¿Cuáles son las siete personalidades tóxicas que pueden alejarte del ansiado éxito laboral?
En cualquier ambiente laboral existen ciertas personalidades tóxicas que pueden atentar no sólo contra el clima laboral, sino también contra la carrera profesional. Por ello, es importante reconocer las características de estas personas ya sea para esquivarlas, cambiar la conducta o hasta cambiar de trabajo.
A continuación, se incluye una lista con los principales rasgos de siete personalidades tóxicas, para saber de cuáles de ellas es posible aprender y de cuales es mejor escapar.
Los ambivalentes. Son aquellos cuyo día a día es un perpetuo estado de reacciones, creencias o sentimientos contrapuestos. Son personas con un carácter complejo y dual, que deben resolver sus conflictos internos, trabajar su susceptibilidad y fomentar su capacidad decisiva para no parecer o resultar vacilantes e inseguras.
Los negativos. Está relacionada con el pensamiento derrotista, al pesimismo y al cinismo. Quienes estén dentro de a este grupo, deberán intentar pensar de manera positiva en lugar de ver todo desde un prisma de constante negatividad y fracaso. Pon el foco en las soluciones en lugar de en los problemas, trabaja tu motivación y tu capacidad resolutiva.
Los procrastinadores. Demorar de manera constante aquellas tareas que requieren atención inmediata puede ser increíblemente dañino en términos profesionales. Procrastinar puede provocar que no se cumplan plazos, que las tareas pierdan calidad o que tu reputación salga dañada.
Los envidiosos. Suelen culpar a los que los rodean de todo lo negativo que hay en su vida en lugar de reconocer sus propias emociones. La envidia y los celos roban a estas personas tóxicas la satisfacción o la alegría por sus propios logros, ya que enfocan toda su energía en lo que falta. Es el tipo de personalidad tóxica más común.
Los prepotentes. Son aquellas que creen que merecen privilegios o un tratamiento especial, que las reglas no se aplican a ellas, o que están por encima de otros compañeros. Esta manera peligrosa y nociva de diferenciarse tiene como efecto principal la imposibilidad de desarrollar relaciones sanas y equitativas, fundamentales para el éxito.
Las víctimas. La base de la victimización es negarse a aceptar su responsabilidad en un problema. Estas personas no aceptan el problema y culpan a los demás. En su lugar, el éxito legítimo requiere adquirir un sentido de responsabilidad personal.
Los perfeccionistas. Cada uno de nosotros tiene imperfecciones y aspirar a la perfección absoluta tanto en nosotros mismos como en los demás es un hábito destructivo. Para combatir esta toxicidad resulta más saludable y beneficioso admitir los fallos y defectos y sacarlos a la luz en lugar de representar una vida supuestamente perfecta y criticar constantemente a los demás, llegando a un estado de perpetua insatisfacción.