Síndrome de la "oficina enferma": cómo evitar dolores de cabeza y el estrés permanente
Los dolores frecuentes de cabeza, los problemas posturales y el estrés permanente son síntomas asociados al síndrome de la "oficina enferma", que afecta al 50% de los empleados.
La migraña se desencadena ante determinados componentes que aumentan los síntomas. Muchas horas en la empresa, no dormir lo suficiente, omitir comidas y tomar mucho café para mantenerse despiertos, los hace más susceptibles a dichos dolores.
Las cefaleas, o dolores de cabeza, son uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso y constituyen el motivo más frecuente de consulta médica en todo el mundo.
Según los estudios llevados a cabo por la Organización Mundial de la Salud, no solo son trastornos que producen dolor sino que son incapacitantes.
Llegan a representar más del 1% de los años perdidos por discapacidad. Esto supone una enorme carga social y económica para la salud pública y las empresas.
Tal es así que el dolor de cabeza causa más bajas laborales al año que las enfermedades cardíacas.
La causa más común de dolor de cabeza es la tensional. El estrés que forma el entorno laboral es el principal generador de los dolores de cabeza, conocidos como "cefaleas tensionales".
Es un dolor o molestia en la cabeza, el cuero cabelludo o el cuello. Aparecen cuando los músculos que circundan el área afectada se contraen y generan altas dosis de dolor.
La cefalea tensional es una de las formas más comunes de dolores de cabeza y puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más común entre los adultos y los adolescentes.
Se considera una afección crónica si sucede dos o más veces semanalmente durante algunos meses o más.
Los dolores de cabezas diarios y crónicos pueden resultar del tratamiento deficiente o excesivo de un dolor de cabeza primario.
Lo característico es sufrir dolores fuertes, como si fueran latidos, de un lado de la cabeza. Muchas veces hay malestar y náuseas. Además, muchos de los afectados sienten hipersensibilidad ante los ruidos y la luz.
Las molestias pueden durar horas y hasta días. La frecuencia es variable y suele estar asociada a periodos en los que se dispone de mucho trabajo o se está sometido a una presión inusual, tensión acumulada o anomalías psicológicas como la ansiedad.
Sin dudas hay un componente emocional. Los dolores de cabeza también están asociados a las contracciones musculares que provoca el propio estado anímico.
La depresión, la ansiedad, el estrés, las malas posturas, las lesiones cervicales, la vista cansada o las disfunciones en las articulaciones pueden ser bases de generación de los dolores de cabeza producidos en el entorno del puesto de trabajo.
A pesar de no existir un diagnóstico de referencia se ha descubierto que un alto porcentaje de los caso analizados, estos dolores de cabeza tiene como origen las cervicales, por lo que las correcciones posturales en entornos donde pasamos la mayor parte del día en la oficina, es una de las claves para evitar o reducir este tipo de dolores.
La quiropráctica bien entendida se ocupa de hacer un correcto diagnostico de cada vertebra en particular, sabiendo que la relación entre la columna vertebral y el sistema nervioso es muy cercana.
Cuando una columna cervical recupera su forma los nervios que discurren por los forámenes vertebrales se encuentran, sin compresión, y como consecuencia, las estructuras musculares trabajan adecuadamente sin tensión disminuyendo las posibilidades de generar, entre otras situaciones dolores de cabeza.