Ocho consejos expertos para mejorar el perfil de LinkedIn
En la actualidad, y en como tantos otros ámbitos de nuestra vida, la primera fuente para buscar empleo pasa sí o sí por Internet.
Y dentro de la red mundial, la herramienta con más potencial es LinkedIn, según define el consultor experto en RR.HH. Matías Ghidini, General Manager de GhidiniRodil.
El autor de "Mi Trabajo ahora" asegura que especialmente para aquellos profesionales con alguna experiencia laboral, es fundamental el perfil que cultivan en esta red social.
A continuación, ocho consejos prácticos de Ghidini para maximizar el potencial de LinkedIn y aumentar las chances de conseguir empleo:
1. Perfil personal completo y maximizado
LinkedIn ofrece un muy amplio set de campos para expresar el perfil profesional personal. Un frecuente error es no completar todos ellos, perdiendo así la oportunidad de maximizar la visibilidad en la red.
Quienes buscan candidatos aplican múltiples filtros combinados; tener un perfil bien completo aumenta significativamente las chances de ser encontrado antes que otro.
Opciones como Experiencia Laboral, Educación, Summary, Aptitudes, Logros, Datos de contacto (teléfonos y e-mail), Voluntariado, Intereses, Artículos publicados y/o comentados, Foto; son ejemplos de los múltiples y diversos campos que deben completarse.
2. Summary
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El resumen profesional, espacio que se despliega casi inmediatamente debajo del nombre y la foto, es la gran oportunidad que ofrece LinkedIn para diferenciarse vs. otro candidato y así llamar la atención del selector.
Por definición, esta red unifica y standariza la información a mostrar; siendo que paradójicamente la clave para ser elegido es ser distinto, único. Por ende, aprovechar al máximo el Summary es una regla de oro.
¿Qué no debe faltar? Específicamente qué busco (por sobre como soy o que hice): es más importante mostrar que quiero más que venderse. ¿Qué puede formar parte del objetivo profesional? Entre otros, el sector industrial preferido, el tipo de empresa (multinacional, global, PyME, Start Up, etc), los valores deseados en la compañía a incorporase o la ubicación geográfica (si estoy dispuesto a relocalizarme a otro país).
3. Conexiones de calidad
La calidad de la propia red de contactos habla de cada uno. A quienes invito y a quienes acepto dependerá de la amplitud de admisión y –sobre todo- del objetivo que persigo en LinkedIn.
No es lo mismo quien busca cazar talentos, de aquel que desea generar leads comerciales, ser seleccionado para un cambio laboral o promocionar algún servicio o producto. Ergo, es crítico entender que la calidad del networking importa y que cómo construirlo depende exclusivamente del usuario.
4. Ser un miembro contributivo
Una red se basa en el cooperativismo. En épocas de colaboración y co-creación, buscar el rédito propio y no dar nada a cambio va a contramano.
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El perfil individual será más atractivo al tiempo que sea más visible y esto se puede lograr, en gran parte, aportando contenido de calidad. ¿Qué se entiende por esto? Compartir información relevante, sumar comentarios que ayuden a abrir puntos de vistas y reflexiones (evitando polémicas superfluas o ideologizadas), aportar investigaciones o informes sobre temas de alguna especialización.
Y si bien las redes están en constante evolución y cambio, cabe el recuerdo que hoy LinkedIn sigue siendo una red eminentemente profesional. Contenidos o comentarios con mayor componente personal o lúdico pueden no sumar al objetivo de quien busca forjar una sólida reputación profesional.
5. Evitar títulos o cargos grandilocuentes
A priori tal vez trivial, empero este es un ejemplo de los espacios en LinkedIn donde se puede destruir valor por pretender más de lo real. Ser CEO o "founder" de una organización sin empleados o creada hace 2 meses no impresiona a nadie.
Además, denominaciones, siglas o abreviaciones internas intra-compañías, que todos dentro del propio entorno conocen, pero que en el mundo real suenan más a trabalenguas, no agregan valor.
Recordando que un objetivo importante es ser considerado para una oportunidad laboral, aquí lo simple y claro es la regla de etiqueta; que con solo leerlo, cualquier pueda entender el rol de la persona en la organización actual.
6. Foto personal
Lejos de ser una variable de selección, sí puede ser un atributo de descalificación virtual. Se entiende, ningún selector profesional definirá la elección de un candidato únicamente por su foto en LinkedIn. Pero sí es posible que una foto inadecuada inhiba fuertemente a quien debe reclutar del potencial contacto.
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La recomendación, si bien obvia, hoy sigue siendo aún necesaria: una imagen profesional, actualizada y cuidada.
7. Tipo de usuarios
LinkedIn ofrece distintos niveles de usuarios. Es importante entender que las diferentes opciones otorgan menos o más funcionalidades, herramientas de contacto y alcance; y por ende, más o menos chances de conseguir el objetivo deseado (empleo, negocios, contactos).
La opción básica gratuita es el punto de partida; luego, inversión monetaria mediante, se puede escalar al perfil Premium u otros que engrosan las funcionalidades.
8. Entender (y aceptar) las reglas de juego
Casi toda red social o profesional funciona bajo la misma lógica: primero se invita a jugar de manera gratis, luego se definen los límites y reglas de como jugar (las cuales van mutando) y finalmente para sacar lo mejor de la red (o sea, divertirse), se debe invertir.
Participar de cualquier red, en este caso LinkedIn, implica conocer las reglas y aceptarlas.Si se está adentro, hay que jugar el partido en cuestión. Sino, mejor no estar.
En otras palabras: estar en LinkedIn y no aceptar sistemáticamente pedidos de conexión, tener un perfil sin datos de contacto visibles o accesibles, foto personal e incompleto, no aportar contenidos, recomendaciones ni comentarios o acceder a la red tan sólo 1 vez por mes, generará un perfil muerto y de escaso interés para la comunidad.
Sólo quien entiende y juega al compás de las reglas de la red sacará lo mejor de LinkedIn, resumió Ghidini.