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Doble crimen, estafas, deudas y una mentira insostenible: la historia del empresario acusado de matar a sus padres

Martín Del Río administraba una fortuna valuada en u$s25 millones. Todo apunta a que cometió el doble crimen para ocultar los problemas financieros
18/09/2022 - 16:35hs
Doble crimen, estafas, deudas y una mentira insostenible: la historia del empresario acusado de matar a sus padres

En el doble crimen de Vicente Lópéz, distintas evidencias y testimonios aportados a la Justicia complican cada vez más a Martín del Río, el empresario acusado de matar a sus padres en su casona de Vicente López.

"Socorro. ¿Para qué tenés teléfono? Ni los mensajes contestás. No somos clientes". Este fue el último mensaje que José Enrique Del Río (75) le envió a su hijo Martín (47), a las 15.53 del 24 de agosto. El chat resumía el hartazgo acumulado durante semanas por el empresario y su esposa, Mercedes Alonso (72). Ya no soportaban las continuas postergaciones de la mudanza a un departamento en el exclusivo edificio Chateau Libertador de Núñez, amparadas en excusas cada vez más difíciles de explicar por parte del menor de sus dos hijos.

Una hora más tarde Martín llamó a su padre. La comunicación duró pocos segundos. Aunque no se conoce el contenido de esa charla, los investigadores judiciales creen que para ese momento el sospechoso ya tenía planificado lo que haría luego: dejar estacionada su camioneta Mercedes ML350 en las inmediaciones del estadio de River Plate, caminar 30 cuadras hasta la casona de Vicente López en la que vivían sus padres y asesinarlos a tiros dentro de su auto, en un intento de simular un robo.

En una carta difundida tras su detención, el acusado negó haber cometido el doble crimen: "Soy inocente. Me mataron a mis padres".

Sin embargo, en el expediente judicial a cargo de los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería, se acumulan evidencias y testimonios que complican su situación.

La hipótesis del robo y las sospechas sobre la empleada doméstica

El crimen de José Enrique -ex policía y dueño de una empresa de seguridad privada- y su esposa fue descubierto el 25 de agosto. María "Nina" Ninfa Aquino (64), la empleada doméstica que trabajaba para las víctimas desde 2010, relató que llegó a la casa de Melo al 1.100 antes de las 7 de la mañana y que dos horas después, al ver que sus patrones no habían bajado a desayunar, comenzó a buscarlos por la casa.

El empresario Martín del Río está acusado de asesinar a sus padres

Al llegar al garaje se horrorizó: los encontró muertos dentro del Mercedes Benz E350.

"Nina" quedó detenida en la comisaría de la Mujer de San Isidro como sospechosa de facilitar el ingreso a la casa de supuestos ladrones que, según había denunciado el hijo menor del matrimonio, robaron u$s10.000, $1.500.000, 50 lingotes de oro y diamantes.

Trece días después la investigación dio un giro inesperado: Martín Del Río fue arrestado en su casa de Nordelta, acusado de matar a sus padres para ocultar el desfalco financiero generado desde que se hizo cargo de administrar los bienes del matrimonio, valuados en unos u$s25 millones.

Esos problemas de liquidez empezaban a complicar el estilo de vida al que Martín se había acostumbrado: además de la casa en Nordelta que compartía con su esposa y sus hijos y la camioneta Mercedes Benz en la que se movía, alquilaba un departamento en el edificio Forum Alcorta de Belgrano, donde le secuestraron dos pistolas calibre 9 milímetros y una Ferrari que guardaba en el estacionamiento.

Cámaras de seguridad y el testimonio de su amante, claves de la detención

Al revisar la escena del doble crimen, los investigadores se toparon con una dificultad: los asesinos se habían llevado el disco rígido con el registro de las cámaras de seguridad que tenía la imponente casona de Vicente López.

Martín Del Río administraba una fortuna valuada en u$s25 millones

Para intentar descubrir cómo habían ingresado los supuestos ladrones comenzaron a analizar las imágenes tomadas por otras cámaras de la zona. Les llamó la atención la presencia de un hombre con una forma particular de caminar, con un barbijo que le tapaba parte del rostro y una bolsa con la marca de una empresa del rubro inmobiliario.

La primera en reconocerlo fue una mujer que trabaja como vendedora en esa compañía y que mantenía con Del Río una relación extramatrimonial y a la que los investigadores llegaron a través de un software que realiza entrecruzamiento de datos.

En su declaración, la mujer contó que seis días antes del crimen acompañó al acusado en una caminata desde Núñez hasta Vicente López, en un recorrido muy similar al que habría hecho el día del crimen. Creen que hizo ese camino para determinar dónde hay cámaras de seguridad que pudieran registrar su paso, en una especie de ensayo de lo que vendría.

Se acabaron las excusas

Las conversaciones entre las víctimas y el acusado, recuperadas de los celulares del matrimonio, muestran el apuro del empresario y su esposa por mudarse al departamento con vista al río que habían -o creían haber- comprado en el edificio Chateau Libertador, ubicado en Avenida del Libertador al 7.000.

Según determinaron los investigadores, Del Río había pagado recién cuatro cuotas de u$s10.000 por esa propiedad, aunque para poder tomar posición del inmueble le faltaban al menos tres años. Eso es lo que sus padres no sabían y por eso le exigían concretar ya mudanza.

Todo apunta a que el empresario cometió el doble crimen para ocultar los problemas financieros

Mientras su padre estuvo enfermo, Martín se hizo cargo de los negocios familiares, centrados en la compra y el alquiler de propiedades. Entre los bienes figuran grandes galpones, casas, departamentos y hasta campos. Fuentes del caso detallaron a iProfesional que el mecanismo siempre era similar: arreglaban una compra con pago de una suma y toma posesión inmediata y luego alquilaban ese mismo inmueble para obtener una ganancia.

Luego de un tiempo comenzaban las demoras en los pagos y la situación obligaba a los vendedores a refinanciar las deudas o incluso llevar la situación a la Justicia, donde los montos en dólares se pesificaban. "Era una estafa, porque el engaño estaba desde el principio de cada operación", señalaron investigadores judiciales.

Pero en el caso del Chateau Libertador la situación era otra. Los problemas financieros de la familia, causados por gastos excesivos que no se compensaban con los ingresos, empezaban a quedar al descubierto. Y la imposibilidad de que el matrimonio concretara su mudanza exponía esas dificultades.

Por eso, creen los investigadores, el acusado inventó todo tipo excusa. Desde inconvenientes con un supuesto diplomático que le alquilaba el departamento hasta demoras adjudicadas a la empresa encargada de la mudanza. Todo era mentira.

"Si se descubría lo del departamento iban a saltar todas las otras deudas que tenían por el desmanejo de dinero. Había una fila de acreedores que estaban reclamando e iniciando juicio. Cuando el padre se enterara de eso lo iba a correr de los negocios y él no tenía cómo mantener su nivel de vida", ampliaron fuentes del caso.

"Hay un problema en la casa"

Según la reconstrucción realizada hasta el momento en el expediente, el 24 de agosto Del Río llegó a la casa de sus padres caminando desde Avenida Del Libertador y Pablo Ricchieri. Una vez adentro hizo subir a las víctimas al auto y las asesinó. José Enrique recibió tres balazos y Mercedes un tiro en la cabeza.

El hermano mayor de Del Río fue quien lo identificó en las cámaras de la zona el día del doble crimen

El acusado habría regresado luego caminando a su camioneta, para volver al lugar de crimen al otro día, cuando la empleada doméstica llamó para alertar sobre lo sucedido.

Según informó la agencia Télam, a las 9.01 se comunicó con el 911: "La mucama de mis padres me está diciendo que hay un problema en la casa de ellos. Que mis padres están muertos en el garaje, dice. Recién me acaba de llamar", relató con una llamativa frialdad.

Entrevistado por la Policía, habló sobre el dinero que faltaba en la casa y sembró sospechas sobre Aquino.

Cuando lo detuvieron y le preguntaron qué había hecho el 24 de agosto entre las 16.52 y las 19.20, contestó que había estado dentro de su camioneta contestando mensajes. Sin embargo, los investigadores determinaron que en esas tres horas el teléfono no hizo llamadas y ni envió mensajes. Dejarlo encendido en el vehículo habría sido parte del plan.

En un calabozo de Vicente López, sin visitas

Del Río está detenido en un calabozo de la DDI de Vicente López. Según trascendió, aún no recibió visitas de su familia. Su esposa le habría pedido el divorcio a través de una abogada y su hermano le dejó alimentos y una nota, pero no quiso verlo.

En una carta, el empresario negó las acusaciones. "Hola, soy Martín del Río. Lo primero que quiero decir es que soy inocente. Me mataron a mis padres. Amé, amo y amaré toda mi vida a mis padres, Quique y Mecha. Fueron las personas que me criaron, me cuidaron siempre en las buenas y en las malas", dice el comienzo de su texto.

En otro tramo de la carta, el acusado aseguró que tenía una excelente relación con sus padres: "Toda la vida lo único que hice fue hacerlos felices!!! Todo lo que pude hacer lo hice. Desde el cariño, el afecto, el disfrute, estar presente siempre", afirmó.

Además, le envió un mensaje a su esposa y a sus hijos y le dedicó un párrafo especial a su hermano: "Diego, hermano querido, solo decirte que te amo. En mi vida hubiese hecho una cosa así. Nunca. Viejos los amo y los voy a amar toda la vida. Gracias viejitos amados. Voy a luchar para saber qué les pasó".

Es justamente su hermano mayor uno de los testigos que lo complicó, al reconocerlo también por su forma de caminar en las imágenes que lo muestran cerca de la casona donde fueron asesinados sus padres.

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