"Madoff argentino": la Fiscalía pidió diez años de prisión y multa millonaria para Enrique Blaksley
El Ministerio Público Fiscal pidió una pena de diez años de prisión y una multa millonaria para Enrique Blaksley, más conocido como el Madoff argentino, que juzgado por lavado de dinero y de millonarias estafas contra 318 damnificados por el derrumbe de su empresa, Hope Funds.
Así lo solicitó el fiscal Abel Córdoba durante su alegato ante el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 4, a cargo del debate.
"Nos pareció un muy buen alegato, si bien tomo varias jornadas, fue claro y especifico, marcando todos y cada uno de los elementos que son contundes para llegar a una condena de los responsables, simpe y tecnicamente impecable", sostuvo el abogado Víctor Varone, que representa a 70 de los damnificados.
Hace un mes, cuatro años después de su arresto, Blaksley escuchó desde una celda de la cárcel de Ezeiza cómo los abogados de la AFIP pidieron que sea condenado a 12 años de cárcel como jefe de una asociación ilícita. Podría haber seguido la audiencia desde su casa, pero no pagó la fianza de 450 millones de pesos para acceder a la prisión domiciliaria.
Las víctimas eran atraídas con promesas de rendimientos de hasta 12% anual en dólares, muy por encima de la tasa de mercado. Confiaban en familiares y amigos que habían recibido los pagos sin problemas. Tiempo después, denunciarían que se trataba de un esquema Ponzi: el dinero que se utilizaba para abonar intereses salía del que ponían los nuevos clientes y no estaban respaldadas por inversiones que pudieran garantizar ese nivel de retorno.
El imperio se desmoronó en abril 2018, cuando fue detenido. El derrumbe había comenzado un tiempo antes, con el divorcio de un inversor que intentó ocultarle dinero a su esposa y quedó en la mira de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Esa investigación puso al descubierto una enorme estructura de captación de fondos, sin autorización para realizar esa actividad, con movimientos financieros poco claros.
"Madoff argentino": piden penas de prisión y multa
Enrique Blaksley Señorans (58) pasó de ser un vendedor de seguros de vida a montar una empresa que prometía ganancias insuperables con inversiones en desarrollos inmobiliarios. Construyó una marca que llegó a ser sponsor del prestigioso club de polo La Dolfina y se mostró con figuras del deporte como Roger Federer.
Compró departamentos en Miami y promocionó la construcción de un lujoso barrio privado en Luján.
El arresto causó un impacto mediático. El hombre nacido y criado en San Isidro, a metros de la Catedral, ex rugbier de CUBA y señalado como empresario exitoso pasó a ser conocido como el "Bernie Madoff" argentino, apodado así por el financista bursátil estadounidense que cometió la estafa más grande de la historia de Wall Street. En pocos meses Hope Funds acumuló 25 pedidos de convocatoria y finalmente se decretó la quiebra.
Los querellantes también lo acusan de evasión fiscal, lavado de activos y de haber hecho desaparecer bienes de su patrimonio para declararse insolvente. Como parte de la condena, solicitaron imponerle una multa equivalente a siete veces el monto de las operaciones involucradas. La cifra actualizada ronda los 1.000 millones de pesos.
En su declaración durante el juicio, Blaksley negó haber cometido una estafa. "Jamás dejamos de reconocer mutuos (contratos de inversión). Simplemente no les pude pagar en un momento determinado porque fui dinamitado y ejecutado públicamente a través de medios periodísticos", se defendió.
El método Blaksley
También se quejó de la comparación con Madoff. "Él engañaba con sus estados de cuenta, diciendo que adquiría ciertos títulos que nunca adquirió. Mintió descaradamente. Yo decidí invertir en la economía real. Simplemente fui un hombre de negocios que creativamente en vez de solicitar préstamos a los bancos, solicité préstamos a personas físicas que me prestaron plata para que yo adquiera un negocio", se diferenció.
Mientras tanto, otros cientos de ahorristas que no participan del proceso penal siguen con sus demandas en el fuero Civil para intentar recuperar su dinero, una misión que parece imposible por los pocos bienes que quedaron en el país tras maniobras que también investiga la justicia.
Varios de los inversores también rastrean en el exterior las propiedades y las cuentas creadas a nombre de sociedades offshore en paraísos fiscales. Allí ven la llave para cobrar algo de lo que pusieron. Una condena en el país, explicaron fuentes del caso a iProfesional, podría ayudar a acelerar ese proceso judicial en las Islas Vírgenes Británicas.
La búsqueda del dinero en el exterior
El abogado Mariano Moyano representa a más de 400 clientes en la búsqueda de los activos que Hope Funds y Blaksley tenían en Panamá, Estados Unidos, Suiza, Islas Vírgenes y Curazao. La mayoría fueron adquiridos a través de 66 sociedades, muchas de ellas vinculadas al escándalo de los Panama Papers.
Según figura en la causa penal por la que está siendo juzgado en Argentina, entre las propiedades hay departamentos en Miami y Panamá y campos de polo en Marruecos e Indonesia. "La mayoría de esas compras las hizo con inversiones que no alcazaban el 30%. El resto se financiaba con préstamos bancarios e hipotecas. Por eso cuando cesaron los pagos se remataron los bienes", explica Moyano.
Los activos hallados en el exterior no superan los 15 millones de dólares, aunque el abogado que representa a los ahorristas asegura que hay mucho dinero depositado en paraísos fiscales. "Se pudo rastrear que dinero depositado por inversores en Argentina se transfirió directamente a Panamá y las Islas Vírgenes", asegura Moyano.
Una condena en el país, explican, podría mejorar el panorama en los tribunales del archipiélago británico del Caribe, donde se necesitan autorizaciones para acceder a información fiscal reservada.