Once formas en las que las personas exitosas manejan a la gente tóxica
De vez en cuando, a todos nos toca interactuar con gente que no nos cae bien, que nos parece complicado, maleducado o simplemente molesto.
El sitio Entrepeneuer detalla once maneras de tratar con este tipo personas en tu trabajo y, como adelanto, explica que ayuda un poco recordar que tampoco eres perfecto.
Es decir, que lo que estás pensando sobre esa persona, alguien más puede estarlo pensando sobre ti.
A continuación los once tips para manejar gente tóxica:
1) Acepta que a nadie le cae bien todo el mundo
La realidad es que no todas las personas que conozcamos nos van a caer bien. El primer paso para lidiar con un individuo difícil es aceptar que hay personas que no te van a encantar, y está bien.
El hecho de que no te caigan bien no te hace una mala persona, ni hace que esa persona sea fundamentalmente mala o desagradable. Pero todos tenemos que encontrar la forma de trabajar con los demás. Reconocer que no tienes química con esa persona, sin meterte en juicios de quién está bien o mal, puede sacar algunas emociones negativas que se interponen en las relaciones que de por sí ya son difíciles de sobrellevar.
2) El mindfulness es el antídoto para la gente tóxica
Lidiar con una persona que nos cae mal puede tener un efecto negativo en nuestras emociones. Una persona tóxica te puede volver loco, pero sólo si se lo permites. Recuerda que sólo tú tienes poder sobre tu estado mental, así que no permitas que una persona negativa o tóxica influya en tu cabeza.
Eso no significa que debas ignorar a esa persona, o ignorar la forma en la que te hace sentir. Reconoce que tus emociones como la irritación o la impaciencia, se van acumulando. Si alguien te está haciendo enojar, date oportunidad de sentir esa emoción y luego déjala pasar. Recuerda que hay ocasiones en las que lo mejor es sonreír y decir que sí, no siempre tenemos que engancharnos en discusiones que no valen la pena.
3) Tacto mata temperamento
Elige el tacto por encima del temperamento. Aprende a cultivar una sonrisa diplomática, esto es básico para aprender a tratar a todas las personas con civilidad y diplomacia. No significa que tengas que estar de acuerdo con alguien que te cae mal o que tengas que aceptar lo que están diciendo, solo necesitas mantener un nivel constante de decoro a la hora de interactuar con ellos.
Sé suave con la persona pero duro con el problema. Esto significa que debes enfocarte en los problemas que necesitan ser corregidos en lugar de atacar a un nivel personal. Si aprendes a hacer esto de manera consistente siempre serás percibido como alguien profesional y positivo, lo que te dará un punto a favor en todas las situaciones.
4) No importa lo que hayan querido decir, no te lo tomes personal
Muchas veces la gente hace lo que hace por ellos, no por ti. Puede que estén reaccionando ante sus propias circunstancias, y sólo coincidió que te les cruzaste en el camino. Intenta ampliar tu perspectiva de la situación, porque un punto de vista abierto puede reducir los malos entendidos.
También puedes ser proactivo a la hora de tratar con alguien que sabes que te saca de tus casillas. Piensa en formas de reaccionar de manera tranquila y asertiva. Ten una imagen clara de cómo vas a responder, esto puede ayudarte a evitar el efecto ping-pong, en el que reaccionas peor que ellos y ellos reaccionan todavía peor. Recuerda que todas las situaciones involucran tanto a la persona con la que te estás comunicando, como el problema que están discutiendo. Concéntrate en el problema, no en la persona.
5) Sé mejor persona, o húndete con ellos
Es muy fácil reaccionar de manera emocional ante una persona tóxica, sobre todo si su comportamiento te parece ridículo o frustrante. Pero si te quedas a su nivel y te involucras con sus argumentos, puede que seas tú el que se lleve la etiqueta de problemático
No permitas que tus emociones saquen lo peor de ti, ni dejes que sus problemas te consuman. Recuerda que no necesitas responder a su caos, puedes elegir ser mejor persona enfocándote en los hechos y ofreciendo respuestas racionales. Si necesitas, señala problemas específicos, pero siempre hazlo de forma diplomática.
6) Expresa tus sentimientos tranquilamente
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En ocasiones, lo que nos causa problemas es la forma en la que nos comunicamos. Si el comportamiento y forma de comunicación de una persona te molesta, tal vez sea momento de tener una conversación honesta al respecto. La clave es hacerlo de manera tranquila y asertiva, evitando el confrontamiento.
El lenguaje no acusativo incluye formar oraciones que empiecen con "Yo", para lograr el objetivo de expresar claramente y de forma no agresiva tus sentimientos y el rol que el otro tiene en ellos, sin culparlo directamente. Una fórmula que puedes usar es: "Cuando tu _______, yo siento que ______. Por favor, en el futuro, cambia eso por _______."
Sé tan específico como puedas a la hora de expresar un comportamiento que te molesta, y lo que te gustaría que hiciera la otra persona para cambiarlo. Y una vez que lo hayas expresado, debes abrirte a escuchar su retroalimentación.
7) Elige tus batallas
No todas las discusiones valen tu tiempo y atención. Hay momentos en los que lidiar con una persona molesta es como razonar con un niño que está haciendo un berrinche: no merece tu energía. Pregúntate si realmente quieres engancharte en una discusión sobre algo a lo que puedes darle al vuelta. El beneficio final, ¿vale el esfuerzo? ¿Tienes más que perder de lo que tienes que ganar?
Considera si el problema es situacional, en cuyo caso el tiempo puede ayudarte a disolverlo. Y hay ocasiones en las que una persona complicada nos ayuda o beneficia de otras formas. Puede que te convenga más tolerar su idiosincrasia si te está ayudando más de lo que te está molestando.
8) Los límites son sanos
¿No sería increíble poder construir una barrera que mantuviera alejado a ese compañero molesto? Puede que una barrera física no sea algo factible, pero sí que puedes establecer límites y decidir cuándo y cómo quieres pasar tiempo con él. Date un espacio para estar solo, para que esa persona no te agobie demasiado.
Desconéctate emocionalmente, y sepárate físicamente de las situaciones que sabes que pueden terminar en discusiones negativas. Si sabes que te estás metiendo en una situación cargada emocionalmente, respira profundo y tranquiliza tu mente antes de entrar.
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9) Relaciónate con gente que piense como tú
No vayas solo a la guerra, encuentra gente que te respalde. Intentar ganarle la batalla a una persona difícil o a una relación séptica por tu cuenta puede resultar contraproducente, porque es muy difícil ser objetivo cuando estás tan involucrado.
Encuentra gente que piense como tú y en la que puedas confiar para sentirte respaldando y menos solo. Ellos pueden aportar objetividad a la situación y ayudarte a pensar en formas de lidiar con esa persona difícil. Habrá ocasiones en las que lo único que quieras es sacarlo todo y sentir que alguien te escucha. Una vez que nos sentimos validados, podemos seguir avanzando. Saber que tus amigos te apoyan te da resiliencia y fuerza para manejar casi cualquier situación.
10) Aprende cómo manejar a la gente molesta
Si hay alguien que siempre te está molestando y enfocándose en tus defectos, puedes ecualizar la dinámica de poder presionándolo un poco para reducir su comportamiento negativo. No te pongas a la defensiva cuando alguien te señala o se pone agresivo contigo, porque esto solo les da más poder. Mejor dale la vuelta al guión y ponlo bajo el reflector. La mejor forma de neutralizar su influencia es haciendo preguntas constructivas y demostrativas.
Si está intentando negar o minimizar tu trabajo, pregúntale por críticas muy específicas y detalladas, pregúntale si expresó sus expectativas de manera clara, y si está siendo irrespetuoso o te sientes acosado, dilo. Hazles saber que esperas se tratado con el mismo nivel de civilidad con el que tú manejas las situaciones.
11) Tu felicidad está en tus manos
Nunca permitas que una persona tóxica limite tu felicidad o controle tu fuente de auto satisfacción. No permitas que los comentarios negativos se instalen en tu sistema, ni dejes que la opinión de otra persona ensombrezca tu día. Deja de buscar que los otros validen o reconozcan tus logros. Busca esa validación en tu interior.
Date un momento para reflexionar, porque tal vez lo que no te gusta en otra persona es algo con lo que tú también estás luchando internamente. Entender de dónde viene tu frustración le quita poder al otro. Y recuerda que tú tienes el control sobre ti y sobre tus pensamientos. Deja de compararte con los demás y siempre ten en mente que tu valor está dentro de ti.