo largo de mi carrera laboral, que en ciertas situaciones se han querido 'pisar' unas con otras". Si bien esta situación también se replica entre hombres, tiene menos mala prensa.
Por esa razón insistió en la necesidad de escuchar y respetar las opiniones de los otros.
"Tenemos que estar orgullosas de ser mujeres. Y salir de nuestra 'zona de confort' para buscar cosas nuevas. Por ejemplo, siempre se dice que hay pocas ingenieras, pero tenemos que animarnos y dar ese paso. Y, si sentimos que no sabemos cómo hacerlo, podemos pedir ayuda a nuestros managers, mujeres y varones para que nos acompañen en ese salto, concluyó.
Para que las mujeres ganemos más espacios en el mundo laboral es necesario tanto romper estereotipos como apuntar a la conformación de equipos mixtos, porque es el mejor camino para alcanzar la equidad.