Quién es Larry Fink, el poderoso millonario que maneja el fondo de inversión más grande del mundo
A Larry Fink lo llaman "Mr. Fix-it" o "el arreglador", entendido como el señor que "soluciona" las cosas en el mercado financiero.
Su imperio es BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, que actualmente gestiona más de u$s5.000 millones en activos.
Cuando "Mr. Fix-it" habla, todos escuchan. Porque las decisiones que toma Fink impactan directamente la estabilidad de los mercados, el rumbo de las economías y la vida de las personas.
Pocas veces hace apariciones públicas y tampoco suele participar en eventos sociales privados a los que van millonarios y políticos.
Pero cuando inició el gobierno de Donald Trump hace unos meses en Estados Unidos, Fink era uno de sus aliados.
Formó parte de los consejos de asesoría empresarial de la Casa Blanca hasta que en agosto se produjo el quiebre: Fink y varios directores de grandes compañías abandonaron los consejos como una señal de protesta por los comentarios que hizo el presidente sobre los hechos de violencia ocurridos en Charlottesville.
"Desafortunadamente, después de los últimos días, he concluido que no puedo continuar participando en este foro con buena conciencia", escribió Fink.
Aparte de este tipo de señales políticas, este millonario norteamericano suele mandar por escrito mensajes a los grandes empresarios. El año pasado envió una carta a los directivos de las principales compañías cotizadas en Estados Unidos y Europa, en la que les planteó mejorar la gestión de sus empresas considerando el nuevo contexto internacional.
"El Brexit ha redibujado Europa; los sucesos en Oriente Próximo están teniendo consecuencias globales; en Estados Unidos se está descontando una vuelta a la inflación, mayores tipos de interés y un renovado crecimiento; y las políticas fiscales y comerciales de Donald Trump tendrán un gran impacto en el panorama económico", se leía en la misiva, según relevó BBC Mundo.
También lanzaba una advertencia a las empresas donde tiene puesta sus inversiones: "Cuando BlackRock comprueba que las compañías no han hecho los esfuerzos necesarios para proteger los intereses de nuestros clientes, no dudamos en ejercitar nuestros derechos y votamos en contra de los consejos o de aquellos planes de retribución de los directivos que no está alineados con los intereses de los accionistas".
El mercado de las hipotecas
Fink empezó su carrera en los años 70 empezó como banquero, y se especializó como agente de compra y venta de activos basados en hipotecas, el mismo tipo de producto que en 2007 detonaría la crisis financiera que hizo quebrar a Lehman Brothers.
En 1988, junto a otros socios, puso en marcha Black Rock, una empresa encargada de invertir los fondos de sus clientes para obtener rentabilidad.
Tres décadas después, la compañía tiene una capitalización bursátil de más de u$s60.000 millones, 12.000 empleados y presencia en 30 países.
Creció, en gran parte, a través de adquisiciones de otros fondos de inversión, algo que en la jerga bursátil se conoce como un "estilo depredador".
Cuando explotó la crisis de las "hipotecas basura" en 2007, Fink jugó un papel importante en la relación entre Washington y Wall Street durante el proceso del rescate de los bancos.
Por un lado, se reunía con el secretario del Tesoro y el presidente de la Reserva Federal, y por el otro, con los ejecutivos de JP Morgan, Morgan Stanley y AIG. Así BlackRock pasó a gestionar activos tóxicos del banco de inversión Bear Stearns, que terminó adquiriendo JP Morgan.
Con 64 años, el capital de riesgo ha sido su negocio toda la vida. Públicamente se le conoce una sola caída: cuando trabajaba en First Boston, al comienzo de su carrera, quedó sin empleo por las pérdidas que generó con sus arriesgadas apuestas vinculadas a hipotecas.