A días del superclásico copero, la investigación por la reventa de entradas comenzó su etapa judicial
El partido que todo futbolero sueña con jugar se transformó en realidad. Este sábado por la tarde, en la Bombonera, Boca y River disputarán la primera final de la Copa Libertadores.
Solo habrá unos 50.000 privilegiados en el lugar. Y a algunos no les importa el precio que puedan llegar a pagar para estar ahí. Por eso la reventa, en estas horas, está al rojo vivo.
Ante esta situación, desde los departamentos legales de ambos clubes comenzaron a moverse para presentar denuncias.
Aunque en la Ciudad de Buenos Aires hay una normativa que impide la reventa, en los últimos tiempos han proliferado los sitios web que comercializan entradas por fuera de los canales oficiales y a valores más caros.
Las cifras llaman la atención: en diversas páginas que se dedican a este tipo de ventas no se consiguen tickets por menos de $20.000. De hecho, pueden llegar a pedir más de $100.000. En este último caso, casi 15 veces más de lo que valieron al momento de salir a la calle. Y aunque parezca mentira en esta época de crisis, se venden.
Esto es lo que sucede con las entradas a eventos muy convocantes: hay muy pocos privilegiados que logran conseguirlas a precio "de lista", mientras que una gran mayoría termina convalidando cifras mucho más elevadas.
La denuncia de Boca
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Mientras que en otras plazas, como Estados Unidos, el negocio de la reventa está completamente legalizado y sistematizado, en la Argentina se avanza sobre una zona gris.
De hecho, la denuncia del apoderado de Boca, Claudio Lutzky, ante la fiscalía contravencional apunta "contra autores por el momento desconocidos". Allí, entregó a la Justicia 22 impresiones de páginas de Internet como Mercado Libre, Landingpadba, Buenos Aires Hostels y de redes sociales que ofrecen los tickets.
Si bien la entidad dirigida por Daniel Angellici aportó los sitios que pudo identificar, pidió se amplíe con el mayor alcance posible.
La causa es por la infracción al artículo 91 del Código Contravencional de la Ciudad, donde se señala que "quien revende entradas para un espectáculo masivo, de carácter artístico o deportivo, provocando aglomeraciones, desórdenes o incidentes, es sancionado/a con multa de $300 a $3.000”.
“En caso de probarse la participación o connivencia de persona responsable de la organización del espectáculo masivo, de carácter artístico o deportivo, ésta es sancionada con multa de $1.000 a $10.000 o dos a veinte días de arresto".
Es decir, sanciona a los que comercializan, a los que están al mando de las organizaciones y con mayor dureza aún a quienes además generen situaciones violentas o suelan dedicarse a estas actividades.
Actualmente, las multas se encuentran en pesos y eran actualizadas de acuerdo al CER publicado por el Banco Central y convertidas en Unidades Fijas de valor equivalente a medio litro de nafta del mayor octanaje.
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Con una reciente modificación el castigo por la reventa de entradas pasa a un mínimo de $4.741,37 y un máximo de $71.120,59.
Además, los involucrados podrían ser castigados por la Ley Penal Tributaria, ya que en esas transacciones no se abonaron los impuestos correspondientes.
En caso, de que exista una pluralidad de sujetos, podría encuadrarse el caso dentro de la figura de asociación ilícita, castigada por el Código Penal con penas de prisión, que podría llegar a ser efectiva si supera los tres años.
Es decir, si una sola persona vende muchos tickets- porque los compró por la página de un sitio web habilitado o por ventanilla-, no se encuadraría dentro de este último concepto.
¿Es posible controlar la reventa y reprimirla? ¿O resulta necesario avanzar con cambios y generar normas similares a las implementadas por otros países, donde esta práctica es legal?
Los que sostienen que hay que legalizarla argumentan que, cuanto más se acerca la fecha o más profunda es la sensación de "escasez", entonces mayor será la tarifa que estén dispuestos a pagar y no hay nada que se pueda hacer contra ello, salvo que los tickets comiencen a ser nominativos.
Hay que tener en cuenta que los precios se irán por las nubes si el espectáculo no tiene sustitutos.
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En el caso de este partido de fútbol, por ejemplo, al no poder programarse nuevos cotejos -como sí sucede con algunos shows musicales-, el precio en las reventa tiende a crecer.
Viejos proyectos
Debido a las zonas grises que se observan, hace unos años la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados, presidida por la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, creó una subcomisión para tratar los proyectos sobre la tipificación del delito de reventa, así como también la prevención y represión de la violencia en espectáculos deportivos.
Allí había propuestas que intentaron "blanquearla", pero con ciertas regulaciones.
Uno de los textos permitía este tipo de operaciones, pero establecía un tope de 20% a la ganancia que puede “hacerse” una persona, si decide revender un ticket.
De prosperar una iniciativa semejante, el particular que compró una entrada a $5.000, podría revenderla pero sólo a un precio máximo de $6.000.
Algunos legisladores consideran que es una práctica usual y, ante la imposibilidad cierta de combatirla, están dispuestos a habilitarla pero poniéndole un techo al valor de la reventa.
De esta manera, quedaría “legalizada” la tarea de diversos sitios que se encargan de conectar compradores con vendedores para todo tipo de eventos, como Viagogo y EntradaFan.
En estos casos, tanto compradores como vendedores están asegurados porque ambos deben ofrecer sus datos personales y de tarjetas de crédito. En caso de que un cliente tenga un problema, como una entrada “trucha”, la compañía se ocupa de intentar reemplazar ese ticket y, llegado el caso de no poder acceder al evento, reembolsa el dinero de forma completa.