• 18/12/2024

Estas son las "barreras Invisibles" que enfrentan las mujeres argentinas a la hora de emprender

Solo el 38% de los emprendimientos en Argentina son liderados por mujeres. Las barreras de género aún impiden una igualdad real en los negocios
04/12/2024 - 17:57hs
Mujeres emprendedoras, brecha de género, igualdad de oportunidades

Las mujeres emprendedoras no necesitan etiquetas ni roles predefinidos para demostrar su valor. En los negocios, las aulas y los hogares, cada una escribe su propia historia: hay emprendedoras que construyen sueños desde cero, ingenieras que trazan puentes, científicas que descifran enigmas y artistas que transforman el mundo. Sin embargo, el escenario actual no refleja toda esta diversidad. A pesar de que las voces femeninas suenan con más fuerza que nunca, la igualdad de oportunidades sigue siendo una meta lejana, y los espacios de poder continúan dominados por los hombres.

En pleno siglo XXI, la brecha de género sigue siendo la regla, y la presencia de mujeres en negocios, altos mandos y liderazgo es la excepción. Según el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM), solo el 38% de los emprendimientos en Argentina están liderados por mujeres. Además, más del 50% cree que su género afecta negativamente la percepción de sus habilidades.

Agustina Morán, cofundadora de la comunidad MAE (Mujeres Argentinas Emprendedoras), destaca que las principales barreras están en el acceso limitado al financiamiento, la baja representación en puestos clave y los prejuicios en torno a las capacidades femeninas. "Aunque las mujeres argentinas son resilientes y creativas, la igualdad en el ámbito empresarial está lejos de alcanzarse", afirma.

Finanzas y estereotipos: principales barreras de las mujeres

Uno de los mayores desafíos es el acceso al financiamiento. Según datos de MAE, las emprendedoras enfrentan mayores dificultades para obtener crédito y capital de riesgo en comparación con sus pares masculinos. Esto frena el crecimiento de sus proyectos y limita sus posibilidades de expansión. Además, las redes de mentoría, fundamentales para cualquier emprendedor, están dominadas por hombres que muchas veces subestiman las capacidades femeninas.

"Las mujeres suelen sentir que, aunque logran entrar en estas redes, su trabajo no recibe la misma atención que el de sus colegas hombres", explica Natalí Aun Santiago, también cofundadora de MAE. Este problema estructural se refleja en casos como el de Mariana (que prefiere resguardar sus datos), pero que es una emprendedora tecnológica que al momento de presentar su startup enfrenta más preguntas sobre su capacidad de liderazgo que sobre la viabilidad de su proyecto.

Por otro lado, los estereotipos de género siguen marcando el camino. Ideas como que las mujeres son más emocionales que racionales o que emprenden por hobby y no por ambición, las empujan hacia sectores tradicionalmente "femeninos", como moda, salud, educación o gastronomía. En contraste, áreas como tecnología, ingeniería o finanzas continúan percibiéndose como dominios masculinos.

"La falta de representación femenina en sectores clave crea barreras adicionales", señala Morán, explicando que la ausencia de mujeres en estos ámbitos genera un círculo vicioso de discriminación, donde las oportunidades de networking y colaboración están marcadas por la presencia masculina.

Otro factor crucial que influye en la desigualdad de oportunidades es la carga desproporcionada de las responsabilidades domésticas y de cuidado familiar, que sigue recayendo principalmente sobre las mujeres. La encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) muestra que las mujeres dedican en promedio 6 horas y media por día a tareas como hacer compras, limpiar la casa, cocinar, cuidar a los niños y ayudarlos con los deberes, mientras sus pares masculinos le dedican solo 3 horas y media a este tipo de tareas. Este desajuste en las responsabilidades laborales y domésticas afecta directamente la capacidad de las emprendedoras para dedicarle el tiempo necesario a sus negocios, una barrera invisible, pero real que, como resaltan las fundadoras de MAE, "sigue limitando su potencial para crecer y expandir sus emprendimientos".

Modelos y propuestas para avanzar

Aunque el apoyo institucional a las emprendedoras en los últimos años fue creciendo, las políticas públicas, según Aun Santiago, todavía son insuficientes. Programas internacionales como el Capital Abeja en Chile, que financia exclusivamente a mujeres, o las aceleradoras de género en México, son ejemplos que según las socias de MAE podrían replicarse en el país.

Por su parte, desde MAE, trabajan para contrarrestar las barreras con un enfoque integral. Ofrecen programas de gestión empresarial que abarcan desde aspectos financieros y legales hasta coaching personal y herramientas para presentaciones de negocios. También desarrollaron la plataforma MAE Market, que conecta a emprendedoras con proveedores de servicios, y organizan eventos para vincularlas con grandes empresas. Estas iniciativas no solo facilitan el acceso a recursos y capacitación, sino que también visibilizan los logros de las emprendedoras, lo que ayuda a combatir la falta de reconocimiento.

Las mujeres emprendedoras, pese a las barreras que enfrentan, siguen demostrando una resiliencia admirable, y su lucha por la igualdad de oportunidades continúa siendo el motor de un cambio necesario y urgente en el panorama empresarial argentino. "El camino es desafiante, pero también profundamente gratificante. Las barreras existen, pero también hay redes de apoyo. El primer paso es creer en su proyecto y rodearse de personas que sumen a su visión", concluye Morán.